Y es que el sábado el francés volvió a gustarse, pudimos verle disfrutar y hacer de las suyas de nuevo. Vimos una versión del de Mäcon que hacía tiempo que no podíamos ver. Precisamente fue ante el Valladolid, a los que volvió a hacer dos goles al igual que en la primera vuelta. Posiblemente sus dos mejores actuaciones esta temporada hayan sido ante los de Pucela.
Si analizamos la temporada de Griezmann desde el principio hay que decir que, tras aprender de errores de veranos pasados, este lo dedicó a relajarse y a estar tranquilo. Y eso se notó. Comenzó la pretemporada con sus compañeros y comenzó a ser uno de los mejores una vez empezada la liga. Estaba centrado en su juego y tanto jugando en banda como por el centro, era uno de los destacados.
Pero precisamente tras el partido contra los de Djukic de la primera vuelta, una lesión le hizo parar. Tres semanas en las que tuvo que ver a sus compañeros desde la grada. A ello se le sumó una sanción de la Federación Francesa de Fútbol que le prohíbe jugar con ellos hasta 2014 por salir de fiesta en plena concentración con la selección sub21. Dicha imprudencia se produjo días antes de su lesión y hizo que ante el Atlético Madrid en Anoeta, en la jornada anterior al partido del José Zorrilla, no jugara ni un solo minuto.
Cuando regresó al equipo ya no era el mismo. Estaba sin la chispa a la que nos tiene acostumbrados, y anímicamente parecía que su sanción le había hecho daño. El resultado fue que encadeno una serie de partidos muy discretos que incluso le hicieron perder la titularidad. Él mismo reconocía en rueda de prensa que no estaba bien y mostraba su deseo de volver a ser el de antes de la lesión.
Y como se suele decir, goles son amores. El 10 de febrero, en La Romareda, Antoine volvía a reencontrarse con el gol y se quitaba un peso de encima. Y por fortuna para todos, su juego comenzó a volver a parecerse al de siempre.
Desde entonces su importancia no ha dejado de crecer. En San Mamés mandó callar a toda la afición con el empate. Su juego siguió creciendo, su confianza aumentando y para rematar la faena, el sábado hizo doblete ante uno de sus rivales predilectos.
Como reza el titular de este artículo, con Antoine todo es más fácil. Si él está bien las posibilidades del equipo se multiplican, tanto sus compañeros como el equipo lo agradecen y él disfruta. Y si Antxón disfruta, todos disfrutamos. Que siga siendo así, que entonces tendrá muchas más opciones de pasear su zurda por Europa la temporada que viene.
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