viernes, 31 de mayo de 2013
EL CURRUSCO DE PAN
Pase lo que pase ya hemos ganado. Ocurra lo que ocurra el sábado la Real y sus aficionados bajarán el telón de la temporada con una sonrisa dibujada en su cara. No es sólo por el gran año realizado. Se ha dado un paso más. El club está consolidado en Primera y peleando por las cotas que le corresponden por historia. Habiendo regresado a los orígenes. Basando la edificación de la plantilla en la fortaleza de los de casa, en los que no se besan un día un escudo y al siguiente otro diferente. Y logrando que a estos les acompañen foráneos de calidad, que marcan la diferencia, y no medianías del tres al cuarto que no mejoran lo que ya hay en casa. Volver a disfrutar de una competición europea, de poder desfilar por el continente con la zamarra txuri urdin, debe ser un punto y seguido, que no provoque una alteración de los planes establecidos. Disfrutemos, opero sin volvernos locos. Parece que van por ahí los tiros.
Pero antes tenemos la última bala en la recámara. Es la final. Esta sí que sí. Después del sábado no hay nada. No lo habrá, al menos, hasta entrado el mes de julio, cuando la plantilla retome la actividad de pretemporada. Perder el cuarto puesto a falta de una jornada es semejante injusticia visto lo visto que no puede hacerse realidad. La Real ya no depende de sí misma, pero lo que no podría permitirse es no aprovechar un hipotético tropiezo del Valencia en el Sánchez Pizjuán. Que el Valencia no ganara y no subirse al tren de la Champions por tampoco hacerlo tú en Riazor dejaría un poso de tristeza importante. El premio es tan grande, tan gordo, tan importante. “Pan para hoy y hambre para mañana”, que diría Lendoiro. El jeta del presidente del Deportivo no conoce de primera mano como los aficionados el hambre que hemos pasado años atrás, debería tener claro a estas alturas que los realistas no vamos a dejar escapar ni un mísero currusco de pan. Y no es el caso, porque la Real se juega la Champions, pero que se olvide de ningún tipo de condescendencia porque estamos curados de espanto. No hemos hecho más que favores y luego nos la han clavado por la espalda. El equipo tiene armas de sobra como para hacer daño al Deportivo y la victoria no es ninguna quimera. Después, sólo restaría que el Sevilla tirara de rebujito para noquear al Valencia y despedirse así con nota de su afición. Tras varios “no” Emery tiene el día idóneo para decirle “sí” a la Real. Fíjense, a día de hoy veo más factible que gane la Real a que pinche el Valencia. Soñamos con ello
En realidad, analizándolo todo fríamente, la Real no tiene nada que perder en A Coruña. El Depor se juega su subsistencia y el equipo de gala de Montanier debería saber leer el partido para liquidarlo en el momento preciso. Tiene que ser un partido para disfrutar. Que dramas ya hemos tenido suficientes en los últimos años. Por lo que no hablemos de presión. Presión, la que tienen los gallegos. Así que, amigo César Augusto, guárdeme el currusco, y de paso un poco de marisco y Albariño. Que tenemos una Champions que celebrar. Goazen Erreala, goazen txapeldun.
¿Dónde te metiste Fortuna?
El fútbol no fue justo con la Real el domingo pasado. La cuarta plaza se esfumaba después de un 3-3 ante el Real Madrid, que bien podría haber sido un 6-3. Es lo que tienen estos equipos de enormes individualidades. Que juegan andando, tienen tres y te meten las tres. La Real desbordó con velocidad y calidad al subcampeón de Liga, pero no supo aprovechar alguna más de las innumerables ocasiones de las que dispuso. Y el que perdona la paga. ¿Dónde te metiste Fortuna? El otro día, la diosa se disfrazó de Diego López. Una lástima. Pero, a su vez, y aunque parezca contradictorio, que disfrute, que gozada de fútbol eléctrico, desbordante y letal. Que enorme Real.
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