Han sido 7 días de felicidad absoluta en el entorno de la Real Sociedad. La histórica victoria ante el Barcelona del pasado 19 de enero, quedará grabada para siempre en el corazón de todos los que sentimos algo por este equipo.
El nombre de la Real ha dado la vuelta al mundo como el “David” que ha sido capaz de acabar con el “Goliat” que arrasaba todo lo que se encontraba con el camino. Todos los realistas querríamos que el tiempo se parara indefinidamente en este momento, pero la liga debe continuar y tenemos en el horizonte un objetivo ilusionante: volver a Europa.
Ya no caben argumentos escépticos. Con 29 puntos en 20 jornadas, solo cabe mirar hacia arriba. Haber derrotado al Barcelona de la manera que lo hicimos, nos ha hecho perder el vértigo a las alturas. Los aficionados realistas exigimos a nuestros jugadores que su compromiso no se ciña a brillar en las grandes citas, sino que sean capaces de mantener una línea regular en esta segunda vuelta para que en mayo, podamos celebrar nuestro regreso a Europa.
Betis, Málaga, Rayo Vallecano, Valencia, y Levante son desde ya nuestros rivales directos para luchar por un puesto Champions y dos o tres puestos de Europa League. Quedan 18 finales y la Real tiene mejores cartas que sus 5 rivales (4 si se confirma la sanción del Málaga). Tampoco descartemos a equipos como Getafe, Valladolid o incluso al Sevilla de Unai Emery.
En las próximas tres semanas, jugaremos con tres equipos instalados en la zona baja de la tabla -Celta, Mallorca y Zaragoza-, pero no debemos bajar la guardia.
Para empezar, hoy a partir de las 16:00 horas rendimos visita al Celta de Paco Herrera. Tres años después volvemos a Vigo. Todos sabemos que Balaídos no es un campo cualquiera. Allí, rozamos con la yema de los dedos el sueño de proclamarnos campeones de liga en aquel inolvidable 15 de junio de 2003. No lo pudimos conseguir pero la explosión del sentimiento txuri urdin alcanzó tales dimensiones, y el hermanamiento con la afición celtiña fue tan intenso, que Vigo siempre será siempre vista como una ciudad especial, para la afición donostiarra.
Precisamente, desde aquel doloroso pero emotivo encuentro, parece que la Real juega con doble motivación en Balaídos hasta el punto de que desde entonces, hemos puntuado en 5 de nuestras últimas 6 visitas (2 victorias y 3 empates). Solo un año después de aquel sueño roto, la Real se quitó la espina goleando por 2-5 al Celta, y en el último enfrentamiento, allá por 2010, los guipuzcoanos vencieron por 0-1 con un gol de Emilio Nsue.
Me gusta que en este contexto de ensueño en el que nos encontramos, nos toque visitar el lugar en el que hace una década, la Real luchó con todo su corazón por el sueño más alto posible. El Celta enfrascado en su lucha por la permanencia, querrá volvernos a despertar de nuestro estado celestial, pero confío en que esta vez, la historia va a ser diferente. El equipo vigués no es de los que se cierra atrás, y si los jugadores ofensivos de la Real aprovechan los espacios, podemos llevarnos los tres puntos.
El mayor peligro no será ni el Celta, ni el recuerdo de Balaídos. La Real deberá luchar contra la euforia. Ha sido una semana tan gratificante y tan llena de alabanzas que existe el riesgo de que los txuri urdin bajen el pistón para este partido, aunque tengo la corazonada de que vamos a sacar un buen resultado. Muchos ojos mirarán con atención lo que haga la Real hoy. Ha sido tan alta la repercusión de la victoria contra el Barça que muchos amantes del fútbol querrán ver si la Real es flor de un día o si este proyecto sigue consolidándose para mirar sin miedo a Europa.
Nosotros no tenemos dudas. Nuestra Real cuenta con todo para que esta liga termine con el mejor final posible: una plantilla joven y con calidad, capaz de mostrar hambre y casta, y una aficion entregada que va a apoyar a su club dentro y fuera de Anoeta. No faltarán seguidores txuri urdin en Vigo. En 2003, soñamos y perdimos. Ahora, 10 años después, queremos que la ciudad viguesa vuelva a tener un encanto mágico para la Real, y esta vez con un final mucho más feliz.
El nombre de la Real ha dado la vuelta al mundo como el “David” que ha sido capaz de acabar con el “Goliat” que arrasaba todo lo que se encontraba con el camino. Todos los realistas querríamos que el tiempo se parara indefinidamente en este momento, pero la liga debe continuar y tenemos en el horizonte un objetivo ilusionante: volver a Europa.
Ya no caben argumentos escépticos. Con 29 puntos en 20 jornadas, solo cabe mirar hacia arriba. Haber derrotado al Barcelona de la manera que lo hicimos, nos ha hecho perder el vértigo a las alturas. Los aficionados realistas exigimos a nuestros jugadores que su compromiso no se ciña a brillar en las grandes citas, sino que sean capaces de mantener una línea regular en esta segunda vuelta para que en mayo, podamos celebrar nuestro regreso a Europa.
Betis, Málaga, Rayo Vallecano, Valencia, y Levante son desde ya nuestros rivales directos para luchar por un puesto Champions y dos o tres puestos de Europa League. Quedan 18 finales y la Real tiene mejores cartas que sus 5 rivales (4 si se confirma la sanción del Málaga). Tampoco descartemos a equipos como Getafe, Valladolid o incluso al Sevilla de Unai Emery.
En las próximas tres semanas, jugaremos con tres equipos instalados en la zona baja de la tabla -Celta, Mallorca y Zaragoza-, pero no debemos bajar la guardia.
Para empezar, hoy a partir de las 16:00 horas rendimos visita al Celta de Paco Herrera. Tres años después volvemos a Vigo. Todos sabemos que Balaídos no es un campo cualquiera. Allí, rozamos con la yema de los dedos el sueño de proclamarnos campeones de liga en aquel inolvidable 15 de junio de 2003. No lo pudimos conseguir pero la explosión del sentimiento txuri urdin alcanzó tales dimensiones, y el hermanamiento con la afición celtiña fue tan intenso, que Vigo siempre será siempre vista como una ciudad especial, para la afición donostiarra.
Precisamente, desde aquel doloroso pero emotivo encuentro, parece que la Real juega con doble motivación en Balaídos hasta el punto de que desde entonces, hemos puntuado en 5 de nuestras últimas 6 visitas (2 victorias y 3 empates). Solo un año después de aquel sueño roto, la Real se quitó la espina goleando por 2-5 al Celta, y en el último enfrentamiento, allá por 2010, los guipuzcoanos vencieron por 0-1 con un gol de Emilio Nsue.
Me gusta que en este contexto de ensueño en el que nos encontramos, nos toque visitar el lugar en el que hace una década, la Real luchó con todo su corazón por el sueño más alto posible. El Celta enfrascado en su lucha por la permanencia, querrá volvernos a despertar de nuestro estado celestial, pero confío en que esta vez, la historia va a ser diferente. El equipo vigués no es de los que se cierra atrás, y si los jugadores ofensivos de la Real aprovechan los espacios, podemos llevarnos los tres puntos.
El mayor peligro no será ni el Celta, ni el recuerdo de Balaídos. La Real deberá luchar contra la euforia. Ha sido una semana tan gratificante y tan llena de alabanzas que existe el riesgo de que los txuri urdin bajen el pistón para este partido, aunque tengo la corazonada de que vamos a sacar un buen resultado. Muchos ojos mirarán con atención lo que haga la Real hoy. Ha sido tan alta la repercusión de la victoria contra el Barça que muchos amantes del fútbol querrán ver si la Real es flor de un día o si este proyecto sigue consolidándose para mirar sin miedo a Europa.
Nosotros no tenemos dudas. Nuestra Real cuenta con todo para que esta liga termine con el mejor final posible: una plantilla joven y con calidad, capaz de mostrar hambre y casta, y una aficion entregada que va a apoyar a su club dentro y fuera de Anoeta. No faltarán seguidores txuri urdin en Vigo. En 2003, soñamos y perdimos. Ahora, 10 años después, queremos que la ciudad viguesa vuelva a tener un encanto mágico para la Real, y esta vez con un final mucho más feliz.
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