En una época complicada en la que el dinero, la crisis y los bancos centran la atención, amar el deporte rey se convierte en una frivolidad casi imperdonable. Haz alusión a la Eurocopa en tu ‘estado face’ en el fin de semana del rescate financiero y el dedo acusador de tus amigos caerá sobre ti como una losa, como ocurriera en otra época cuando se acusaba de brujería a inocentes curanderas.
¿¡¡¡Bruja!!!? Siempre he pensado que de haber nacido en aquélla época mi final hubiera estado en las brasas de una hoguera. Hoy destapo mi pasión para cometer la osadía de seguir la competición europea con la que está cayendo. Por puro vicio; por pura pasión.
Quizás el fútbol sea una válvula de escape para muchos que sufren en su día a día; una excusa para sonreír en una época de llanto. Cuando alguien enferma, hablar de su enfermedad continuamente es lo menos recomendable. La enfermedad sigue ahí, pero el haber sonreído durante 90 minutos puede darte fuerza para vivir dos meses más, por lo menos.
El buen fútbol es como la buena poesía: "no hay afición que valga; debemos rendirnos a él". Nadie se atrevería a cuestionar el don literario de Rafael Alberti y sin embargo, hizo poesía de un partido de fútbol. ¿¡Sacrilegio!? NO. Simplemente ARTE.
Tras presenciar el primer y dramático partido de la triple final de Copa que enfrentaba a la Real y el FC Barcelona en El Sardinero el día 20 de mayo de 1928, Alberti compuso el poema Oda a Platko dedicado al capitán del once blaugrana, José Samitier. Fue publicado en el último número de la revista literaria Papel de Aleluyas y formó parte del cuarto poemario publicado por Alberti.
El poema exalta la actuación heroica del portero húngaro Franz Platko quien tras perder el sentido y abandonar el campo lesionado y ensangrentado por varias agresiones, regresó vendado y engrandecido ante la mirada expectante de una grada rendida a sus pies, entre los que se encontraba el propio poeta.
El fútbol es pasión y muchas veces saca lo mejor de nosotros mismos. No importan los colores; la pasión siempre es la misma. Tú que vibras con tu equipo entenderás de lo que hablo. El que no ha saboreado las mieles del lado oscuro, siempre verá en nuestras tinieblas un mundo hostil y sin alma en el que no se tienen en cuenta los valores humanos.
Sea como fuere, fútbol, sociedad y poesía pueden encajar perfectamente en el mismo verso. Gritar un gol no está reñido con entender eso de ‘la prima de riesgo’, ni encabezar una kalejira implica estar al margen de la actualidad macroeconómica y política. Fútbol es fútbol y aún a riesgo de arder en la hoguera, seguiré dejándome seducir por los diablos del balompié.
Para leer más sobre el poema de Alberti: http://www.raco.cat/index.php/Scriptura/article/view/94204/142509
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