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viernes, 4 de mayo de 2012

POR UN DIGNO EPILÓGO


Jugar sin presión puede tener efectos diferentes. Uno, que la relajación provoque una falta de tensión que cristalice en apatía, en definitiva, una falta de respeto a los aficionados. Dos, que una vez despojados de los agobios por alcanzar el objetivo, la liberación conlleve que se de rienda suelta al fútbol, ofreciendo una imagen seria y, pierdas, empates o ganes, digna y representativa del escudo que luces en el pecho. Sin duda, este último fue el que representó la Real hace 48 horas en el Vicente Calderón. Como debería ser siempre pero que, por desgracia, no lo ha sido en otras ocasiones.

Encarar los tres últimos partidos de Liga abrazados a la permanencia es un éxito. Y el punto cosechado el miércoles en un terreno maldito, que forma parte de la negra historia de este club, es un botín preciadísimo no ya por el valor clasificatorio en sí, sino por el paso al frente que el equipo parece decidido a dar en esta recta final. El reto es sumar los máximos puntos posibles ofreciendo una imagen seria y competitiva. Sin hacer un partido excepcional, la Real apenas sufrió atrás y, aunque el gol de Gabi llegó a raíz de una mala gestión en la presión, fue capaz de crear ocasiones tan claras como la que Agirretxe falló de forma inexplicable.

Lo conseguido supone un refuerzo evidente para Montanier. Si el equipo, ya salvado, es capaz de mantener el espíritu, como demostró el miércoles, será difícil que el Consejo no apueste por su continuidad. Ha tropezado varias veces con la misma piedra y no conecta con la grada, pero ha cumplido con lo que le pidieron y hemos vivido el más tranquilo epílogo en años. El año que viene tendrá que ser, pues, el del salto de calidad y ambición. Que es para lo que le ficharon. 

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