Philippe Montanier valoró ayer para los medios desplazados desde Donostia a Boltaña la marcha de la concentración en Boltaña. El galo sufrió con la mountain bike: "No me gusta la bicicleta. Nunca, desde pequeño, he tenido ganas de hacer bicicleta. Pero es verdad que era un buen ejercicio para orientarse y esforzarse. Hemos hecho una actividad de fútbol y otra distinta para cambiar la rutina, para tomar el aire fresco y mantener la buena forma física del grupo y que el grupo viva momentos juntos sin preparar un partido. Sin esa presión. Hay un parón y tenemos que aprovecharlo para hacer una buena recuperación física y mental para la recta final".
La euforia se ha disparado en Gipuzkoa tras los dos últimos triunfos seguidos del equipo: "Llevamos una buena dinámica pero sabemos que hay diez partidos, 30 puntos... El equipo tiene un buen nivel y la voluntad de mantenerlo. Sabemos que hay otros equipos potentes para pelearse arriba, pero vamos poco a poco. Los próximos tres o cuatro partidos serán importantes para ver si podemos mantener este puesto".
La Real por ahora no parece encontrar techo: "Espero que no esté alcanzando el máximo nivel. Por ahora el equipo ha protagonizado una buena progresión, además de regularidad. Disponemos de la capacidad de hacer todo. Cada partido y rival son diferentes y es importante tener buen nivel en distintos comportamientos, como defender bien un día o acertar atacando otro".
Ante el Valladolid la Real hizo más goles que faltas: "Es la manera de defender del equipo. Es importante cometer pocas faltas porque eso supone un balón parado que se puede convertir en ocasiones para el rival y amarillas para nosotros".
La jugada coral del cuarto gol, en la que intervienen diez jugadores, es la perfecta para un entrenador: "Desde el inicio de la temporada buscamos un buen juego colectivo y cuando hay acciones combinativas como esa es bueno para el entrenador. También tiene que ser un placer para los jugadores combinar y jugar así con sus compañeros".
Montanier reconoce que aprecia menos el momento que sus futbolistas: "Sí estoy disfrutando, buscamos la perfección, el hacer bonitos goles y bonitas jugadas. Contra el Valladolid no fue un partido perfecto, pero fue una victoria después de la del Atlético y era la primera vez que conseguíamos una victoria después de una hazaña tan importante".
Unión con la afición
La sintonía entre equipo y afición da alas a esta Real y es algo que también busca el técnico galo: "Cada momento es diferente y eso es parte de nuestro trabajo. Prefiero que la gente esté contenta con el equipo. Estoy satisfecho en este aspecto. Muchas veces es un arma de más en los momentos difíciles, como contra el Betis. Nuestro objetivo es ganar de la mejor manera y, si podemos, dar alegrías a la gente. Es verdad que todo el mundo se muestra contento con esta evolución".
El galo está recibiendo mucho cariño de la parroquia txuri-urdin: "En la calle siempre me han apoyado, incluso en los momentos más difíciles. Fueron muy amables conmigo. Ahora me dicen que hay que ir a la Champions y se nota su ilusión. En la misma reunión de entrenadores del lunes noté que la Real cuenta con una gran reputación entre sus rivales. Me han dicho que estoy en un buen club y una gran ciudad, pero yo ya lo sabía"
No clasificarse para Europa supondría un palo después de ver las expectativas que está generando el equipo: "Sabemos que tenemos una plantilla muy joven y la ilusión es mayor que en otra más veterana. Quizás para la gente sí sería una decepción no entrar en Europa porque hay mucha ilusión, pero nosotros vamos a pelear contra equipos que están más programados para ir a Champions, como Málaga, Valencia...".
Tiene los pies en el suelo
El galo está recibiendo mucho cariño de la parroquia txuri-urdin: "En la calle siempre me han apoyado, incluso en los momentos más difíciles. Fueron muy amables conmigo. Ahora me dicen que hay que ir a la Champions y se nota su ilusión. En la misma reunión de entrenadores del lunes noté que la Real cuenta con una gran reputación entre sus rivales. Me han dicho que estoy en un buen club y una gran ciudad, pero yo ya lo sabía"
No clasificarse para Europa supondría un palo después de ver las expectativas que está generando el equipo: "Sabemos que tenemos una plantilla muy joven y la ilusión es mayor que en otra más veterana. Quizás para la gente sí sería una decepción no entrar en Europa porque hay mucha ilusión, pero nosotros vamos a pelear contra equipos que están más programados para ir a Champions, como Málaga, Valencia...".
Tiene los pies en el suelo
Montanier no se ve por ahora escuchando el himno de la Champions la próxima campaña en Anoeta: "No, porque la clasificación de ahora, a diez jornadas, no es la clasificación final. Sería un error pensar así. El éxito del equipo reside en que siempre demostramos una gran concentración para el próximo encuentro y en nuestro juego. Lo que sucede después es la consecuencia. No puedes pensar en ella antes de jugar, sería una trampa".
Una vez más, el técnico volvió a lanzar balones fuera al hablar sobre su renovación: "Vamos a esperar al final de temporada para hablar de mi futuro. El presente es tan excitante que no pienso en el mañana. Mi renovación no depende de los buenos resultados sino de la filosofía, metodología, perfil entrenador, relación con el club, proyecto, objetivos, el contrato… El proyecto dependerá de la clasificación final".
Por último, el preparador blanquiazul destacó la confianza que siempre le ha mostrado el club: "Lo hizo cuando había mucho ruido sobre mi continuidad, pero dentro siempre me apoyaron el presidente, Loren y todo el mundo. Somos un club muy unido. Esto ha contribuido al nivel de confianza actual de la plantilla, porque los jugadores sienten que hay muy buen ambiente y que todo el mundo avanza en la misma dirección. Siento mucha afinidad con la Real y con su gente, mi impresión es que tengo la misma mentalidad que los donostiarras. Como comenté con Pepe Mel, que lleva una trayectoria parecida a la mía, con esa paciencia hemos podido trabajar con más serenidad y tranquilidad".
Una vez más, el técnico volvió a lanzar balones fuera al hablar sobre su renovación: "Vamos a esperar al final de temporada para hablar de mi futuro. El presente es tan excitante que no pienso en el mañana. Mi renovación no depende de los buenos resultados sino de la filosofía, metodología, perfil entrenador, relación con el club, proyecto, objetivos, el contrato… El proyecto dependerá de la clasificación final".
Por último, el preparador blanquiazul destacó la confianza que siempre le ha mostrado el club: "Lo hizo cuando había mucho ruido sobre mi continuidad, pero dentro siempre me apoyaron el presidente, Loren y todo el mundo. Somos un club muy unido. Esto ha contribuido al nivel de confianza actual de la plantilla, porque los jugadores sienten que hay muy buen ambiente y que todo el mundo avanza en la misma dirección. Siento mucha afinidad con la Real y con su gente, mi impresión es que tengo la misma mentalidad que los donostiarras. Como comenté con Pepe Mel, que lleva una trayectoria parecida a la mía, con esa paciencia hemos podido trabajar con más serenidad y tranquilidad".
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