Pertenezco a una de las peores generaciones de aficionados realistas de la historia. En los últimos veintidos años, las alegrías que ha dado la Real se cuentan con los dos dedos de una mano. Más aún si algunos, llámennos exigentes si quieren, no aceptamos un ascenso como una alegría.
La Real Sociedad volvió a hacer el ridículo en Copa. No se pudo ver, no lo pude ver, pero casi lo prefiero. Porque es un ridículo que un equipo de categoría inferior te gane 2-0 y no tengas casi ocasiones de gol. Me da igual que el Córdoba haya ganado a cuatro de los últimos cinco primeras con los que se ha encontrado. El año pasado ganó al Espanyol...que hace seis años fue subcampeón de la Copa de la UEFA, una alegría para su afición que nunca he visto en la Real...ni veré en un tiempo.
Porque más allá de tener mejor o peor plantilla, tenemos la mejor que recuerdo, la Real tiene un problema de actitud y ambición. Saben que pase lo que pase nadie les va a toser, que una afición como las de Anoeta necesita tres puñetazos para dejar de animarles. No quiero decir que deberíamos dejarles tirados, porque somos una afición de Champions League, les acompañamos en masa por segunda y les animaremos hasta la muerte estén donde estén. Como rezaba una pancarta en Valencia, aquel día de junio de 2007, "En Primera o en preferente, de la Real hasta la muerte".
Pero deberíamos quejarnos, tenemos razón, el otro día leí en twitter que tendríamos que Mestallizar Anoeta y ese tweet tiene razón. No me gusta la afición del Valencia, vaya por delante que respeto a todo el mundo, pero durante años no han sido conscientes del trabajo que hacía Emery. De que conseguía lo mismo con Mata, Silva y Villa que sin ellos y eso tiene un mérito que alguno echará de menos viendo el inicio de temporada con Pellegrino.
Anoeta es diferente. Pierdes 5-1 en el Bernabéu, la mitad de la plantilla deja el chárter para quedarse en Madrid de fiesta y sólo se oye una leve pitada al saltar al césped. Se le meten cuatro al Rayo y se apaga el fuego. Pues no.
Porque lo de Gabanna es la enésima cosa que debió costarle el puesto a Montanier. Pero también debió costarles una dura reprimenda a los jugadores. Está claro que son jóvenes y pueden salir siempre que quieran...pero no después de un 5-1 en un estadio en el que cada aficionado de la Real que va, lo hace con miedo y con una cautela desmesurada por si acaso se cruza con quien no debe donde no debe. El egoísmo de unos jugadores a los que no se ha sabido llevar fue tal que mientras unos recibíamos cánticos de que nos iban a pinchar y otros tenían que salir corriendo por la Castellana...ellos se estaban poniendo guapos para salir y encima uno de ellos, vino de Donosti sólo para probar qué tal era eso de Gabanna.
Y todo esto va ligado al ridículo de la Copa de S.M. el Rey. En los últimos años recuerdo perder en Las Palmas y en Vigo contra equipos de la misma categoría, recuerdo que el Rayo te da un baño un día en el que sólo Griezmann se salva de la quema...y luego está lo que ha pasado post-ascenso.
Porque el primer año nos comimos al Almería durante cuarenta y cinco minutos. 2-0 al descanso con goles de Sarpong y Elustondo y una sensación del trabajo hecho en la grada que daba gusto. Claro que los jugadores también lo percibieron así y salieron dormidos y pasó lo que pasó. Un ciclón llamado Ulloa les volvió loco y el partido acabó 2-3 mientras Zubikarai se tiraba de los pelos y Rivas, el único que bajó a defender la última acción, se levantaba del suelo. Menos mal que el Toro Blanco entiende de detalles humanos y esa noche tuvo uno que nunca olvidaré. Ese día, a pesar del 2-3, es el mejor recuerdo de la Copa que tengo en mis 22 años de vida.
El año pasado disfruté con el 4-1 a Granada aunque tuve la sensación de que se debió golear más. Si Llorente hubiera tenido suerte y puntería...los nazaríes se habrían llevado el set y ni siquiera habrían intentando remontar. Porque claro, la gente recuerda que pasamos y es obvio que así fue...pero ¿cómo? Sufriendo después de un 4-1 en la ida. Algo inaudito si no juegas contra un grande.
Claro que lo peor estaba por llegar. Se pasó por encima de un Mallorca que debió salir agradecido de sólo llevarse un 2-0 de Anoeta...y después pasó lo que pasó. Las seis ensaimadas todavía duelen. La derrota de Córdoba ha vuelto a abrir la herida de la Copa del año pasado. Todavía duele el 6-1 cada vez que se juega contra el Mallorca. Cada vez que llega el torneo del K.O.
Antes del descenso recuerdo que el último año en Primera por fin vi la Copa en Anoeta. Después de varios años en los que se jugaba a partido único y evidentemente, nos eliminaban, Astiazaran quiso que se volviera a jugar a dos partidos. Así vimos a un Málaga que estaba en Segunda División y que nos hizo un 4-1 que, por lo menos, sirvió para echar a Bakero. Aquella noche en La Rosaleda un nefasto arbitraje dejó a la Real con nueve y el Málaga dejó la eliminatoria casi sentenciada. Con Lotina en el banquillo, el equipo salió a morder en Anoeta y se puso 2-0 en la segunda parte. Otro error arbitral nos privó de que subiera al luminoso el 3-0 de Díaz de Cerio pero al final lo que queda, es que te eliminó un segunda estando en Primera.
Antes del Málaga los recuerdos son borrosos. Sé que se perdió en L'Hospitalet, que ni siquiera con Denoueix hicimos un papel digno y ya el colmo llegó en Zamora. Aquella noche la Real falló cinco penaltis y se fue para casa con razón. Dos penas máximas durante el partido y tres en la tanda final en la que Alberto sólo pudo parar uno. No se debe pasar por alto que también nos eliminó el Mirandés, el Beasain o el Logroñes.
No entiendo por qué siempre tiran la Copa. La afición siempre se escuda diciendo que prefiere que se centren en la Liga pero luego acaban 12º con dos puntos más que con Lasarte y ya la temporada es bueno. Grave error. La Real tiene plantilla de Europa y la afición que defiende que no se centren en la Copa...¿Tampoco querría verles jugar por Europa? Porque personalmente pretendo estar en las gradas del próximo partido europeo de mi equipo. Tristemente...parece que todavía tengo tiempo para ahorrar. Con este nivel de autoexigencia y esta afición paternal parece que los jugadores no van a llevar nuestro escudo por Europa en la vida. El año pasado el Athletic fue subcampeón de la Europa League, qué envidia de verdad, qué envidia.
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