El gol de Xabi Prieto sobre la bocina dio cierto aliento y permitió que no todo fuese pesimismo, pero la cosa se ponía difícil y los de Valverde nos superaban en la tabla, por lo que la expedición con la que iba a viajar finalmente se suspendió y opté por llamar a mi buen amigo Freeman, con el que he compartido numerosas aventuras y desventuras. El conocido hombre de la máscara azul me hizo un huequito con los suyos en el autobús de la peña Luis García. Así, el viernes sobre las 22:30 horas partíamos rumbo a Galicia.
Por otro lado estaban mi hermana Maitane, que estudia lejos de San Sebastián y que sabiendo que su hermano iba a estar presente, viajaría por su cuenta, y Javi, amigo íntimo del colegio y de la cuadrilla que por diferentes motivos también tendría que viajar en solitario. Los tres, nos juntaríamos en A Coruña por lo tanto.
Tras una interminable noche en la que no conseguí conciliar el sueño ni un solo minuto, llegamos a A Coruña sobre las ocho de la mañana. Yo, necesitado de unas horas de sueño, me metí un rato a la cama, y Freeman, que sí había conseguido dormir durante el viaje y como alma libre que es, se fue al hotel donde estaba alojada la Real Sociedad.
Sobre las 13:30 horas regresó y bajamos al hall donde habíamos quedado con Javi y mi hermana. Nos fuimos a comer y a comenzar la fiesta, que se alargaría hasta altas horas de la madrugada. Algo más de un millar de realzales habían tomado las calles de A Coruña, ofreciendo la enésima demostración de amor a unos colores y de saber estar. Impresionante. A fuego se quedó grabada en mi mente una canción que entonó la marea txuri urdin y que no había tenido el placer de escuchar en los numerosos desplazamientos que he realizado hasta la fecha: el Txoria txori del recientemente desaparecido Mikel Laboa. Uffff, la piel de gallina. Entró en mí hasta el mismísimo alma y ahí permanecerá hasta el día que me vaya.
Cánticos, banderas, cerveza, bombos y una afición entregada… Así se fue aproximando la hora del trascendental encuentro. Y no empezó nada bien el partido, el Celta marcaba y obligaba al Depor a dejarse la vida en el intento, poniendo más difíciles las cosas si cabe a los txuri urdin. El Valencia por su parte se adelantaba en Sevilla, pero nada iba a silenciar ni apagar el ánimo de una afición entregada. La Real dominaba al Depor, y las cosas iban a empezar a cambiar. Griezmann hizo el 0-1 y Negredo comenzó su recital… La Diosa Fortuna nos tenía reservado un final de infarto, resultando que los encuentros ante el Granada y el Real Madrid en Anoeta no fueron más que un plan perfectamente trazado para otorgar a esta afición, que tanto ha sufrido en los últimos años, un premio cargado de épica y gloria, de gesta, con la conquista de la cuarta plaza.
Hace tres años estuve en Cádiz donde Carlos Bueno marcaba tres goles y otorgaba a la Real el ascenso virtual. Los héroes del Carranza ahora se convertían en los héroes de Riazor, en los héroes de la Champions. Un equipo el txuri urdin que es el más joven de la liga y que está formado casi en su totalidad por canteranos, por jugadores forjados en la factoría de Zubieta. Qué gran orgullo. La identidad y la pertenencia están más arraigados que en ningún otro lado, y el mérito es tal que no encuentro las palabras. Este año hemos tumbado a todos los grandes convirtiéndonos en la admiración del planeta futbolístico. Hemos practicado el mejor fútbol de la liga y hemos conquistado plazas realmente complicadas, consiguiendo un justo premio a final de temporada. Presupuestos muy superiores y plantillas como las del Málaga, Valencia o Sevilla han sido destrozadas por esta épica Real que ha conseguido algo grandioso, algo histórico.
No puedo evitar emocionarme mientras escribo estas líneas y las lágrimas corren por mis mejillas. Lágrimas de profunda felicidad. La Real Sociedad es la más grande de los humildes, la más grande, y lo es su gente. Esta maravillosa temporada 2012/13 ha recompensado muchas de las frustraciones vividas años atrás, recuperando a su vez en Galicia parte de lo perdido en 2003. Esta Real vuelve a estar al máximo nivel y personas como mi hermana Maitane (1991) han conocido este año lo que otros hicimos antaño saboreando y disfrutando de una épica Real. Muchísima gente joven se ha impregnado de algo que jamás se podrá quitar ya de encima, y las camisetas del Barça para muchos niños han quedado, ya para siempre, olvidadas en el armario. Sus ídolos son los Bravo, Charly, Mikel, Iñigo, De la Bella, Markel, Illarra, Prieto, Zurutuza, Griezman, Vela y Agirretxe. Nuestros ídolos. Eskerrik asko Real. Eskerrik asko Montanier, sois los héroes de Riazor, los héroes de la Champions.
Gran futuro
Por otro lado estaban mi hermana Maitane, que estudia lejos de San Sebastián y que sabiendo que su hermano iba a estar presente, viajaría por su cuenta, y Javi, amigo íntimo del colegio y de la cuadrilla que por diferentes motivos también tendría que viajar en solitario. Los tres, nos juntaríamos en A Coruña por lo tanto.
Tras una interminable noche en la que no conseguí conciliar el sueño ni un solo minuto, llegamos a A Coruña sobre las ocho de la mañana. Yo, necesitado de unas horas de sueño, me metí un rato a la cama, y Freeman, que sí había conseguido dormir durante el viaje y como alma libre que es, se fue al hotel donde estaba alojada la Real Sociedad.
Sobre las 13:30 horas regresó y bajamos al hall donde habíamos quedado con Javi y mi hermana. Nos fuimos a comer y a comenzar la fiesta, que se alargaría hasta altas horas de la madrugada. Algo más de un millar de realzales habían tomado las calles de A Coruña, ofreciendo la enésima demostración de amor a unos colores y de saber estar. Impresionante. A fuego se quedó grabada en mi mente una canción que entonó la marea txuri urdin y que no había tenido el placer de escuchar en los numerosos desplazamientos que he realizado hasta la fecha: el Txoria txori del recientemente desaparecido Mikel Laboa. Uffff, la piel de gallina. Entró en mí hasta el mismísimo alma y ahí permanecerá hasta el día que me vaya.
Cánticos, banderas, cerveza, bombos y una afición entregada… Así se fue aproximando la hora del trascendental encuentro. Y no empezó nada bien el partido, el Celta marcaba y obligaba al Depor a dejarse la vida en el intento, poniendo más difíciles las cosas si cabe a los txuri urdin. El Valencia por su parte se adelantaba en Sevilla, pero nada iba a silenciar ni apagar el ánimo de una afición entregada. La Real dominaba al Depor, y las cosas iban a empezar a cambiar. Griezmann hizo el 0-1 y Negredo comenzó su recital… La Diosa Fortuna nos tenía reservado un final de infarto, resultando que los encuentros ante el Granada y el Real Madrid en Anoeta no fueron más que un plan perfectamente trazado para otorgar a esta afición, que tanto ha sufrido en los últimos años, un premio cargado de épica y gloria, de gesta, con la conquista de la cuarta plaza.
Hace tres años estuve en Cádiz donde Carlos Bueno marcaba tres goles y otorgaba a la Real el ascenso virtual. Los héroes del Carranza ahora se convertían en los héroes de Riazor, en los héroes de la Champions. Un equipo el txuri urdin que es el más joven de la liga y que está formado casi en su totalidad por canteranos, por jugadores forjados en la factoría de Zubieta. Qué gran orgullo. La identidad y la pertenencia están más arraigados que en ningún otro lado, y el mérito es tal que no encuentro las palabras. Este año hemos tumbado a todos los grandes convirtiéndonos en la admiración del planeta futbolístico. Hemos practicado el mejor fútbol de la liga y hemos conquistado plazas realmente complicadas, consiguiendo un justo premio a final de temporada. Presupuestos muy superiores y plantillas como las del Málaga, Valencia o Sevilla han sido destrozadas por esta épica Real que ha conseguido algo grandioso, algo histórico.
No puedo evitar emocionarme mientras escribo estas líneas y las lágrimas corren por mis mejillas. Lágrimas de profunda felicidad. La Real Sociedad es la más grande de los humildes, la más grande, y lo es su gente. Esta maravillosa temporada 2012/13 ha recompensado muchas de las frustraciones vividas años atrás, recuperando a su vez en Galicia parte de lo perdido en 2003. Esta Real vuelve a estar al máximo nivel y personas como mi hermana Maitane (1991) han conocido este año lo que otros hicimos antaño saboreando y disfrutando de una épica Real. Muchísima gente joven se ha impregnado de algo que jamás se podrá quitar ya de encima, y las camisetas del Barça para muchos niños han quedado, ya para siempre, olvidadas en el armario. Sus ídolos son los Bravo, Charly, Mikel, Iñigo, De la Bella, Markel, Illarra, Prieto, Zurutuza, Griezman, Vela y Agirretxe. Nuestros ídolos. Eskerrik asko Real. Eskerrik asko Montanier, sois los héroes de Riazor, los héroes de la Champions.
Gran futuro
Un futuro halagüeño se ha abierto, y se intuyen grandes años. Si se consigue mantener esta plantilla y se hacen varias incorporaciones de nivel, no hay por qué no creer que pueda llegar algún título. Yo así lo pienso, de corazón. La Real Sociedad hoy día es un club sostenible y saneado, y otros equipos están arruinados y se enfrentan a deudas multimillonarias. Está claro que mientras los derechos televisivos se repartan como ahora, la hegemonía de los dos grandes es prácticamente imposible de atajar, pero ¿acaso alguien creía a finales de los 70 que la Real ganaría dos ligas? ¿Acaso alguien intuía que disputaría una semifinal de la Copa de Europa en la que solo un error arbitral le privaría de luchar por el máximo título continental?
Yo, sí creo. La mejor Real ha regresado.
Yo, sí creo. La mejor Real ha regresado.
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