El entrenador agradece el trabajo de todas las personas que componen la Real y señala que se marcha al Rennes para encabezar un proyecto tan ilusionante como lo fue el realista hace dos temporadas
La despedida de Philippe Montanier ha mantenido el tono diplomático que ha carecterizado al técnico los dos años que ha dirigido la Real Sociedad. Antes que nada ha mostrado su agradecimiento a todos los empleados del club, desde los jugadores a "todos los que trabajan en la sombra, porque son el alma de la Real. Cada uno de ellos ha sido muy importante en el éxito de la temporada".
No ha querido entrar en los detalles que le han llevado a desestimar la oferta del club txuri urdin en favor de la del Rennes francés pero sí ha señalado que la propuesta de renovación no le decepcionó porque "toda proposición merece un respeto. Fue una proposición económica correcta y la entiendo porque tiene una coherencia", y desliza que el proyecto de su futuro equipo poco o nada tiene que ver con el de clubes como el Mónaco, que se están reforzando con grandes jugadores gracias al músculo financiero de sus presidentes: "El propietario es multimillonario pero el presupuesto del equipo es parecido al de la Real, desgraciadamente voy a ganar menos por la fiscalidad francesa pero no es mi motor para trabajar".
Montanier reconoce que tiene dos posibilidades, "una renovación por un año, interesante para jugar la Champions u otro proyecto de tres años. No era mi voluntad forzar y tampoco era una cuestión de años o dinero, el proyecto deportivo también influye. Es una decisión profesional, son dos proyectos diferentes, no hay una buena ni mala, eligo uno que es de medio plazo. Toda decisión tiene sus ventajas y sus desventajas... y no estar con la Real en la Champions es la desventaja de mi decisión".
El entrenador recuerda una experiencia similar en su vida, cuando "después de 16 años como futbolista profesional y cuatro como ayudante en un club profesional, quise entrenar un club en el mundo amateur de cuarta división. La gente no entendía mi decisión pero era lo que me atraía. Fue un proyecto interesante para optimizar y llevar a un club amateur a ser profesional. El del Rennes es un proyecto que me gusta y mi decisión no sólo viene por la postura de la Real. Antes de venir aquí estaba muy a gusto en el Valenciennes y me pareció atractivo el reto de la Real como ahora lo me atrae el del Rennes.
Montanier también considera que "esta liga es la mejor del mundo, pero pienso que la francesa aumentará su nivel, hemos visto los fichajes del Mónaco, de PSG... es un nuevo reto a alcanzar" y tranquiliza a los aficionados de la Real al asgurar que "el Rennes no tiene suficiente dinero para fichar a los buenos jugadores ed la Real Sociedad", ya que se rumoreaba que había pedido a algún realista a su nuevo presidente. "Hay muchos equipos de Europa que quieren fichar a jugadores de la Real porque tienen mucho talento, pero pienso que ningún jugador va a salir de la Real porque todos van a querer empujar sus límites, la voluntad de los jugadores es seguir así mucho tiempo".
El futuro de los donostiarras es alentador a ojos del técnico que, asegura que "este equipo tiene un gran futuro y un gran margen de progresion también y seguro que el nuevo entrenador ayuda a hacerle crecer más porque hay un gran futuro. Soy feliz por verle crecer y le veré en la Champions. La Real tiene una buena reputación en la Liga y seguro que el año que viene la tiene en Europa". Eso sí, lanza un dardo a los más críticos con su forma de entrenar: "Pienso que decir que la Real ha sido cuarta a pesar de Montanier es una pequeña falta de respeto, porque desde que llegué ha habido una buena evolución y no sólo en las cifras. Si ha habido una buena evolución tengo una pequeña parte de la responsabilidad".
La vida en San Sebastián es algo que ha fascinado al técnico, que destaca lo bien que se han portado los aficionados con él: Estos dos años he tenido una buena relación con la gente de Donostia, siempre me han animado. El partido contra el Espanyol no representa la mentalidad de la gente conmigo, he estado a gusto y volveré para disfrutar de la ciudad".
Dejar la Real es "una pena", ya que supone "el fin de una aventura humana". No obstante, el de Vernon deja claro que "somos profesionales y lo más importante es que hemos sido felices juntos durante dos temporadas" y que el anuncio de su adiós a dos partidos de terminar la temporada no tuvo ningún efecto negativo: "No son niños, todos estábamos tristes porque sabíamos que la aventura iba a terminar pero nos dio más determinación para acabar mejor la aventura".
Montanier define el éxito conseguido como algo "fantástico" y no puede destacar un momento en particular "porque ha habido muchos momentos buenos". Y subraya que el gran ambiente que se vive en el vestuario txuri urdin ha influido enormemente en los resultados del equipo, acordándose especialmente de los jugadores que menos oportunidades han tenido porque "son los que marcan la diferencia, el ambiente de trabajo depende de ellos. El éxito viene por los jugadores que jugan mucho pero también por los que juegan poco. Ver a casi toda la plantilla hacer una fiesta juntos no es habitual en el fútbol moderno, que es más individual. Su amistad ha marcado la diferencia".
La Real y Montanier separan sus caminos tras dos años en los que se ha vivido de todo, bueno y malo. De lo que no hay duda es que el ambiente en Zubieta ha sido inmejorable desde el primer día y en eso la mano izquierda del entrenador también ha influido. El sabor de la despedida no puede ser mejor con el equipo clasificado para jugar la fase previa de la Champions y un nuevo reto para todas las partes.
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