Zanjada la continuidad del míster francés ya se sabe también que tanto Pardo como Ros dan el salto al primer equipo. Más juventud. Más cantera. Me gusta. Pero no podemos olvidar de que una de las claves para que los chavales crezcan es rodearlos de gente experimentada con peso específico tanto en el vestuario como en el terreno de juego. Y ahí la retirada de Aranburu supone una pérdida de un activo importante, nada menos que la del capitán. Reforzar el equipo se antoja capital. La temporada recién finalizada ha servido para que una serie de futbolistas se consoliden, pero no es menos cierto que elementos ‘externos’ como Vela, que ha marcado 12 goles, han sido esenciales para la consecución de un objetivo que no era otro que la permanencia, visto lo visto y se dijera lo que se dijera hace un año para justificar el cambio de Martin Lasarte por el técnico de Vernon.
Con todo esto lo que quiero decir es que el buen hacer de los jóvenes de la cantera no puede provocar que nos pongamos una venda y queramos creernos lo que nosomos. Estamos en un momento en el que acertar en las incorporaciones es esencial y es ahí donde me surgen dudas razonables. La lista de fracasos en fichajes es, últimamente, mucho más extensa que la de aciertos y eso es ciertamente preocupante al nivel del que estamos hablando. Por ejemplo, resulta casi inaceptable y es un lujo asiático para un club como la Real que dos futbolistas llegados de fuera y que tienen aún contrato en vigor como Llorente o Ifrán no cuenten a estas alturas para la dirección deportiva o, según parece, más en concreto para el entrenador. Fichajes relativamente recientes, a los que se les firmó un contrato para medio-largo plazo y que a corto ya no valen. Sin entrar a valorar factores propios que incumben a los protagonistas, que también los habrá y habrán influido, son casos que engrosan la anteriormente citada lista negra escrita por Loren en los últimos años. Y sobre él parece que seguirá recayendo la responsabilidad. Los dirigentes del club sabrán por qué. No obstante, y en esta recta final antes de echar el candado en próximas fechas a esta sección y decir adiós hasta el próximo ejercicio, al igual que lo expliqué con Montanier lo haré con Loren. Por suerte o por desgracia, es lo que tenemos e iremos a muerte con ellos porque el que les vaya bien supondrá que a la Real también le vaya bien. Eso sí, si fallan lo seguiremos diciendo. Con argumentos. Porque por encima de las personas está el club. Algo que a muchos se les olvida.
Ningún jugador en La Concha
de vacaciones, cierto, pero hubiera sido un detalle que alguno, sólo alguno, se hubiera acercado a cumplir el sueño de muchos chavales que los idolatran. Y, en todo caso, si me apuras, el club lo debería haber impuesto. Una pena. Son detalles que minan la imagen de la entidad.
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