La Real Sociedad firmó un mal partido en Valencia y cayó derrotada con merecimiento ante un Valencia que no necesitó hacer nada del otro mundo para doblegar a los donostiarras. Soldado por doble partida y Jonas marcarón para el equipo ché.
Menos mal que la Real llegaba en un buen momento, con confianza, con las pilas puestas y con ganas de saltar la banca a Mestalla. Los donostiarras no sólo no consiguieron sacar nada positivo de Valencia, sino que apenas aparecieron por Mestalla. Al Valencia le sobraron 45 minutos para ganar a un equipo que no se pareció ni en la sombra al que siete días antes ganó a todo un finalista de Liga de Campeones.
Una vez más, los errores defensivos volvieron a condenar a la Real. La endeble defensa de los de Martín Lasarte no pudo hacer nada ante Soldado, Jonas, Mata y Joaquin, que en la primera parte camparon a sus anchas por los tres cuartos de cancha, y que dejaron el partido visto para sentencia en cuanto la Real les brindó la oportunidad.
El equipo txuri urdin en ningún momento dejó la sensación de estar jugándose la vida. Siempre a merced del Valencia, la Real no estuvo a la altura de las circunstancias. Tras el 3-0 con el que el partido se fue al descanso, los donostiarras renunciaron por completo al partido para dedicarse a pensar en la visita del Zaragoza a Anoeta, donde se jugarán la permanencia a cara o cruz, con el peligro que ello conlleva.
Y eso que el planteamiento inicial de Lasarte pareció valiente. El uruguayo no guardó nada, y la única novedad que introdujo respecto al partido ante el Barcelona fue la presencia de Zurutuza, que entró en el once inicial en detrimento de Diego Rivas. De este modo, Bravo ocupó la portería; Carlos Martínez, Demidov, Mikel González y Estrada formaron la línea defensiva; Markel y Aranburu fueron los pivotes; Prieto, Zurutuza y Griezmann se alinearon en la línea de tres, y Tamudo fue la referencia en ataque.
Por su parte, Emery volvió a jugar al despiste y dispuso sobre el terreno de juego un once inicial que muy pocos acertaron: Guaita en portería; Miguel, Dealbert, Costa y Mathieu en defensa; Albelda y Banega como doble pivote; Mata y Joaquin por bandas, y Soldado y Jonas en punta.
Por la vía rápida
El Valencia finiquitó el partido por la vía rápida. Desde el pitido inicial Mata y Joaquin fueron un gran problema para la defensa de la Real, que les pudo parar en esos primeros compases del encuentro, a pesar de que Joaquín avisó en el primer minuto de partido con una volea que se marchó por encima del travesaño de la portería de Bravo.
En ataque la Real abusó una vez más de los balones largos para un Raul Tamudo perdido entre la defensa valencianista. Soldado y Jonas no fueron una amenaza en esos primeros instantes, aunque con el paso de los minutos, fueron encontrando el sitio entre la defensa txuri urdin, a la que, finalmente, terminaron volviendo loca.
Los tres goles del encuentro, que llegaron en la primera parte, fueron calcos y evidenciaron los males en defensa de la Real. El primero llegó al cuarto de hora del inicio del encuentro. El Valencia ejecutó una buena contra, y Soldado, aprovechando un error de marca de la defensa txuri urdin puso el primero en el marcador del Valencia.
Tras el gol la Real pareció despertar. Los donostiarras tuvieron una triple oportunidad de gol en la misma jugada, pero primero el palo a tiro de Griezmann, después la defensa bajo palos y seguido un cabezazo por encima del travesaño de Tamudo dejaron sin premio a los donostiarras. Y claro, como el que perdona paga, el Valencia, pocos minutos después de esa triple oportunidad, volvió a coger a la contra a la Real, y Jonas de cabeza marcó el segundo gol ché.
El partido se puso muy cuesta arriba. Mikel Aranburu pudo acortar distancias y cambiar el rumbo del partido, pero el azpeitiarras falló un gol cantado a portería vacía en el lanzamiento de una falta botada magistralmente por Griezmann. Corría la media hora de la primera parte, y el susto donostiarra volvió a poner las pilas al Valencia, que seis minutos después, aprovechando otro error de marca terminó de cerrar el partido. Soldado aprovechó el fallo de marca de Estrada un centro de Miguel para marcar el tercero, discutir con un aficionado de Mestalla y celebrarlo con el resto del estadio.
Minutos de la basura
La segunda parte sobró. Con el 3-0 la Real renunció a jugar los segundos cuarenta y cinco minutos, y el Valencia cogió el guante, aunque bien es cierto que el marcador pudo sufrir alguna variación. Finalmente, el luminoso no cambió, cosa que sí hizo Martín Lasarte nada más salir de los vestuarios. Carlos Martínez, que firmó una mala primera parte, permitiendo que Mata y Joaquin entraran por su banda como Pedro por su casa, se quedó en la caseta, y De la Bella volvió al terreno de juego tras superar una lesión que le ha tenido apartado varias semanas.
Lasarte trató de guardar las fuerzas de sus efectivos en el segundo acto, pensando más en el decisivo partido del miércoles ante el Zaragoza, que en cómo pudiera terminar el encuentro. Así, Aranburu tuvo descanso - entró Elustondo en su lugar - e Ifrán sustituyó a Tamudo, en un tercer cambio que llegó en el minuto 21; lo nunca visto en la era Lasarte.
El Valencia, que siguió siendo el dominador del encuetro, fue bajando el ritmo con el paso de los minutos. Fue entonces cuando la Real tuvo la oportunidad de marcar un gol de la honra que no llegó.
De este modo, el encuentró finalizó con la sensación de que la Real había decidido tras el descanso jugarse su futuro a cara o cruz, en casa ante el Zaragoza.
Menos mal que la Real llegaba en un buen momento, con confianza, con las pilas puestas y con ganas de saltar la banca a Mestalla. Los donostiarras no sólo no consiguieron sacar nada positivo de Valencia, sino que apenas aparecieron por Mestalla. Al Valencia le sobraron 45 minutos para ganar a un equipo que no se pareció ni en la sombra al que siete días antes ganó a todo un finalista de Liga de Campeones.
Una vez más, los errores defensivos volvieron a condenar a la Real. La endeble defensa de los de Martín Lasarte no pudo hacer nada ante Soldado, Jonas, Mata y Joaquin, que en la primera parte camparon a sus anchas por los tres cuartos de cancha, y que dejaron el partido visto para sentencia en cuanto la Real les brindó la oportunidad.
El equipo txuri urdin en ningún momento dejó la sensación de estar jugándose la vida. Siempre a merced del Valencia, la Real no estuvo a la altura de las circunstancias. Tras el 3-0 con el que el partido se fue al descanso, los donostiarras renunciaron por completo al partido para dedicarse a pensar en la visita del Zaragoza a Anoeta, donde se jugarán la permanencia a cara o cruz, con el peligro que ello conlleva.
Y eso que el planteamiento inicial de Lasarte pareció valiente. El uruguayo no guardó nada, y la única novedad que introdujo respecto al partido ante el Barcelona fue la presencia de Zurutuza, que entró en el once inicial en detrimento de Diego Rivas. De este modo, Bravo ocupó la portería; Carlos Martínez, Demidov, Mikel González y Estrada formaron la línea defensiva; Markel y Aranburu fueron los pivotes; Prieto, Zurutuza y Griezmann se alinearon en la línea de tres, y Tamudo fue la referencia en ataque.
Por su parte, Emery volvió a jugar al despiste y dispuso sobre el terreno de juego un once inicial que muy pocos acertaron: Guaita en portería; Miguel, Dealbert, Costa y Mathieu en defensa; Albelda y Banega como doble pivote; Mata y Joaquin por bandas, y Soldado y Jonas en punta.
Por la vía rápida
El Valencia finiquitó el partido por la vía rápida. Desde el pitido inicial Mata y Joaquin fueron un gran problema para la defensa de la Real, que les pudo parar en esos primeros compases del encuentro, a pesar de que Joaquín avisó en el primer minuto de partido con una volea que se marchó por encima del travesaño de la portería de Bravo.
En ataque la Real abusó una vez más de los balones largos para un Raul Tamudo perdido entre la defensa valencianista. Soldado y Jonas no fueron una amenaza en esos primeros instantes, aunque con el paso de los minutos, fueron encontrando el sitio entre la defensa txuri urdin, a la que, finalmente, terminaron volviendo loca.
Los tres goles del encuentro, que llegaron en la primera parte, fueron calcos y evidenciaron los males en defensa de la Real. El primero llegó al cuarto de hora del inicio del encuentro. El Valencia ejecutó una buena contra, y Soldado, aprovechando un error de marca de la defensa txuri urdin puso el primero en el marcador del Valencia.
Tras el gol la Real pareció despertar. Los donostiarras tuvieron una triple oportunidad de gol en la misma jugada, pero primero el palo a tiro de Griezmann, después la defensa bajo palos y seguido un cabezazo por encima del travesaño de Tamudo dejaron sin premio a los donostiarras. Y claro, como el que perdona paga, el Valencia, pocos minutos después de esa triple oportunidad, volvió a coger a la contra a la Real, y Jonas de cabeza marcó el segundo gol ché.
El partido se puso muy cuesta arriba. Mikel Aranburu pudo acortar distancias y cambiar el rumbo del partido, pero el azpeitiarras falló un gol cantado a portería vacía en el lanzamiento de una falta botada magistralmente por Griezmann. Corría la media hora de la primera parte, y el susto donostiarra volvió a poner las pilas al Valencia, que seis minutos después, aprovechando otro error de marca terminó de cerrar el partido. Soldado aprovechó el fallo de marca de Estrada un centro de Miguel para marcar el tercero, discutir con un aficionado de Mestalla y celebrarlo con el resto del estadio.
Minutos de la basura
La segunda parte sobró. Con el 3-0 la Real renunció a jugar los segundos cuarenta y cinco minutos, y el Valencia cogió el guante, aunque bien es cierto que el marcador pudo sufrir alguna variación. Finalmente, el luminoso no cambió, cosa que sí hizo Martín Lasarte nada más salir de los vestuarios. Carlos Martínez, que firmó una mala primera parte, permitiendo que Mata y Joaquin entraran por su banda como Pedro por su casa, se quedó en la caseta, y De la Bella volvió al terreno de juego tras superar una lesión que le ha tenido apartado varias semanas.
Lasarte trató de guardar las fuerzas de sus efectivos en el segundo acto, pensando más en el decisivo partido del miércoles ante el Zaragoza, que en cómo pudiera terminar el encuentro. Así, Aranburu tuvo descanso - entró Elustondo en su lugar - e Ifrán sustituyó a Tamudo, en un tercer cambio que llegó en el minuto 21; lo nunca visto en la era Lasarte.
El Valencia, que siguió siendo el dominador del encuetro, fue bajando el ritmo con el paso de los minutos. Fue entonces cuando la Real tuvo la oportunidad de marcar un gol de la honra que no llegó.
De este modo, el encuentró finalizó con la sensación de que la Real había decidido tras el descanso jugarse su futuro a cara o cruz, en casa ante el Zaragoza.
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