Tres días han pasado desde el derbi. Tres días tras los que a muchos aún nos dura el mosqueo. Tres días en los que por más que lo pensamos, no nos podemos creer que no diera el gol de Carlos Vela, un gol que hubiera hecho que el partido cambiara al cien por cien. Tampoco nos olvidamos de la situación que precede a la falta que da lugar al segundo gol del Athletic, ese manotazo del venezolano Amorebieta a Xabi Prieto. Aunque, si somos sinceros, Zurutuza también debió irse a la calle por una durísima entrada sobre Ander Herrera.
Los que fuimos a San Mamés no necesitamos ver las imágenes de ciertas acciones del partido en el campo. La única, la del gol fantasma de Vela. Al menos los que estuvimos en el balcón del fondo opuesto a la grada visitante. Grada visitante en la que los miembros de seguridad hicieron buena esa frase de “cornudos y apaleados”. Nos roban en el campo, nos pegan en la grada. Pero bueno, vamos con el fútbol, y con el verdadero jugador número doce, un tal Mateu Lahoz. Un tal Mateu Lahoz que mostró un arbitraje casero, midiendo con diferente rasero las faltas que cometían uno y otro equipo.
Y es que lo que para la Real era falta y amarilla, en la mayoría de los casos para los jugadores del Athletic era un “no ha sido nada, sigan jugando”. Y es que, hablando mal y pronto, jode perder, pero jode más cuando te roban. Y con esa sensación salimos el otro día la mayoría de los aficionados de la Real del estadio bilbaíno. Con una sensación de que se mereció mínimo el empate con una genial segunda parte. Pero si ganar en San Mamés ya es difícil de por sí, si encima no te dejan plantar cara ya es imposible.
No obstante, es innegable que en la primera parte dimos una imagen bastante mala, con un Athletic que se fue al descanso ganando con total merecimiento. Como de costumbre, Montanier no se atrevió a meter a Rubén Pardo en el once. En su lugar jugó Bergara, que no es que jugara mal, es que el mero hecho de que jugara los 90 minutos ya es un insulto al fútbol.
En la segunda parte la cara fue muy diferente, es una barbaridad ver la caraja con la que salimos siempre en la primera mitad, como no somos capaces de llevar el dominio del juego desde el minuto uno. Todos sabemos lo que pasó en ella, que si el gol fantasma, que si Amorebieta repartiendo leña, que sí los que vais de rojo y blanco podéis agarrar lo que os de la gana. Nada. Se ha criticado mucho a Muniain el hecho de que no lanzara el balón fuera tras el manotazo de Amorebieta a Xabi Prieto. Ahí quiero exculpar al del Athletic. Él hizo bien en continuar jugando, el partido lo tiene que parar el árbitro. Pero no estaba por la labor. El Athletic debía sentenciar ya. Y lo hizo con un golazo.
Desde el otro lado de la A8 se ha insistido mucho en el hecho de los cánticos proferidos por la afición realista de “no son leones, son maricones”, y quedamos como los malos de la película. Y una mierda. Desde el principio del partido se podía ver a gente del Athletic sacando el dedo, insultando, y haciendo otros tantos gestos. Amén de la prepotencia de algún seguidor diciendo que nos iban a meter cinco, etc. Alguno tocándose sus partes, alguno haciéndonos desde abajo bailecitos con el culo al acabar… pero nada, los malos somos los que íbamos de azul y blanco.
Lo que no sé es por que nos seguimos extrañando de lo ocurrido el domingo, cuando siempre ocurre la misma historia en San Mamés. Siempre hay alguna acción polémica que decanta el partido de un lado. Y siempre en favor del mismo equipo.
www.twitter.com/Hamaika11
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