El partido no debió llegar a la próroga. La Real hizo una primera parte sensacional, dominando, jugando en el campo del Club de Campo y generando ocasiones de peligro. El realista lo metió Estefanía Correa, aprovechando el rechace de un penalti corner. Las txuri urdin, hoy de negro, no bajaron el ritmo a pesar de contar con ventaja en el marcador y tuvieron opciones de marcar un segundo gol, antes y después del intermedio. En esos minutos, la guardameta local estuvo sensacional y evitó la derrota. El empate llegó del mismo modo que el gol que abrió el marcador, de penalti corner. El equipo madrileño gozó de varias tentativas en esa suerte y acabó aprovechando una, a pesar de que María López demostró ser la mejor portera del campeonato, reconocimiento que luego recibió antes de la entrega de las medallas y la copa.
La prórroga le sobró a la Real. No es que el Club de Campo tuviera muchas ocasiones de adelantarse, pero en esos minutos sí pareció superior, dando mayor sensación de peligro en sus aproximaciones a la portería txuri urdin. La final se decidió en los strokes. La guardameta realista detuvo nada menos que tres de los cinco que le lanzaron, incluyendo el último, que le podría haber dado el título al Club de Campo. En el primer disparo de la segunda tanda es cuando se resolvió la final. La Real falló, el Club de Campo marcó. Y así se marchó, por segundo año consecutivo aunque con un sabor de boca totalmente diferente al de la temporada pasada, el título de la Copa de la Reina que tanto mereció la Real, después de eliminar por goleada al At. Terrassa y en los strokes al Polo.
La Real fue capaz de dominar un encuentro jugado en el campo de su rival y encendió los ánimos de una afición impagable, la txuri urdin, que sabe llevar la fiesta y la deportividad allí donde va. Un sector del público que arropó al Club de Campo, al parecer con algunos integrantes de su equipo masculino, no tuvo un comportamiento igual de caballeroso. Con abucheos y gritos fuera de lugar ya durante el partido, sobrepasaron los límites de la deportividad que rige un deporte como éste al tratar de poner nerviosas a las jugadoras de la Real con gritos en sus lanzamientos de strokes. Desde luego, la afición de la Real no se portó así con las jugadoras del Club de Campo. Y, por supuesto, unos gestos impresentables no impide que el campeón reciba la felicitación que se merece y que tanto sus jugadores como el resto de su afición sí merece.
Fue una gran final, con un tiempo cambiante que pasó de un intenso calor a una molesta lluvia. Fue una tarde de deporte puro, intenso y agradecido. Y fue una jornada, aunque sea con el sucampeonato, para sentirse orgulloso del equipo al que animamos, subcampeón de Liga y de Copa esta temporada. Hubo lágrimas en las jugadoras, pero ni por un momento tienen que pensar que han sido derrotadas. Sin copa, pero son campeonas. Son nuestras campeonas, porque nos demuestran con su esfuerzo, con su entrega y con su corazón lo que supone defender nuestra camiseta, y así, diga lo que diga el marcador final, nosotros nos sentimos orgullosos de ellas. Y por eso llegará. Nuestro día llegará. No tengo la más mínima duda.
Más fotos de la final, en este enlace de A través del objetivo.
Fotos de los cuartos de final ante el At. Terrassa, en el mismo blog, en este otro enlace.
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