QUE JUEGUEN LOS BUENOS

El fútbol está hecho para los buenos, para los que tienen talento y calidad. La moda del pivote defensivo de constitución corpulenta, muy físico y recuperador se puede sostener, si bien es cierto que si juegan los buenos de la plantilla el balón será nuestro, y el stopper pasará a un segundo plano. Para eso comparecieron juntos, y para deleite de la afición, Asier Illarramendi y Rubén Pardo en Málaga. Para hacerse dueños del balón y moverlo hacia las líneas atacantes y de banda.

Calidad hay desde la zona defensiva con la salida de balón de Íñigo, nos sobra en el centro del campo y arriba los tres atacantes de Málaga lo compaginaban a su vez con su velocidad y movilidad.

Al fútbol que jueguen los buenos. Los que dan sentido al juego, que tocan, distribuyen y se evaden del recurso del patadón, los que miran hacia la portería contraria. Rubén Pardo hizo mejor a Illarramendi y viceversa, y Xabi Prieto se creció con estos dos jóvenes que también jugaban a lo que él le gusta.

No nos íbamos a ir sin sufrir ante un equipo que está dejando el pabellón muy alto en Europa y en la competición doméstica, si bien ha tenido un par de tropiezos. Sudé, me levanté, me enervé, pedí la hora y empujé con Xabi Prieto el balón que hacía el 1 - 2. Porque claro, la efectividad también fue clave desde el principio - y nunca mejor dicho - con el gol de Carlos Vela.

Tras esta victoria tan esperada y con buenas sensaciones de juego por momentos, la parroquia realista espera con ansia los dos próximos partidos en casa a la vez que saborea la última victoria. Situados aquí, y relacionando con mi anterior artículo No más experimontys esperamos que se siga la línea que nos ha hecho conseguir este triunfo.

Y se dice que lo que funciona no ha de cambiarse. Por ello, Illarra y Pardo deberían seguir en el ´once´ ante el Rayo. Por una victoria el lunes y ... ¡que jueguen los buenos!