La Real Sociedad está consiguiendo maravillar a todo el mundo y disponer cada vez de más minutos en los medios nacionales a base de cantera y buen fútbol, compitiendo así con orgullo e identidad ante gigantes con presupuesto infinitamente superiores
El mundo del fútbol es a día de hoy un mercado lleno de dinero y muy engominado, donde la corriente de los equipos ricos intenta sumar a todos los aficionados a su ola. Un mundo donde las apariencias son a veces mucho más importantes que los equipos y sus resultados.
El mundo del fútbol es a día de hoy un mercado lleno de dinero y muy engominado, donde la corriente de los equipos ricos intenta sumar a todos los aficionados a su ola. Un mundo donde las apariencias son a veces mucho más importantes que los equipos y sus resultados.
Se está buscando la complejidad en el juego, en los
arbitrajes, en fichajes y en muchas otras cosas que sólo derivan a una meta: un
fútbol artificial. Lo guay es ser del Madrid o Barcelona y parece que si
no se es de estos equipos no sabes de fútbol. Hay que idolatrar su juego, sus
jugadores, sus valores. Y si no lo haces muchas veces parece que te miran mal.
Desde los medios de comunicación españoles mandan lucecillas
de colores con la intención de atraer a más gente a su rebaño, con la vana
esperanza de recoger nuevos creyentes a la causa.
Pero este mundo, por suerte, es muy amplio y fuera de la
gama de grises que suponen los dos millonarios equipos mencionados encontramos
siluetas de colores que dan vida. Y por supuesto, dos de estos colores son el
azul y el blanco.
La Real es un equipo simple. Y lo digo con todo el cariño
posible. Pues lo simple es lo que le está llevando a cotas inimaginables hace
pocos años. Estar en boca de todos gracias a la posición el liga y al juego que
desarrolla lo ha conseguido sin alardes de chulería ni a golpe de talón.
Todo lo que vemos ahora es gracias al trabajo. Un esfuerzo
constante y sostenido que por fin está dando sus frutos en una demostración de
valor y humildad. Teniendo la base en casa el limite de la Real está todavía
muy lejos, a la vez que sus éxitos no están cambiando la filosofía del equipo.
En silencio y sin levantar la voz, tal vez sea por el
dichoso carácter guipuzcoano, este simple equipo está realizando proezas por
las que otros ya estarían sacando pecho y perdiéndose en alabanzas.
¿Y qué es ser simple? Ser simple es muy fácil. Es hacer la
cosas de tal manera que consigas buenos resultados. Y punto. Buen trabajo en
Zubieta, acierto en fichajes tipo Vela y un equipo que funciona. Tres cosas.
Pocas cosas más le han hecho falta a la Real. Sin tirar de cartera, y con mucha
paciencia la Real está donde está. Y lo seguirá estando si los jugadores,
grandes protagonistas de esta bonita historia, mantienen la línea y siguen
realizando bien su simple trabajo: ser buenos profesionales y seguir el camino
que ellos mismos han marcado.
Aquí seguiremos fieles a este equipo de valores reales y
humildes. No caeremos en cantos de sirena de los ricos. Pues no hace falta
mirar lejos para ver buen fútbol y a un equipo ganador que con mucho más merito
que los millonarios está dejando su huella en esta liga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario