Muy buena entrada en Anoeta a pesar de la hora y el clima. Los aficionados teníamos muchas ilusiones ante este partido y acudimos fieles a nuestro estadio. La primera parte fue un monólogo de la Real. A los 15 segundos, Griezmann estuvo a punto de adelantar a la Real pero disparó al cuerpo de Courtois.
El dominio de los realistas en estos primeros 45 minutos fue absoluto ante un conservador At. Madrid que esperaba agazapado en su área y que apenas se atrevía a salir al contragolpe. Sin embargo, las ocasiones claras de los blanquiazules llegaron a cuentagotas con un lanzamiento lejano de Vela y un centro chut de De la Bella.
Mención especial al colegiado Ayza Gámez, que nos avasalló a tarjetas amarillas y no aplicó el mismo rasero con el equipo colchonero. Actitud que repetiría tras el descanso, donde no vio un posible penalti a favor de la Real, además del que nos birló en el minuto 45. El trencilla valenciano demostró no solo ser mal árbitro, sino que dio la impresión de que quiso hacernos daño desde el principio.
Tras el descanso, las espadas se nivelaron y el encuentro se convirtió en un partido de poder a poder, en el que ambos equipos fueron a por la victoria. La clave del partido llegaría en el minuto 82. Griezmann da un paso perfecto a Carlos Vela que se queda solo ante Courtois pero dispara a las nubes con su pierna mala. No es la primera vez que pasa. El mexicano sigue sin marcar esta temporada fuera desde el punto de penalti y su falta de tino empieza a dejar de ser anecdótico y se ha convertido en un motivo de preocupación. Está falto de forma y le necitamos cuanto antes.
Cuando el partido se desvanecía y empezábamos a valorar un punto ante el colíder, llegaría la fatalidad. Clara falta de Illarramendi al borde del área. A los seguidores realistas se nos cortó la respiración. Nos temíamos lo peor porque esta historia la hemos visto demasiadas veces. Falcao se dispone a lanzar la falta. Coge carrerilla, dispara con fuerza, y el balón se cuela en las mallas. 0-1 y todo el esfuerzo de la Real se iba a la basura.
Apenas hubo tiempo para nada más. La Real sufría su primera derrota liguera en Anoeta a pesar de tutear al At. Madrid al que mereció ganar a los puntos ya que los realistas fueron muy superiores en la primera parte y en la segunda no fueron peores, lanzando un total de 10 saques de esquina, que por desgracia no fueron aprovechados.
El castigo fue cruel. El árbitro favoreció descaradamente al At. Madrid. Estos podían ser los titulares de este partido pero quiero hacer autocrítica porque estoy bastante cansado de poner paños calientes y ver que la liga poco a poco va avanzando y los resultados no llegan.
Esta Real marea la perdiz demasiado. Es como el boxeador que amaga pero no da. Dominamos a nuestros contrincantes, damos sensación de peligro, pero nos perdemos en pases horizontales y hacia atrás. Queremos la posesión del balón pero en el fútbol lo que valen son los goles.
Hay un dato sorprendente. En estos momentos, la Real es el 4º equipo que menos goles ha marcado en Primera División (una pobre media de 1 gol por partido). Nos vanagloriamos de nuestro ataque pero nos damos de bruces con la realidad. Vela no está bien. Agirretxe marca goles pero fuera de casa desaparece o ni es convocado. Chory Castro en las pocas oportunidades que tiene, no termina de explotar. Ifrán sigue en el ostracismo.
Hagamos autocrítica. Esta derrota nos sitúa en el puesto 15 a solo tres puntos del descenso. Hemos estado a punto de lograr una gran victoria pero esto no sirve de consuelo. Estamos muy dolidos porque hemos perdido en casa y no estábamos acostumbrados. Espero una reacción del equipo en Valladolid porque esta plantilla tan acostumbrada a vivir entre algodones, puede que no responda si llega el momento de jugar finales con equipos de la zona baja.
Nuestro orgullo está intacto, pero nuestro corazón ha quedado tocado. Los números y la clasificación no engañan.
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