¿ES EL ENEMIGO?

Al más puro estilo del inmortal Gila, aunque por escrito en lugar de con teléfono rojo, antes de la batalla me gustaría hacer dos objeciones al adversario. La primera concierne a la seguridad y bienestar de los cerca de mil seguidores blanquiazules que volverán a animar a su equipo en San Mamés. Cuando sigues la actualidad txuri-urdin, en cada temporada te encuentras con personas curiosas de diversa índole con las que sueles coincidir casi todos los fines de semana. Este año nos estamos topando con un chaval de Liverpool, que graba todos los partidos de la Real en su cámara de vídeo para luego escribir informes para el Valencia. La explicación es sencilla: el cuadro che juega quince días después contra el rival de la Real. Lo hace en la mismo condición que los realistas, es decir, el Valencia viajará a Bilbao dentro de dos semanas, por lo que, como los de Montanier, los levantinos actuarán como visitantes.

El inglés es muy buena gente. Gran aficionado del equipo de Anfield, su sueño es acabar trabajando en su staff técnico, aunque yo creo que le está cogiendo cariño a la Real, para la que solo tiene buenas palabras. El caso es que en el derbi de ida, en pleno éxtasis tras el gol de Griezmann que certificaba la abrumadora superioridad txuri-urdin, un socio de Anoeta se dio la vuelta, llamó al cámara inglés y le dedicó una peineta. La verdad es que nos sorprendió a todos, porque es un hombre muy amable al que no le pegaba nada esa reacción, aunque en su defensa cabe señalar que el Athletic puede llegar a sacar lo peor de cada uno y seguro que pensó que era un trabajador del club rojiblanco. El chaval, ajeno a la euforia, se lo tomó a risa. Pero a mí no me hizo nada de gracia. Me levanté y le dije que no venía a cuento. "Si nos quejamos de episodios de ese tipo en la grada de San Mamés", algo que desgraciadamente hemos sufrido todos los seguidores realistas que hemos estado animando a nuestro equipo allí, "no podemos hacer nosotros lo mismo y menos con alguien que, además, ha venido a trabajar". La verdad es que el hombre reparó pronto en su error y no tardó en pedir mil disculpas.
Presencié en primera persona la agresión que sufrieron una cincuentena de hinchas realistas por parte de tres matones de medio pelo de una empresa de seguridad privada la pasada campaña. Aunque les han absuelto, algo que me parece alucinante porque parece que los que tienen una porra en los campos pueden hacer lo que les dé la gana, lo único que pido y exijo es que no se vuelva a repetir. Ni más ni menos.

La segunda de mis objeciones es, y esta va para el rival, que si nos tiene que ganar lo haga en buena lid. Que por primera vez en las últimas cuatro visitas no cuenten con la inestimable colaboración arbitral. Y esto no es ninguna llorera, las imágenes están ahí para demostrarlo. Son muy fuertes los atropellos que ha sufrido la Real en San Mamés, con una mano de Aduriz castigada como penalti por, precisamente, Undiano Mallenco y un tanto no concedido, que se dice rápido, pese a que el balón traspasó la línea de gol como máximos exponentes. En Bilbao siempre nos han tachado de acomplejados y han defendido que el de la Real no es su derbi. Visto lo visto esta semana, el Athletic les ha dejado en mal lugar. La campaña para presionar al colegiado ha sido orquestada por el club y reforzada por su prensa afín. No conozco una estrategia más rastrera y cobarde. Lo peor de todo es que Herrera metió la pata al declarar que "el que no llora no mama", algo que nunca dice el denunciante, porque reconoce su treta, sino que lo suele hacer la posterior víctima del atraco. También sorprende la reacción de Urrutia, sobre todo porque si jugara él ante esta Real hoy sería expulsado seguro en su décima falta. Nadie en Gipuzkoa ha querido acordarse de las injusticias que han sufrido los realistas en sus tres últimas visitas salvo para responder a los tramposos. Todos hemos preferido hablar de lo bien que juegan los nuestros y la gran temporada que están completando. Esta claro que, si no sucede nada extraño y prevalece el fútbol, lo normal es que gane la Real. ¿O no? ¡A por ellos!

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