Jornada tras jornada, seguimos disfrutando cada vez con más intensidad de un equipo al que nadie es capaz de ponerle un límite. Ayer le tocó al Málaga. La expectación era máxima. Duelo en la cumbre entre el cuarto y el quinto de la liga. Los que no conocen a la Real, podían presumir un partido igualado, pero la Real ha llegado a una fase en la que no quiere saber nada de nervios. Nuestra Real quiere que los seguidores no suframos del corazón (¿quién lo diría no hace mucho?).
A las cuatro de la tarde, comenzaba el espectáculo con una Anoeta que volvía a presentar un gran ambiente. Los malagueños nos obligaron a cambiar de campo pero el “efecto fondo sur”, esta vez no haría acto de presencia. El inicio de partido fue frío. Durante el primer cuarto de hora el Málaga se atrevió a discutir la posesión del balón a la Real aunque sus timoratos acercamientos se perdían en el limbo. La Real por su parte a lo suyo: estudiar detenidamente a la presa, analizar cuáles son sus puntos más débiles y cuando menos se lo espere ir a por ella.
En el minuto 20, la Real decidió que era el momento. Primer aviso: Griezmann al larguero. Segundo aviso, testarazo de Agirretxe, despeje de Kameni y Vela a la red. La maquinaria txuri urdin ya estaba en marcha. Gol 3.000 en Primera de la Real, 1-0 en el marcador y éxtasis en la grada. La fiera había despertado y el Málaga no podía más que asumir su destino. En el minuto 24, De la Bella, con un trallazo diagonal de alta escuela lograba el 2-0, y en el minuto 30, Agirretxe se inventa un pase en largo prodigioso a Griezmann que en el mano a mano, bate a un desconcertado Kameni. 3-0 y adiós a los nervios.
La afición realista, degustando el mejor caviar, estaba feliz y tranquila. Antes del descanso, un remate lejano de Morales que pilló despistado a Bravo, decoró un poco el marcador, aunque no impidió la ovación de gala que la parroquia txuri urdin regaló a los jugadores en su regreso al túnel de vestuarios. Tras la reanudación, la Real decidió finiquitar el duelo por la vía rápida. Un certero remate de cabeza de Iñigo Martínez a la salida de un córner, se alojaba en las redes de la portería malaguista. Era el 4-1 y Anoeta era de nueva una fiesta. Con una efectividad que ya quisieran otros, la Real estaba minimizando a un equipo que presume de ser uno de los ocho mejores de Europa.
Desde el 4-1 hasta el final del partido la Real se limitó a dejar morir el partido. Las lesiones de Zurutuza y Vela, la contudencia del marcador, y la mejoría del Málaga nos dieron un final de partido sin magia pero muy relajado. Santa Cruz recortó distancias con el 4-2 pero la victoria txuri urdin nunca estuvo en riesgo, e incluso Carlos Vela pudo marcar el quinto gol para la Real.
Llegaría el final del partido. Los realistas en el centro del campo, recibían el reconocimiento de una afición entregada mientras que los malaguistas abandonaban cabizbajos el césped. La Real ya ha superado la barrera de los 50 puntos y llega a la jornada 30 en el cuarto puesto. Málaga y Betis alejados ya a 4 puntos, y el Valencia a 5 a la espera de que esta noche reciba al Valladolid.
Las grandes batallas tienen días difíciles, pero la Real no quiere tener heridas de guerra. Son ya 20 partidos seguidos con unos registros impresionantes, la Europa League parece casi ya garantizada, y esa mágica palabra llamada Champions aún más cerca. Nosotros seguiremos caminando con humildad pero sin complejos, y lo que digan los que no nos aprecian, no nos importa nada
Ayer volvimos a disfrutar. No hace falta viajar a Manchester, para conocer al ´Teatro de los Sueños´. Nosotros tenemos nuestro propio Old Trafford. Un teatro en el que podemos sentarnos en nuestra butaca, ver el espectáculo y simplemente disfrutar, sin miedos, y sin nervios. La función de ayer no fue la primera, ni será la última. Golear al Málaga fue un placer para la vista, pero lo mejor está por llegar. Ya solo quedan 8 pasos y el himno de la Champions se acerca cada vez más a Donostia. Que pase el siguiente. Aupa Real.
A las cuatro de la tarde, comenzaba el espectáculo con una Anoeta que volvía a presentar un gran ambiente. Los malagueños nos obligaron a cambiar de campo pero el “efecto fondo sur”, esta vez no haría acto de presencia. El inicio de partido fue frío. Durante el primer cuarto de hora el Málaga se atrevió a discutir la posesión del balón a la Real aunque sus timoratos acercamientos se perdían en el limbo. La Real por su parte a lo suyo: estudiar detenidamente a la presa, analizar cuáles son sus puntos más débiles y cuando menos se lo espere ir a por ella.
En el minuto 20, la Real decidió que era el momento. Primer aviso: Griezmann al larguero. Segundo aviso, testarazo de Agirretxe, despeje de Kameni y Vela a la red. La maquinaria txuri urdin ya estaba en marcha. Gol 3.000 en Primera de la Real, 1-0 en el marcador y éxtasis en la grada. La fiera había despertado y el Málaga no podía más que asumir su destino. En el minuto 24, De la Bella, con un trallazo diagonal de alta escuela lograba el 2-0, y en el minuto 30, Agirretxe se inventa un pase en largo prodigioso a Griezmann que en el mano a mano, bate a un desconcertado Kameni. 3-0 y adiós a los nervios.
La afición realista, degustando el mejor caviar, estaba feliz y tranquila. Antes del descanso, un remate lejano de Morales que pilló despistado a Bravo, decoró un poco el marcador, aunque no impidió la ovación de gala que la parroquia txuri urdin regaló a los jugadores en su regreso al túnel de vestuarios. Tras la reanudación, la Real decidió finiquitar el duelo por la vía rápida. Un certero remate de cabeza de Iñigo Martínez a la salida de un córner, se alojaba en las redes de la portería malaguista. Era el 4-1 y Anoeta era de nueva una fiesta. Con una efectividad que ya quisieran otros, la Real estaba minimizando a un equipo que presume de ser uno de los ocho mejores de Europa.
Desde el 4-1 hasta el final del partido la Real se limitó a dejar morir el partido. Las lesiones de Zurutuza y Vela, la contudencia del marcador, y la mejoría del Málaga nos dieron un final de partido sin magia pero muy relajado. Santa Cruz recortó distancias con el 4-2 pero la victoria txuri urdin nunca estuvo en riesgo, e incluso Carlos Vela pudo marcar el quinto gol para la Real.
Llegaría el final del partido. Los realistas en el centro del campo, recibían el reconocimiento de una afición entregada mientras que los malaguistas abandonaban cabizbajos el césped. La Real ya ha superado la barrera de los 50 puntos y llega a la jornada 30 en el cuarto puesto. Málaga y Betis alejados ya a 4 puntos, y el Valencia a 5 a la espera de que esta noche reciba al Valladolid.
Las grandes batallas tienen días difíciles, pero la Real no quiere tener heridas de guerra. Son ya 20 partidos seguidos con unos registros impresionantes, la Europa League parece casi ya garantizada, y esa mágica palabra llamada Champions aún más cerca. Nosotros seguiremos caminando con humildad pero sin complejos, y lo que digan los que no nos aprecian, no nos importa nada
Ayer volvimos a disfrutar. No hace falta viajar a Manchester, para conocer al ´Teatro de los Sueños´. Nosotros tenemos nuestro propio Old Trafford. Un teatro en el que podemos sentarnos en nuestra butaca, ver el espectáculo y simplemente disfrutar, sin miedos, y sin nervios. La función de ayer no fue la primera, ni será la última. Golear al Málaga fue un placer para la vista, pero lo mejor está por llegar. Ya solo quedan 8 pasos y el himno de la Champions se acerca cada vez más a Donostia. Que pase el siguiente. Aupa Real.
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