Ser de la Real es más que un sentimiento, te sale de dentro. Es un orgullo serlo y decir por todas partes, "soy de la Real".
Recuerdo que de niño mi padre me llevaba a Atocha, en 1987 fui de esos privilegiados que vivió en directo la final de copa en la Romareda contra el Atlético de Madrid. Tenía 7 años pero lo recuerdo como si fuese ayer.
¡Qué gran alegria cuando Arconada paró el penalti decisivo! Fue maravilloso, otro momento fue el cambio de Atocha a Anoeta. Me dio mucha pena porque Atocha era más que un campo . Los que sois de la Real seguro que me entendeis muy bien.
Avanzo hasta aquella tarde mágica de la manita al Athletic. Esa tarde de 1995, maravilloso, después de varios años coqueteando por el descenso, estuvimos a punto de ganar la Liga. Para mí fue como ganarla, porque jugamos mejor que ninguno. Pero se la regalaron al Real Madrid con arbitrajes sospechosos.
Gran papel la temporada siguiente en Champions cayendo con honor. Jamás me he arrepentido de ser de la Real y eso que nos tocó vivir una de las peores cosas que le puede pasar a una afición vivir un descenso.
A mí nunca me había pasado esto y recuerdo que mi llanto en mestalla era inconsolable . ¡Cómo lloré aquella tarde! Creía que todo había terminado, queria desaparecer, despertar de esta pesadilla pero era verdad. Estábamos en segunda, cosas de la vida.
En segunda me he desplazado a más campos que estando en primera . En la primera temporada quedamos 4º. El peor puesto posible en segunda y todo se perdió en 2 minutos horribles en Vitoria. De estar en primera prácticamente a quedarnos sin opciones. Aquí no lloré. No sabía que pensar. Al año siguiente temporada no hubo opciones y quedamos en una discreta 6ª plaza pero estuve animando hasta el final. Tercera temporada en segunda y qué locura de Liga. Larguísima, 41 partidos cada uno con su historia, un montón de desplazamientos donde conocí gente de la Real de todos los lugares posibles.
Llegó el día del Celta, el día del ascenso. Allí estaba yo, en la grada animando como un loco. Llegó el penalti y después de tener que repetirlo, Xabi Prieto marcaba el uno a cero y después Carlos Bueno setenciaba y en la grada era la locura: cánticos, besos, abrazos, lágrimas...
Se acaba el partido y estalla la locura, lágrimas para celebrar algo que nunca había celebrado, un ascenso. Ver de nuevo a la Real en primera. Se acababa la pesadilla y volvíamos a ser grandes.
Yo no sé cómo explicar este sentimiento que tiene uno siendo de la Real . Es algo que viene de dentro, ser de la Real no es ganar títulos, no es ganar todas las semanas. Es disfrutar cada semana con tu equipo sea cual sea el resultado y estés donde estés.
Ser de la Real es ser un privilegiado, es más que un sentimiento, nunca podré agradecer lo suficiente a mi familia por inculcarme este sentimiento por la Real, esta ilusión porque llegue el fin de semana.
Sólo me queda decir una cosa: GORA ERREALA!
PD: no se me olvida, un abrazo a toda la familia y amigos de Aitor Zabaleta, beti gogoan.
Gran papel la temporada siguiente en Champions cayendo con honor. Jamás me he arrepentido de ser de la Real y eso que nos tocó vivir una de las peores cosas que le puede pasar a una afición vivir un descenso.
A mí nunca me había pasado esto y recuerdo que mi llanto en mestalla era inconsolable . ¡Cómo lloré aquella tarde! Creía que todo había terminado, queria desaparecer, despertar de esta pesadilla pero era verdad. Estábamos en segunda, cosas de la vida.
En segunda me he desplazado a más campos que estando en primera . En la primera temporada quedamos 4º. El peor puesto posible en segunda y todo se perdió en 2 minutos horribles en Vitoria. De estar en primera prácticamente a quedarnos sin opciones. Aquí no lloré. No sabía que pensar. Al año siguiente temporada no hubo opciones y quedamos en una discreta 6ª plaza pero estuve animando hasta el final. Tercera temporada en segunda y qué locura de Liga. Larguísima, 41 partidos cada uno con su historia, un montón de desplazamientos donde conocí gente de la Real de todos los lugares posibles.
Llegó el día del Celta, el día del ascenso. Allí estaba yo, en la grada animando como un loco. Llegó el penalti y después de tener que repetirlo, Xabi Prieto marcaba el uno a cero y después Carlos Bueno setenciaba y en la grada era la locura: cánticos, besos, abrazos, lágrimas...
Se acaba el partido y estalla la locura, lágrimas para celebrar algo que nunca había celebrado, un ascenso. Ver de nuevo a la Real en primera. Se acababa la pesadilla y volvíamos a ser grandes.
Yo no sé cómo explicar este sentimiento que tiene uno siendo de la Real . Es algo que viene de dentro, ser de la Real no es ganar títulos, no es ganar todas las semanas. Es disfrutar cada semana con tu equipo sea cual sea el resultado y estés donde estés.
Ser de la Real es ser un privilegiado, es más que un sentimiento, nunca podré agradecer lo suficiente a mi familia por inculcarme este sentimiento por la Real, esta ilusión porque llegue el fin de semana.
Sólo me queda decir una cosa: GORA ERREALA!
PD: no se me olvida, un abrazo a toda la familia y amigos de Aitor Zabaleta, beti gogoan.
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