Los jugadores realistas suelen repetir en Zubieta que una de las claves de la mejoría que están experimentando reside en la personalidad que demuestra el equipo cuando se tuercen las cosas. Lo cierto es que la Real lleva meses sin perder la cara ante ninguno de sus rivales.
El dato que mejor confirma esta sensación es que los blanquiazules solo han perdido un partido de los últimos 16 que han disputado. Es decir, desde la derrota ante el Espanyol en Anoeta que se produjo el pasado 4 de noviembre, los realistas han caído en el Santiago Bernabéu, en el primer encuentro de 2013, han empatado en siete ocasiones y han vencido en ocho. Unos números que le han convertido en el segundo mejor conjunto de la Liga en la segunda vuelta, solo superado por los madridistas.
Volteretas
Pero si hay una circunstancia que ha mejorado notablemente respecto a sus dos campañas anteriores en Primera es que esta Real evidencia una extraordinaria capacidad de reacción durante sus duelos. Sus futbolistas por fin se lo están creyendo y saben que pueden devolver o restablecerse de los golpes que reciben en los encuentros.
La última demostración de esta circunstancia llegó el domingo ante el Betis. La Real se repuso a la decepción que supuso llegar al descanso con un injusto 0-1 después de haber completado una de las mejores primeras mitades de la campaña en casa y al mazazo aún mayor de recibir un segundo gol tras un grave error defensivo. Pese a ello, los donostiarras reaccionaron acreditando su sensacional pegada y pusieron patas arriba Anoeta al marcar tres goles en once minutos. La pena fue que en esta ocasión no fue capaz de cerrar el encuentro cuando se puso por delante en el marcador.
A la Real le estaba costando mucho remontar encuentros desde el ascenso. En la primera campaña, con Martín Lasarte en el banquillo, los guipuzcoanos solo fueron capaces de darle la vuelta a dos marcadores en contra. En Gijón, donde el Sporting se puso pronto por delante con un tanto de Gregory y frente al Barcelona, cuando Ifrán y Prieto voltearon la diana de Thiago.
El primer año de Montanier, el conjunto realista solo remontó al Málaga cuando, a la desesperada y con un 4-2-4, Vela e Ifrán convirtieron el 1-2 en 3-2 en el descuento.
Esta temporada, en cambio, las cosas han cambiado mucho en este sentido. En la segunda jornada, la primera en Anoeta, dos tantos de Agirretxe remontaron el gol de De Lucas. En Valencia, en la que significó la segunda victoria consecutiva a domicilio, los txuri-urdin golearon pese al tanto inicial de Soldado en el primer minuto.
Frente al Barcelona llegó la apoteosis, cuando los realistas dieron la vuelta a su primer 0-2 de la campaña con doblete de Chory Castro y un tanto de Agirretxe. El último episodio que confirma la confianza y autoestima de la Real fue la remontada en el derbi con goles de Griezmann, Agirretxe y Vela.
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