Pero el azul lo es todo en mi vida. Soy muy fan de todo lo azul: mar, cielo, agua, Donostia, mi Real... Creo que si me pinchan me sale sangre azul y no precisamente porque sea una princesa, que también, sino porque siento, vivo, amo en azul.
De pequeña mi princesa Disney favorita era Ariel, la Sirenita y me entusiasmaba la idea de poder vivir bajo el mar y hablar con peces y cangrejos. Como todas las niñas, soñaba con ser una princesa. Pero no esa clase de princesas que llevan corona y lucen tipazos de portada. No. De esas no. Quería ser la princesa capaz de conseguir que con una sonrisa el mundo de los demás sea más bonito. Una especie de hada buena.
Vas creciendo y dejas a un lado las ensoñaciones infantiles pero el sentimiento azul te acompaña siempre, no para de crecer y en la temporada de la ilusión se ha multiplicado por millones. ¿A ti también te ha pasado? Recuerdo aquél amistoso en San Juan de Luz del verano pasado cuando te vi por primera vez. Todos alababan tu capacidad goleadora y auguraban una temporada de éxitos. La sola idea de imaginarte pasear triunfante por esos campos de primera me saltaba las lágrimas de emoción. Al final la realidad superó mis fantasías. ¡Con creces!
La cosa no empezó nada bien y sobre el césped no se vislumbraba atisbo de la magia atacante de la pretemporada. Los partidos fuera de casa no terminaban de salir bien aunque en Anoeta te transformabas por completo maravillando a los tuyos. Los malos resultados hicieron que las voces que hablaban de dimisión retumbaran en nuestros oídos y como una sentencia firme de un destino seguro, transformaron la mala racha en unos meses de ensueño azul difíciles de olvidar.
Con un once de circunstancias, ganamos en La Rosaleda y al Rayo en casa y la Real que vi me enamoró. Fui consciente de que Montanier había conseguido encajar las piezas del puzle y a partir de entonces las salidas se contaban por victorias. Mestalla encendió la chispa, el hat trick del Bernabéu marcó la primera de las dos derrotas que se producirían de noviembre a mayo y fuiste a Bilbao e hiciste historia ganando el último derbi en San Mamés; remontaste un 0-2 al Invencible en la víspera de San Sebastián convirtiéndote en el héroe de primera.
No importaba ni el estadio ni el rival. Siempre salías victoriosa haciéndome disfrutar, vibrar, llorar y reír al mismo tiempo. Inventaste el ‘Reala Style’ maravillando a los entendidos y ganándote el título de ‘equipo revelación’ de la liga de las estrellas. El desembarco Txuri Urdin se producía en cada salida pintnado de azul gradas y calles y allá por marzo soñamos con teñir también Europa de Txuri Urdin y como en la temporada de la ilusión nos ha encantado romper rachas negativas, le pusiste una pizquita de emoción hasta el final.
No sólo irás a Europa sino que has conseguido que la TXampions se escriba con ‘TX’ y que nuestro escudo esté representado por partida doble o triple en las alineaciones de los mejores de la liga. Eres el más deseado. Todos quieren sentirte, tenerte, amarte… Pero este privilegio sólo está reservado para nosotros que somos portadores del sentimiento azul.
¿Qué nos deparará el futuro? Hoy me gustaría ser Jasmine, esa princesa que compartía cartel con el genio de la lámpara que, por cierto, también es azul y usar mis tres deseos para verte triunfar en liga, en copa y en Txampions. ¿Mucho pedir? De momento, me conformaré con mantener esta sonrisa plena que me convierte en princesa azul e intentaré contagiarte de mi sentimiento para que esta euforia traspase las barreras del verano y explote con fuerza cuando vuelva a rodar el balón.
¡Seguiremos alimentando este sentimiento azul!
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