viernes, 13 de abril de 2012

AGÁRRENSE, VIENEN CURVAS


La idea de zanjar la temporada un martes entre semana con un triunfo en casa era atractiva. Qué mejor. Tres puntos, alcanzar los 40 y a otra cosa mariposa, chorizo y jamón en los últimos compromisos y un año más en Primera. Obviamente, no iba ser tan fácil. Y el deseo se convirtió en frustración. Otro empate, sólo una victoria en los seis antecedentes más próximos, y, salvo sorpresa superlativa, pelea y sufrimiento asegurados, quién sabe, hasta que se cierre el telón de la 2011/12. Y eso que más barata, la permanencia, no puede estar.

La cosa no pinta bien. No lo digo por la consecución o no del objetivo, sino por todo lo que vendrá después. Que la Real descendiera supondría uno de los mayores descalabros no ya de su historia sino de la historia del fútbol en general. Por eso, no voy a hacer otra cosa que cortar esa posibilidad, de raíz. Pero es evidente que las aguas bajan revueltas por Anoeta y que Montanier es el que está a punto de mojarse bajo la cascada. La afición, en una amplia mayoría, se posicionó el martes en contra de su continuidad. Por las razones que sean, no ha calado entre los seguidores, que, además de comprobar que el de Vernon no conecta con ellos, presencian un domingo sí y otro también, con incredulidad, cómo éste hace y deshace a su antojo, en ocasiones sin ningún tipo de sentido común, adoptando decisiones, o no adoptándolas, cuando parecen cristalinas.

Montanier está fallando, y mucho, a la hora de gestionar los partidos y el encuentro ante el Betis no fue sino otro exponente más. En esta tesitura –con la afición en contra y con las dudas que se ciernen sobre él como “entrenador de partidos”-, parece razonable señalar que sí hay debate y que el Consejo deberá meditar y muy seriamente si quiere que el francés sea el comandante de la nave una temporada más.

Muchos defienden su capacidad de dar entrada a los jóvenes, de no temblarle el pulso a la hora de darles la alternativa. Yo me pregunto, ¿acaso tenía otra alternativa?, ¿acaso estaba en disposición de exigir otra cosa? En definitiva, cuando la Real fue en su búsqueda se le pasó el tren que no podía dejar pasar y, por supuesto, no iba a tener reparo alguno en ceñirse a la filosofía estipulada. La plantilla era la que era y él, entre los que había, ha ido poniendo a los que ha considerado los mejores. Los mismos que atacaban a Lasarte por no darle más coba a Illarramendi, alaban ahora a Montanier por no precipitar ni poner en peligro la carrera de Pardo. ¿Acaso no es un contrasentido? ¡Si para cuando lo quieran poner ya nos lo habrán fichado!

La patata caliente para el Consejo es importante. Primero hay que amarrar la permanencia. Pero después agárrense que vienen curvas. Porque, si se diera el caso, hipotético, de que destituyeran a Montanier, sería aberrante que el que lo fichó, el director deportivo Loren, no siguiera sus mismos pasos. Despedir a un técnico al que habías renovado meses antes, ir a buscar a otro, pagar religiosamente su cláusula y hacerle un contrato por dos temporadas, y echarle tras la primera sólo puede definirse de una manera: un estrepitoso fracaso. Ahora bien, mantenerlo para evitarlo sin tener una confianza ciega en él sería aún peor, sería una irresponsabilidad imperdonable.

Mikel, uno más para la causa

La determinación que deberá tener Aperribay y su Consejo una vez lograda la permanencia en el ‘caso Montanier’ no le está faltando a la hora de las renovaciones. Esta semana se hizo oficial la continuidad, hasta 2017, de Mikel González, al que hay que reconocer que se la ha ganado sobre el verde. Inició la temporada como el tercer central de la plantilla, pero sus actuaciones han provocado que se convierta en un fijo en el ‘once’ txuri urdin. Sin duda se trata de una buena noticia ya que en la actualidad se encuentra en su mejor momento. La Real ata a uno de sus activos más golosos. 

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODAS LAS NOTICIAS
POR FECHAS