Con el dulce sabor de boca que nos dejó la inolvidable victoria ante el Athletic, llega una nueva jornada de liga para nuestra Real Sociedad.
Durante mucho tiempo, hemos repetido hasta la saciedad la paupérrima estadística que acumula el equipo txuri urdin fuera de casa, desde aquella lejanísima victoria en Valencia del pasado mes de enero.
Pero, no quiero volver a enfocar la previa de este partido con una visión pesimista, y menos aún después de la demostración de poder del pasado sábado. El balance de las primeras seis jornadas para la Real merece al menos la catalogación de positivo.
Tres solventes victorias en casa han sido suficientes para que en estos momentos, nos encontremos en un más que halagüeño octavo puesto a solo un punto de los puestos europeos. Cierto es que los números a domicilio son espeluznantes con tres derrotas inapelables.
Solemos ser implacables a la hora de juzgar los números de la Real a domicilio pero ¿qué ocurre con el resto de los equipos de Primera? Perder a domicilio es un mal endémico que afecta a la inmensa mayoría de equipos de Primera y de Segunda. Basta echar un vistazo semanal a la quiniela para comprobar que impera la dictadura de los “unos”. En los 20 partidos correspondientes a las últimas dos jornadas de liga, en 15 ganó el equipo local y tan sólo los grandes presupuestos de la liga (Barcelona, R. Madrid, At. Madrid, Málaga), se mueven con cierta solvencia fuera del cobijo de sus aficiones.
Con ello, no quiero exonerar de responsabilidad a una Real que desde la segunda vuelta de la liga 2010-2011, arrastra unos penosos números a domicilio, pero sí al menos dejar todas las cartas sobre la mesa, para comprobar que no somos los únicos que vivimos esta situación. A pesar de ello, esta Real tiene que ganar fuera de casa porque tiene potencial suficiente para ello y porque esta temporada estamos llamados a luchar por un reto ilusionante.
Hoy a las 10 de la noche en el Benito Villamarín tenemos “la gran oportunidad”. El Betis poco tiene que ver con la trinchera bermellona de Caparrós o con las malas pulgas de los veteranos del Levante. Nuestro rival de este sábado “juega” y “deja jugar” y sus partidos se caracterizan por ser un correcalles en los que todo puede pasar. Los béticos han encajado más de dos goles por jornada, aunque también han conseguido grandes proezas como marcar cinco goles en San Mamés.
Curiosamente el equipo bético se muestra más seguro a domicilio (excepción que confirma la regla), mientras que en su estadio llevan dos derrotas en tres partidos. El Benito Villamarín últimamente nos trae buenos recuerdos. El 2-3 de la temporada pasada, con aquel antológico gol de Iñigo Martínez fue un punto de inflexión que permitió cambiar la tendencia del inicio de liga.
Aunque Sevilla no es una tierra de buenos recuerdos históricos para la Real, sorprende comprobar que las últimas cuatro visitas al estadio bético en Primera se han saldado con tres victorias de la Real (2-3 en la 2004-2005 con una remontada al final del partido, el 0-1 de la 2006-2007 cuando nos agarrábamos a las matemáticas, y el citado 2-3 del año pasado).
Además volvemos al estadio talismán de Montanier. El técnico francés vuelve al campo en el que pudo cavar su tumba deportiva y aunque ahora la situación de la Real es muy distinta, siguen existiendo muchas dudas sobre su valía para esta Real. A pesar de que todo lo que rodea a este partido, me hace ser muy optimista, tengo un temor. No quiero ponerme la venda antes de la herida, pero preveo un arbitraje hostil para la Real.
Y es que en Sevilla y Pepe Mel se quejan públicamente de los errores arbitrales que ha padecido el Betis en las últimas semanas. Si a esto unimos que la afición del Betis es como mínimo bulliciosa, puede suponer que nos encontremos esta noche en una ratonera. Confío en que José Antonio Teixeira Vitienes esté a altura de las circunstancias y no tengamos que hablar de él al acabar el partido. Vamos a pensar sólo en lo deportivo. Esta Real tiene que navegar a velocidad de crucero. La moral está por las nubes, la clasificación empieza a ilusionarnos, los jugadores cada vez están más implicados y visitamos un campo y un rival ideales para lograr nuestra primera victoria a domicilio.
La Real tiene la gloria en sus manos. Es nuestra gran oportunidad y no vamos a fallar. A por el Betis !!!
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