Si el fútbol sólo fuese una
cuestión de calidad la Real Sociedad siempre coparía los primeros puestos de la
clasificación. Pero a estas alturas de la vida ya sabemos que la calidad pocas
veces sirve si no le van unidos otros muchos factores más determinantes para
conseguir objetivos.
Y es aquí donde entra el
Club como institución. La Real está formada por tres bloques unidos entre si y
en el caso de que alguno de estos bloques flaquease, los otros dos también
caen. Tres estructuras formadas por los jugadores, el cuerpo técnico y la
directiva.
Empezando por el primero, el
domingo los jugadores demostraron algo que ya más o menos conocemos, y es que
son capaces de jugar grandes partidos, de mucha solvencia y poder en el ataque.
Siempre ayuda tener delante a un equipo como el Rayo, que no puso en grandes
aprietos a los de Montanier. Los jugadores demostraron tener calidad de sobra
para aspirar a cotas más altas, pues depende mucho del día que tengan los de
arriba, y si Agirretxe, Vela y compañía están enchufados lo agradece mucho y lo
que fue un 4-0 pudo haber sido un 5-0 u otro resultados más abultado.
En la segunda estructura de
equipo reside el entrenador y su equipo de ayudantes, más los directores
deportivos. El binomio Montanier-Loren es, se supone, el encargado de
confeccionar el grupo de jugadores, y una vez empezada la temporada las
decisiones deportivas caen sobre las espaldas del francés.
Y es en este punto donde
llego a la conclusión de que al equipo le faltan muchas cosas que sumarle a la
calidad que si que tiene, y que demuestran partidos como el del domingo. Es ya
de sobra conocido que la Real no tiene carácter sobre el césped, también es
bien cierto que algunos jugadores si que la tienen. Y con esta falta de alma,
la calidad se queda coja y en partidos “duros” el resultado siempre suele ser
el mismo. Es por esto que la segunda estructura del club está fallando en su
cometido.
Un entrenador, aparte de
entrenar, debe motivar. Ser un líder, y una guía que conduzca al equipo sobre
la hierba. Ser el que lleve esa calidad a unirla con la garra y la motivación.
Un tío que ponga las pilas a los jugadores, presión sobre unos futbolistas que
lo necesitan. Pero Montanier está fallando en esto, al igual que Loren falla al
fichar, y no se está erigiendo como líder de un vestuario que necesita un
estímulo que lo saque de esta falta de carácter que ya llevamos demasiados años
sufriendo.
Suelo pensar que si un
entrenador tiene alma la transmite a los jugadores, o por lo menos que es más
duro a la hora de castigar o mandar. Y me estoy acordando de la famosa salida
de los jugadores en Madrid, al Gabana 51. Una cosa es que los futbolistas sean
libres de salir de noche o de hacer lo que les venga en gana, pero Montanier
tenía que haber puesto límites a eso. Él mismo dio los permisos para la salida
nocturna antes incluso de ir a Madrid, pero tras caer derrotados y humillados
por 5-1 dando una imagen penosa y, como no, sin alma o carácter alguno, esos
permisos tenían que haberse retirado por sentido común. El francés perdió una
oportunidad de oro para ganarse un poco a la afición txuri-urdin, pero en vez
de eso mantuvo los permisos para dolor y cabreo de los aficionados.
Cambios
Ahí radica el problema. Un
equipo que adolece de carácter necesita estímulo. Me imagino la misma situación
con Toshack. El galés les habría mandado entrenar el domingo a las 10 de la
mañana como “premio” por semejante espectáculo.
Parece que ya han sacado
adelante el año. La salvación está cada vez más cerca, pero este problema de
carácter o garra sigue existiendo, y seguirá entre nosotros a menos que se de
un cambio en la segunda y tercera estructura del equipo. Los dirigentes tienen
que ser más exigentes, y sobre todo críticos con su trabajo. Aquí parece que
pase lo que pase, para mal, nunca se toman decisiones duras, o se reprende al
equipo.
Tenemos buenos mimbres, pero
falta un artesano con maña y fuerza que haga de este grupo un equipo más
competitivo. Y ésto pasa por un cambio. No sé si Montanier seguirá el año que
viene, pero no le veo a él como posible estimulador. ¿Emery? No lo sé, pero
podría ser una buena elección para semejante labor.
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