Seguro que no hay aficionado al fútbol medianamente informado que no recuerde la frase que acuñó el "ser superior" Florentino Pérez. Era la época en la que la Real estuvo a punto de ganar su tercera liga y él quería un Real Madrid a base de "Zidanes y Pavones". Pretendía resumir así su política: contratar una gran estrella al año y a la vez ir dando paso a los canteranos. Algo similar a nuestro "fichajes de rendimiento y que aporten aquello que no tenemos" pero con los millones de la burbuja inmobiliaria de por medio.
No hace falta que diga quién es Zidane, y sería injusto recordarle únicamente por el cabezazo a Materazzi en la final del Mundial 2006. ¿Y quién es Pavón? Pues Paco Pavón es un central que subió al primer equipo del Real Madrid de la mano de Vicente del Bosque y que tiene un excelente palmarés con Ligas y Copas de Europa, pero que acabó jugando en Segunda con el Zaragoza e incluso probando en la Ligue1 francesa. No era un mal jugador, pero en la apuesta del Madrid por la pompa y el boato de los fichajes de relumbrón él se quedó fuera. Igual que Rubén, su pareja como central del filial.
Al margen de esta reflexión sobre el actual campeón de la liga escocesa, digo española, la frase me ha recordado mucho a una que he podido leer ayer por la mañana en la prensa deportiva, hablando con Loren sobre "Marigas y Sarpong-es". Y es que ambos nombres son, valga la redundancia, dos manchas negras en el expediente del Director Deportivo txuriurdin, cuya elocuente respuesta es que "hay más casos así". ¿Qué sería de este mundo si la gente no reconociera sus errores, o los justificase de esa manera? ¿Aceptaríamos que el Lehendakari fuese corrupto sólo porque la corrupción es norma de actuación en el Estado?
La Real no se puede permitir fallos tan grandes. Apostando a dos fichajes, Mariga y Vela, no puede centrar la mayor parte del esfuerzo en el que falla, porque como hemos podido comprobar, de esa manera el fallo es doble: pagas por un jugador que se marcha en enero y ahora no puedes contratar al que te ha salido bien. La política de la Real no puede ser de "Marigas y Sarpong-es" y menos aún cuando hay jugadores en el filial que están llamando a golpes a las puertas del primer equipo, aunque parezca que el entrenador no quiera escuchar.
Por ello el fichaje del Chori Castro es un acierto, al menos en teoría. Cubre un puesto vacante, aporta calidad y se le supone rendimiento desde el primer día, ya que conoce la competición, no como los dos anteriormente citados. El acierto sería redondo manteniendo a Carlos Vela y dando a Ifrán la oportunidad y la regularidad que se merece.Que así sea.
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