“Al principio decían 3 meses y me asuste bastante, luego dos meses, luego un mes y medio, y luego tres semanas que cicatriza el hueso”, apuntó el portero, quien señaló que “no se pone plazos” para su regreso ya que dar pasos más allá sería “correr un riesgo”.
Bravo reconoció que si fuera por él “haría remates con sus compañeros”, pero que lo que tiene en la muñeca es “delicado y está fresco”. “El que no supiese lo que tengo en la mano, que tengo un tornillo dentro, diría que este no tiene nada, pero sí que tengo”, apuntó.
De su recuperación dijo que está entrenando “más de lo habitual”. Además, admitió ser “un poco cabezón” ya que muchas veces sigue entrenando con dolor. Pese a ello subrayó estar con buenas sensaciones y con la tranquilidad de haber estado “cómodo” en las dos semanas que lleva recuperándose.
También tuvo tiempo de hablar sobre el partido frente al Betis, del que declaró que la sensación fue “la de siempre, la de tener un partido que se puede puntuar y venirse sin nada”.
Para el capitán chileno son los pequeños detalles los que te cuestan resultados. “Si a la hora de definir no se está fino y el otro equipo si lo está, te convierten”, indicó Bravo, quien apuntó que esto les ha pasado “en muchas ocasiones” jugando fuera de casa.
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