Deportivo 0-1 Real
Todo llega a su fin y la temporada de la ilusión lo hace a lo grande. El destino nos tenía reservada una noche de sufrimiento hasta el final por eso de que ‘hasta el rabo todo es toro’ y en Coruña nos recibieron con un estadio que creía en su permanencia. Riazor engalanado con los colores que más nos gustan porque pasara lo que pasara, el blanco y azul triunfaría en la noche coruñesa.
Siempre me han dado envidia las celebraciones de cualquier equipo, ver esas imágenes en que los entrenadores se desmelenan, los futbolistas cumplen apuestas casi siempre a costa de sus melenas, las aficiones que enloquecen cuando los jugadores vuelven a salir al terreno de juego haciendo mil y una monerías que desatan el delirio colectivo, la deportividad del que gana acordándose del que no ha tenido la misma suerte y de esa afición que llorando saca fuerzas de flaqueza para dar la enhorabuena al triunfador.
El sábado era el día ‘TX’, última jornada de la liga de la ilusión. Noche de emociones, de despedidas y celebraciones porque pasara lo que pasara, Europa se teñiría de txuriurdin la próxima campaña. Noche de nervios y transistores, de ‘bip-bipses’ y elogios a nuestro buen año. Reconozco que estaba bastante tranquila aunque el Valencia empezó ganando y nuestro sueño de Champions se esfumara por un instante. Quería empaparme bien de cada momento, de cada jugada, de cada pase… quería que en mi mente permanecieran para siempre cada uno de los noventa minutos que serían los últimos de la mejor temporada que recuerdo.
Negredo se convirtió en mi nuevo Dios haciendo que los goles fueran cayendo en el Pizjuán como agua bendita. Nuestro gol de fe se me antojaba insuficiente ante el empuje constante de un Deportivo que quería amarrarse a primera con todas sus fuerzas. Veía la mirada desesperada de Valerón y cómo poco a poco la fe de los coruñeses iba menguando al tiempo que crecía mi euforia y me sentí muy rara.
Por una vez, la Real era el grande, al que la noche le iba a sonreír otorgándole la cuarta plaza por la que tanto ha luchado durante toda la campaña. Así como en otras temporadas la ley de Murphy nos acompañaba para lo malo, esa noche las tornas cambiaron por el ‘si algo pude salir bien, saldrá bien’. Y salió de lujo
Y el árbitro pitó el final y se desató la locura. Cohetes, fuegos artificiales, gritos, risas, cánticos y muchos ‘lololos’. Los más de mil seguidores que se acompañaron a los nuestros en la jornada más dulce me emocionaron con sus gritos de ánimo al que al otro lado lloraba su descenso y recordé que sus lágrimas fueron las mías no hace tanto tiempo. Quizás saber que el otro encontraría su destino en otra categoría hizo que no disfrutara tanto de la victoria... ¡hasta la mañana siguiente!
Qué gozada ver las prensa nacional, esas portadas llenas de colorido y positividad, los vídeos de las celebraciones del vestuario y todas esas fotos que desde dentro y vía twitter nos iban llegando queriendo hacernos partícipes de la alegría que sentían estos héroes que visten de corto. Y volví a llorar cuando Montanier alzó su copa de Champagne en el brindis más emotivo que recuerdo. Porque nos deja en Champions y se va y el año que viene ‘lucirá la camiseta que me habéis regalado para veros en Champions’ Orgulloso de su hazaña, sabedor de que en este triunfo tiene mucho que ver su gran labor.
Sonrisas y lágrimas de una temporada para el recuerdo. El polluelo levanta el vuelo y con todas las estrellas acumuladas en nuestro contador particular, el año que viene la TXampions se escribirá con TX, de TxuriUrdin.
Epílogo
Estoy triste y alegre al mismo tiempo, llorando y riendo… feliz por todo lo bueno que nos ha pasado en esta temporada para enmarcar y triste porque se termina. ¿Qué nos deparará la temporada que viene? Sin duda nos quedan muchas tardes de gloria por vivir y sólo espero que la temporada de la ilusión tenga una nueva entrega en la 2013-2014.
Triste porque aquí termina ´Ni Un Domingo Sin Ti´ y una mágica temporada, y sólo cuando vuelva a rodar el balón, estaré de nuevo con vosotros para traducir el sentimiento en palabras. Y la temporada que viene habrá mucho que contar y mientras estéis ahí para leerme, volveré con energías renovadas para daros más y más NUDST.
¡Hasta la temporada que viene, mis TXampions!
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