NI UN DOMINGO SIN TI
Real Sociedad 1 -1 Villareal: primavera que no llega
Alguien debería llamar a
Samanta, esa presentadora de CUATRO que hace los reportajes de 21 días para
que viviera con nosotros un "21 días lloviendo sin parar en Euskadi". Empiezas
siendo una chica normal, alegre e incluso divertida y el mal tiempo te va
transformando poco a poco en un ser sin alma, deprimido y cabizbajo sin sonrisa
ni ilusión que se llega a plantear si comer merluza podría considerarse una
especie de canibalismo por las escamas incipientes que empiezan a sustituir tu
piel tono folio por la falta de sol o las branquias que vas adquiriendo como
adaptación al nuevo medio.
Odio la lluvia y por mucho que sea lo
esperable en el mes de abril, por eso de “aguas mil”, que ya vayan 2.000 me
hace estar al borde de la emigración. Si no te quisiera tanto me iba hoy mismo,
lo más al sur, Marruecos, para ir a lo seguro. Y no porque se me rice el
pelo, total, ya me he acostumbrado al
rizo afro lluvia que me deja un look rollo ‘actor secundario Bob’ es más
bien por mi salud mental. ¡¡¡Pero si en los jardines en vez de flores salen
setas!!!
En medio de mi desesperación, llegaban
tus amigos de Villareal, que ahora se llevan con Lotina, ¿te acuerdas de él? Yo
no he podido olvidarle. Me recuerda a mi tras 21 días lloviendo, sólo que su
mundo debe de ser una eterna borrasca. Siempre me ha parecido un hombre gris,
como sumido en una depresión sinfín, como Alex Ubago, que entra en bucle y
después de casi cien canciones aún no le ha pasado nada bueno y parece siempre
al borde del suicidio.
Siempre me han caído genial
estos amigos tuyos, pero tuve que excusarme y mandar a mi talismán para que
estuviera contigo porque yo tenía un compromiso ineludible en ´Tierra de
Encierros´. De ‘bip-bip’ en ‘bip-bip’ fui enterándome de que tu actitud no
estaba siendo la correcta. Con los más jóvenes en el banquillo, un Montanier
prudente que salió a no perder casi provoca que Lotina tuviera un regreso de
colores la casa que descendió.
Tras una primera parte horrorosa
en la que Senna puso el 0-1, se produjo un acontecimiento digno de mención y
que me sorprendió tanto como que ahora mismo acabe de salir el sol haciendo el
primer cambio en el 12’ de la segunda parte. Increíble pero cierto. Empezaste a
cambiar de actitud, a sentirte cómoda en la cita a pesar de que te dieron la
primera en la frente y nuestro mexicano volvió a dar el do de pecho a siete del final con una chilena de las suyas
que puso el 1-1 definitivo. Aunque
tuviste alguna oportunidad para salir airosa del choque, sólo me obsequiaste
con un punto en mi regreso a ´Tierra Santa´.
Si la semana pasada me quedé
rozando los labios de la permanencia, esta semana hemos, avanzado un poquito
más y le hemos dado la mano, que está muy bien, ¡¡¡pero quiero tenerla ya!!! Me
vas camelando poquito a poco pero esta espera se me está haciendo interminable.
Me recuerda a esas parejas de antaño que esperaban a la noche de bodas para
consumar su amor. Podría lanzarme a los
brazos de esos dos a los que todos admiran, chicos fáciles que te dan una
alegría cada noche, que te llevan de copas hasta el final o de viaje por
Europa, pero a mí nunca me han gustado los ‘tío buenos reconocidos’ y por eso,
aunque se haga esperar, sé que vale más un beso tuyo que una noche loca en blanco
o blaugrana.
El sábado volvemos a quedarnos
en casa y espero que te lances tú porque sí, soy de la antigua escuela y me
gusta dejarme conquistar. ¡Uy! No sé si
son imaginaciones mías o es que pensar en lo nuestro me ha hecho sonreír
y verlo todo de colores, pero…¡¡por fin ha dejado de llover!! ¿será un buen
augurio de lo que nos deparará el fin de semana? ¡Qué ganas tengo de verte!

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