Bueno, pues otra temporada más que se va, otra temporada más, pero con el tinte especial de haber vuelto a primera tras tres añitos a la sombra, sombra que de repente acecha cual lobo hambriento a una oveja, o cual quirófano de cirugía estética a Belen Esteban. Sombra terrorífica, a la que nadie ha invitado, pero que ha falsificado su entrada y se ha colado para liarse a leches con las más de 30.000 personas que se van a dar cita el Sábado a las 22:00 sobre los asientos de Anoeta.
Todo parecía terminado en Febrero, ya estábamos todos pensando incluso en Europa. Craso error. En caída libre desde los cielos a los infiernos. Un par de derrotas en casa contra los colistas Málaga y Hércules y, anteriormente, contra un levante que, todo hay que decirlo, cuya segunda vuelta ha sido espectacular, sumado a las nueve derrotas fuera en la segunda vuelta, y a sufrir. A sufrir mucho. Más de lo que todos preveíamos. Por desgracia.
El Sábado, con un Anoeta a reventar, viene el Getafe, o Team Dubai, o como narices se llame actualmente, que se juega lo mismo que nosotros, el no irse a los infiernos. Situación nueva para ellos, todo sea dicho de paso. Un Getafe que venía tocado hasta que el Domingo le dió por atropellar a Osasuna, y que ahora acecha con sus garras los hilos que sostienen a la Real en primera. Habrá que estar muy atentos a sus primeros envites, porque a diferencia de que a nosotros nos vale el empate, a ellos es muy posible que lo único que les valga sea la victoria, y van a salir a morder. A morder mucho, a perforar la portería de Bravo hasta dejarla como un queso gruyere.
Pero en peores plazas hemos toreado. Vino el Real Madrid en la primera vuelta, y no le hicimos un roto porque a esa cosa esférica a veces le da por tocar las narices. Vino el Athletic, y le hicimos un roto, a pesar de que no fuera el partido más brillante de la temporada. Vino el Barça, y los tres puntos se quedaron aquí, vinieran los titulares, los suplentes, o los cadetes, no me importa. Y así podría decir alguno más, como el Sporting, el Depor, etc...
Anoeta, al igual que el año pasado, se ha convertido en un fortín. Un campo en el que es dificil puntuar como vengas a comerte un par de pintxos y darte un bañito en La Concha. En estos dos últimos años, en Anoeta se ha conseguido algo que no se veía desde el año de la Champions, y ya ha llovido desde entonces, ilusión. Donostia entera está volcada con el equipo. La afición responde al equipo. Se va a recibir al bus, viaja, apoya a los jugadores en los momentos dificiles. Goles que provocan estruendos que hacía tiempo que no se veían en Anoeta. Y el equipo también responde a la afición.
El Sábado va a ser una noche de radios, por esa chorrada de no dejar poner los resultados de otros partidos (Como si no se fueran a enterar los jugadores...). Va a ser una noche con los oídos fraccionados en Pamplona, en Valencia, en Mallorca y A Coruña.
El drama en Donostia está servido. Y los desfibriladores funcionando.
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