El equipo realista está obligado a ganar en Riazor y tendrá que esperar a que el Valencia tropiece en Sevilla
La Real no pierde la esperanza. El equipo realista no pudo mantener la cuarta plaza al ser incapaz de derrotar al Madrid, pero el tanto de Xabi Prieto casi en la última jugada del encuentro le permite seguir con vida en la lucha por la Champions.
En la resaca del empate, lo que no se puede evitar es un poso de tristeza porque la extraordinaria fiesta que se vivió a lo largo de toda la jornada en Donostia no tuvo un colofón feliz. La Real fue infinitamente superior a un equipo blanco al que consiguió generar una veintena de oportunidades para marcar. Unas veces la mala puntería y otras la extraordinaria actuación de Diego López impidieron que los tres puntos se quedaran en Anoeta. El mejor resumen que se puede hacer es que la Real hizo lo mismo que en otras tardes brillantes de esta temporada, pero en esta ocasión el balón no quiso entrar. Pero eso no quita para que el vestuario se quedara muy triste al término del encuentro.
Lo que parece evidente es que el gol de Prieto en el tiempo añadido no sentó nada bien en Valencia, donde ya se frotaban las manos con una derrota txuri-urdin, que, sumada a la victoria de su equipo, le permitía acariciar la clasificación para la Champions. El cabezazo del capitán realista le abre una puerta que no es ninguna tontería. La Real está obligada a vencer en Riazor, ese es el único resultado que le vale para intentar recuperar la cuarta posición. En realidad, y en vista de los últimos resultados de los de Valverde, los realistas ya se habían mentalizado de que sus posibilidades pasaban por sacar adelante los dos últimos encuentros que les quedaban, por lo que su situación en ese sentido no ha cambiado en exceso.
La principal variación tras la penúltima jornada es que ya no dependen de ellos mismos, pero si logran el triunfo, obligará al Valencia a sumar los tres puntos en una plaza complicada como el Sánchez Pizjuán. El Sevilla, además, se juega la última plaza que da acceso a la Europa League, en el hipotético caso de que el TAS confirme la sanción de no poder competir en Europa al Málaga. En ese sentido el Deportivo todavía se juega más, ya que tiene en su mano certificar la permanencia si se impone a los blanquiazules, pero no se puede comparar la calidad de las dos plantillas que se enfrentan a los dos candidatos para la cuarta posición. No es fácil, porque de nueve, solo dos combinaciones daría el pasaporte a la Champions para la Real, pero si consigue sumar los tres puntos, sus posibilidades se multiplicarán. No hay que olvidar que esta campaña ha logrado siete triunfos fuera.
Iñigo e Illarra
El conjunto txuri-urdin recibió una buena noticia ayer, ya que, a petición suya, la Federación permitirá que Asier Illarramendi e Iñigo Martínez se reincorporen el jueves a los entrenamientos de Zubieta. En principio, la cosa no pintaba excesivamente bien, porque solo les iban a permitir regresar el viernes, por lo que no podrían entrenarse ningún día junto al resto de sus compañeros. Finalmente ha imperado la lógica y los dos canteranos, que viajaron ayer a Madrid para concentrarse junto al resto de internacionales sub'21 que disputarán el Europeo en Israel a partir de la siguiente semana, podrán volver el miércoles al término del entrenamiento en Las Rozas.
Ayer se confirmó también que será Fernández Borbalán el encargado de arbitrar el encuentro de Riazor. El colegiado andaluz fue el que dirigió el choque en Anoeta frente al Valencia y que finalizó 4-2. Seguro que le recordarán porque no estuvo nada acertado, sobre todo en las jugadas polémicas, al perdonar la roja a Bravo por una parada fuera del área y no señalar un claro penalti de Cissokho, también por golpear el esférico con el brazo dentro del área.
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