LOREN TRIUNFA

El equipo juega de cine además de ser competitivo, plantar cara a cualquiera y estar formado en su mayoría por jugadores de casa

Da gusto ver a la Real. Todos los txuri-urdin solo pueden sentirse orgullosos de este club que ha vuelto a demostrar su grandeza al alcanzar casi su techo solo seis años después de tocar fondo con su descenso y su ruina económica. El equipo juega de cine además de ser competitivo, plantar cara a cualquiera y estar formado en su abrumadora mayoría por jugadores de casa. Por si fuera poco, los integrantes de una generación que apunta a ser también de oro sienten los colores, están comprometidos con la entidad y lo han refrendado renovando sus contratos, lo que invita a pensar que lo que vivimos esta campaña es solo el primer episodio de una serie que hará historia.

Cuando todo funciona de maravilla es justo reconocer el mérito de las personas de peso del proyecto. Loren ha hecho un gran trabajo y se ha merecido la renovación. El termómetro para el siempre expuesto director deportivo de un club de fútbol hoy en día son los resultados. Luego está claro que existen otros factores para apreciar o valorar más o menos su trabajo, pero si no viene acompañado de éxitos clasificatorios resulta imposible llevar adelante ningún plan en el fútbol profesional.

Loren nunca ha tenido facilidad para las relaciones personales. Está claro que no le pagan por ser simpático ni hacer amigos, pero un cargo de esa responsabilidad en una institución con la historia y el pedigrí de la Real debería obligar a acreditar un mínimo de categoría humana. He podido ser muy crítico con su labor, porque su trayectoria en los despachos siempre ha tenido puntos muy oscuros y complicados de explicar y entender, pero no tengo problemas en reconocer que su buen trabajo está teniendo un éxito rotundo.

Ahora bien, hay circunstancias que no pueden seguir así. Recuerdo que cuando era capitán de la Real siempre tuvo un trato exquisito con la prensa al comprender que era un simple intermediario con la afición. Por eso resulta complicado asumir que como director deportivo solo se relaciona con un periódico. Es inadmisible que el responsable de la estructura deportiva, el que tiene la última palabra en tema de fichajes y de altas y bajas en la plantilla, no coja ni el teléfono al resto de medios o que vete a algún periodista para entrevistarle por el mero hecho de que le critica. Eso está mal, pero peor aún es la permisividad del club con estas actitudes recriminables. ¿O es que los lectores de los otros medios no merecen la mejor información posible de su equipo?

Desde que llegó Jokin Aperribay a la presidencia, el club ha intentado controlar en mayor o menor medida que se filtre la información de manera premeditada e interesada. Todos asumimos que los que nunca les critican y ven a la Real como el mundo de Yupi estando cuarta o última clasificada van a recibir una cierta preferencia en lo que respecta a noticias, pero en las últimas fechas, en tiempos de bonanza, se ha vuelto a bajar la guardia, lo que deriva en una barra libre intolerable hoy en día.

Con comportamientos como el de Loren o los del club filtrando entre otras muchas cosas su renovación, el Consejo corre el peligro de desunir y marcar claramente dos bandos, los que les apoyan a ciegas y no toleran las críticas, y los que son capaces de ver más colores en la paleta que utilizan para su análisis. Así es al menos como nos están haciendo sentir a bastantes, cuando, por mucho que algunos no actuaran siempre de esta forma, y pese a que nunca será nuestro personaje favorito, la gran mayoría nos alegramos del triunfo de Loren. Porque es también el de nuestra Real.

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