Real 2-0 Athletic
Un naranja intenso sobre el mar en calma anunciaba la retirada del Astro Rey en el que había sido un precioso día de verano en la paradisíaca playa de aguas cristalinas, ahora teñidas de rojo y malva por puesta de sol más preciosa que recuerdo. Descalza sobre la arena, mi vestido corto de gasa blanca ondeaba por la brisa marina que acariciaba suavemente mi pelo ondulado sutilmente recogido. Un camino de velas y antorchas encendidas terminaba en una estructura de forja blanca engalanada por calas y otras florecillas de colores pastel. A los lados del caminito, miles de caras conocidas lucían puras prendas de ligeros tejidos, adornados por sonrisas emocionadas y gestos cómplices. Al fondo, esperaba expectante e ilusionado un joven desconocido de ojos tiernos y sonrisa pícara que vestía un liviano look de aire ibicenco. Románticos acordes con duende a golpe de guitarra se alzaron sobre el romper de las olas y todas las miradas repararon en mi presencia. ¿dónde estaba?¿quién era él? ¿qué hacía yo ahí?
De repente, mis pies se elevaron unos palmos sobre suelo y una fuerza incontrolable me impulsó hacia él a una velocidad de vértigo. Llegué a su lado asustada y reconocí el rostro de Jokin Aperribay oficiando la ceremonia. El joven pronunció el ‘si quiero’ mientras me cogía de la mano. Salí de mi propio cuerpo y me vi a mi misma contrayendo matrimonio y fundiéndome en un apasionado beso que desencadenó el júbilo de la multitud.
De repente, el cielo se nubló, la escena comenzó a dar vueltas, mi vestido de novia se transformó en la elástica txuriurdin y aparecí en el centro de un Anoeta con colores de Derby en estado de máxima excitación al colocarse el 6-0 en el marcador. De repente, la voz del megáfono cambió y pude escuchar ‘Txoripan’, lo prometiste! NOS CASAMOS!!!”.
Desperté sobresaltada en la mañana del 29 de septiembre y entonces recordé la conversación que en alguna red social me había llevado a prometer el ‘si quiero’ a un desconocido si la Real conseguía endosar más de cinco al eterno rival. ‘Algún día tendrás que aprender a estar calladita!!!’ me recriminé. Mientras me duchaba, no paraba de imaginar los titulares de la prensa de mañana ‘Enlace al desenlace: dos desconocidos txuriurdines contraen matrimonio tras el 6-0 en Anoeta gracias a una apuesta vía facebook’ ¿Qué tenemos los vascos con las apuestas? ¿Por qué lo hacemos? ¿Es necesario realmente apostar por todo?
Elegí mi nueva camiseta de la suerte con el 6 de Iñigo y volví a visualizar el 6 en el marcador de Anoeta… ‘¡¡es imposible!! No va a pasar….’, me repetía. Mientras veía la parte vieja adornada con sus mejores galas, a las cuadrillas interpretando cánticos de derbi y a las parejas mixtas que agarrados de la mano sabían que en la derrota del otro encontrarían su triunfo, recordé que también prometí un ‘guaraná’ por las pistas si lográbamos un resultado histórico. ¡¡¡Si es que no tengo remedio!!!
Por las calles, vi leones con la camiseta en la mano cantando el Goazen Erreala; otros enjaulados, sufrían su despedida de soltero…(¿¡¡¡será una premonición!!!?): primos con banderas pirata y sin voz antes del partido después de todo un día de fiesta y colegas con camisetas distintas en plena exaltación de la amistad. Un hermanamiento REAL en EL DÍA DE LA REAL
En el fin de semana de la clausura de la 60ª edición del Zinemaldia, Donostia se llevó todos los premios y sólo quedó vacante el de ‘mejor artista invitado’ porque el Rey León esta vez no convenció a la crítica. Una afición sobresaliente conquistó la Concha de Oro a mejor actriz por su actuación incansable durante 90 minutos de gloria. Un peliculón ‘de los de antes’ interpretado en versión original ‘made in Zubieta’ con diez canteranos en el casting de actores principales, encandiló a propios y extraños y le hizo digno de mención en la prensa nacional.
Una segunda parte casi perfecta con Markel, Iñigo y Mikel González defendiendo su reino como auténticos troyanos, dio a Zubikarai el papel de ‘extra’ en el día de su ‘prèmiere’. A Zurudin le tocó bailar con lobos y sólo un ‘armagedon’ de patadas y codazos pudo frenar su fútbol creativo. Sobre la alfombra verde de Anoeta, Illarra y Xabi Prieto lucieron sus mejores galas y fueron Antoine Griezzman y Carlos Vela quienes pusieron al público en pie entre vítores y alabanzas sacando del fondo de las mallas nuestro más preciado tesoro.
La falta de cobertura no me dejo compartir mi alegría con mi otro yo… Pero grité para que mi voz se escuchara desde Madrid, Ávila, Burgos, Málaga, Torrevieja, Barcelona, Canarias, Galicia, Cádiz… porque el sábado, miles de txuriurdines por el mundo pudieron lucir con más orgullo si cabe, la camiseta del Mejor Actor.
¡¡¡Qué tarde, qué día… qué gustazo!!! El 2-0 se me antojó insuficiente con la cantidad de ocasiones falladas y por un momento me vi comiendo perdices porque poco nos faltó para lograr un 6… Seguramente, me hubiera tocado interpretar a Julia Robers en ‘Novia a la Fuga’ Y, aunque no hubo enlace al desenlace, el festival terminó en película porno porque el subidón de ganar al Bilbao me hizo sentir tanto placer como si hubiera disfrutado de mi noche de bodas.
De ésta, ya tengo la lección bien aprendida: no vuelvo a apostarme nada nunca más…
¿Que no me crees? ¿Qué te apuestas? xD
Cris García
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