La Real Sociedad recibe al Athletic con las ganas de siempre, con la ilusión de mantener la buena imagen ofrecida en Anoeta hasta la fecha y con la intención de mantener la buena racha como local.
Después de la mala imagen dejada a domicilio una vez más -y van tres de tres- el equipo tendrá que lavar su imagen ante los suyos y al otro lado estará el Athletic, no se puede pedir más.
El equipo de Montanier tendrá la importante baja de Claudio Bravo en la portería. El meta chileno se pierde la cita por una fractura en su brazo derecho y no será la única baja ya que el técnico galo tampoco podrá contar con Rubén Pardo, que sigue de baja y no ha llegado a tiempo.
Por el contrario, el de Vernon sí que podrá alinear a Imanol Agirretxe a quien dejó fuera de la lista de Valencia por decisión técnica tras estar renqueante toda la semana anterior. No podemos confirmar el once ya que el galo es muy dado a las sorpresas - sin ser estas siempre positivas -.
Lo que es seguro es que Eñaut Zubikarai jugará su primer derby y lo hará en Anoeta. El meta ondarrutarra se ha mostrado confiado de cara al choque y sabe que contará con el apoyo de una afición que -en su gran mayoría- le ha apoyado siempre.
No es un partido más, es un partido especial, es el partido por excelencia. Cuando cogemos un calendario de la Liga rápidamente vemos cuándo nos rinden visita los leones y es por algo. Es por esa sensación diferente que te produce celebrar un gol contra ellos -más si lo metemos desde medio campo- es por muchas cosas. Porque desde pequeños hemos soñado con jugar en Anoeta y los más valientes, directamente con jugar en San Mamés (de txuri urdin, claro) para marcarle un gol al Athletic.
Centenares de donostiarras tienen la mala suerte de estudiar en Leioa y tendrán que ir el lunes a clase, hacerlo por ellos, o por los que vivimos aún más lejos, en esa zona en la que poca gente entiende lo que es ser de la Real. Porque el orgullo no depende de lo que ganas, sino de lo que sientes, pero lo que sientes ganando al Athletic no se puede explicar.
Recordar que el año pasado nos robaron. En Anoeta sin hacer nada metimos un golazo, dimos un palo y nos hicieron dos penaltis y en San Mamés ya fue la madre de todos los robos. Recordar cómo se rieron los bilbaínos después de robarnos y además apalearnos en la grada, recordar, sentir, querer. Ganar, por encima de todo, mañana ganar. Después ya veremos el cómo, pero el qué es innegociable.
Será especial para el más realista de todos. Xabi Prieto cumple 300 partidos con la txuriurdin y estoy muy orgulloso de que ese chaval que enmudeció el Bernabeu con el 26 a la espalda haya llegado a los 300. Recuerdo perfectamente el 200. Fue contra el Betis, un domingo por la mañana. Se jugó en un Anoeta medio nevado y la Real ganó por 2-0 con goles de Bueno...y otro de Prieto que cuajó una gran actuación.
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