La Real cae en Santander ante un Racing que aprovechó dos errores de la Real. Paradas Romero no decretó gol una falta excelentemente botada por Ifran en el último minuto. El delantero uruguayo tuvo en sus botas el empate en dos ocasiones pero no acertó.
Dos errores, dos goles y una nueva derrota. Ya son uno de los últimos quince puntos los que ha sumado la Real, aunque bien es cierto que, por lo menos, el equipo txuri urdin mereció arrancar un empate. Sin embargo, una vez más la suerte le fue esquiva, y dos errores defensivos terminaron condenando a una Real que se mete en un pequeño lío.
Sí, porque por mucho que los donostiarras lleven 35 puntos, la tranquilidad no está asegurada, y viendo el calendario que le queda al equipo txuri urdin los de Lasarte se ven obligados a ganar al Hércules en Anoeta dentro de quince días. Hay que lograr seis puntos como sea lo antes posible, ya que el calendario se complica sobremanera en tres o cuatro jornadas, cuando la Real tendrá que encadenar, Athletic, Barcelona y Valencia, que se estarán jugando la liga y sus aspiraciones europeas.
De todas formas, hay que ser positivos todavía, porque la Real no hizo uno de esos partidos nefastos que ha realizado en algunas salidas esta temporada. Empató un partido que se le puso cuesta arriba poco antes del descanso, pudo adelantarse, pero la falta de puntería y la buena actuación de Toño evitaron que los txuri urdin pasaran a mandar en el marcador.
Santander no pudo ser talismán, y eso que el milagro estuvo cerca de obrarse. Pero ni el colegiado ni el linier apreciaron gol en una falta botada a la perfección por Diego Ifrán, que se estrelló en el poste y terminó en las manos de Toño, que pudo haber rescatado el balón de dentro de la portería. El uruguayo fue uno de los jugadores más destacados de la Real. Lasarte le dio entrada en sustitución de Tamudo y pudo haber decantado el partido para los donostiarras; mostró detalles de calidad, pero no acertó en el remate.
Defensa de cinco
Martín Lasarte sorprendió a propios y extraños alineando una inusual defensa de cinco. El entrenador uruguayo dejó en el banquillo a Zurutuza para colocar a Labaka, Ansotegi y Mikel González como centrales, mientras que confió los laterales a De la Bella y Carlos Martínez, otras de las novedades en el once titular de los donostiarras. Elustondo compartió pivote de salida con Aranburu, mientras que arriba Tamudo, Griezmann y Prieto fueron los elegidos para jugar entre líneas.
Así, la Real saltó al terreno de juego con Bravo en portería; Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, Labaka y De la Bella en defensa; Elustondo y Aranburu en el doble pivote; Griezmann y Prieto cayendo a bandas, y Tamudo en punta.
Por su parte Marcelino García Toral, tal y como se preveía dio entrada a Osmar en sustitución del sancionado Henrique, mientras que devolvió la banda derecha a Francis y colocó a Giovanni y Rosemberg en punta, en un once inicial formado por Toño en portería; Francis, Torrejón, Osmar y Cisma en defensa; Lacén y Colsa en el doble pivote; Munitis y Kennedy en bandas, y Giovanni y Rosemberg como hombres más adelantados.
Gol psicológico
El partido comenzó con el Racing tratando de hacerse con el balón y una Real replegada atrás tratando de no recibir demasiado peligro. Aún así, avisaron los cántabros nada más empezar por mediación de Rosemberg, todo un peligro en la frontal del área. Con el paso de los minutos la Real fue asentándose en el terreno de juego, dejó de mandar balones largos hacia Tamudo y comenzó a rasear el balón.
Con el toque los donostiarras comenzaron a comerle terreno al Racing. Mikel Aranburu se convirtió en el mariscal de campo de la Real. El azpeitiarra hizo jugar al equipo txuri urdin que fue ganando metros y pudo abrir el marcador en un centro desde la derecha, tras una buena jugada de Xabi Prieto y que Griezmann no llegó a rematar por poco.
La posesión de la pelota se equiparó en los últimos minutos de la primera parte, cuando mejor estuvo la Real en el encuentro. Fue entonces cuando llegó el gol del Racing. La Real erró a la hora de despejar un balón en dos ocasiones, que terminó en las botas de Kennedy, que con un disparo con el exterior que dio en el pie de De la Bella según salió, batió por alto a Claudio Bravo, que nada pudo hacer.
Gol fantasma
En la reanudación el Racing varió a su once titular. Ariel entró en sustitución de Rosemberg y los cántabros comenzaron de forma espectacular. La rapidez de Giovanni y la pelea de Ariel pusieron contra las cuerdas, a una Real que bajó enteros y protagonizó un mal primer cuarto de hora.
Fue entonces cuando Martín Lasarte decidió mover su banquillo y, contra toda lógica, introdujo a Ifran por Tamudo, como parte de un doble cambio en el que quitó a Mikel González para dar entrada a Zurutuza y volver al esquema habitual. La entrada del de Rockefort dio otro aire a la Real, aunque fue Giovanni quien tuvo en sus botas el gol de la sentencia. El ex delantero del Barcelona, cedido por el Tottenham al Racing, falló la ocasión más clara del partido en un mano a mano con Bravo. Corría el minuto 20.
Seis minutos después la Real empató el partido. En una jugada de ataque rápida por la derecha, Xabi Prieto puso un centro al segundo palo hasta donde entró Griezmann que de volea, según le vino, empalmó para mandar el balón al fondo de la red; un gol calcado al que marcó en Getafe.
El equipo pareció venirse arriba y en los tres minutos siguientes al gol de Griezmann, pudo adelantarse en el marcador. En ambas jugadas Ifrán fue el gran protagonista. En la primera hizo una gran jugada dentro del área, pasó atrás, pero Zurutuza no llegó a empujar el balón. En la segunda, el delantero uruguayo falló un mano a mano con Toño, que le sacó dos grandes manos cuando se disponía a marcar.
Fue tras esta acción de Diego Ifran cuando llegó el segundo del Racing. Los donostiarras cerraron mal la incorporación por banda izquierda de Cisma que metió un centro raso al segundo palo, donde Giovanni llegó antes que Mikel Labaka, que no estuvo atento para tocar el balón y desviarlo al fondo de la portería. De tener el 1-2 la Real pasó a verse 2-1 por debajo en el marcador.
Hasta el final la Real no tuvo grandes opciones de empatar el encuentro. Sólo en los minutos finales y con el partido loco, Ifran pudo lograr el empate, pero su potente disparo fue desviado por Toño. Y ya en tiempo de descuento, el uruguayo, forzó una falta al borde del área, la pidió, la lanzó y…, ¿entró la pelota? De nada servirá que entrara ya que ni el colegiado, ni el asistente dieron gol, pero los donostiarras tampoco protestaron la jugada en demasía.
Así, la Real con uno de los últimos quince puntos parece que puede meterse en problemas. La distancia con los de abajo se ha reducido a seis puntos. Ahora los donostairras tienen dos semanas para ponerse las pilas y afrontar de la mejor manera posible la visita del Hércules, que se antoja vital para no pasar apuros de aquí a final de temporada.
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