Real Sociedad y Getafe empatan a uno en un partido en el que los de Michel se adelantaron nada más comenzar; Sutil empató de cabeza mediado el segundo tiempo. Ambos equipos logran la permanencia. Rivas se despidió de la afición txuri urdin, con un estadio de Anoeta en pie y aclamando su nombre.
Menos mal que Deportivo de la Coruña y Mallorca fallaron, porque el drama del descenso se paseó por Anoeta durante un buen rato. No llegó a estar en ningún momento la Real en esa tercera plaza de la discordia gracias, entre otras cosas, a que Aduriz marcó nada más comenzar el partido para el Valencia y el Deportivo no supo darle la vuelta al marcador.
Porque cuando el Cata Díaz desvió al fondo de la portería un lanzamiento de falta en el minuto nueve de partido, la grada de Anoeta se temía lo peor. En ese momento el resto de campos se convertían en protagonistas en una noche de transistores a la antigua usanza, ya que la Liga de Fútbol Profesional había prohibido mostrar en el videomarcador lo que ocurría en los otros campos en los que también se vivía el drama de caer a la segunda división. Esos marcadores, esos transistores fueron los que avisaron tanto a Michel como a Lasarte de lo que ocurría en otros campos. Esa información fue la que hizo que Real Sociedad y Getafe firmaran un pacto de no agresión tras el gol del empate de Paco sutil.
De todas formas, la Real no tuvo chispa durante el encuentro. Los donostiarras estuvieron muy nerviosos, lo que no les permitió llevar a cabo su juego en casa. Además, el hecho de que el Getafe se adelantara en el marcador desarboló todo el planing a los guipuzcoanos, que estuvieron un rato en situación de standby, de espera, sin reaccionar, lo que incluso terminó con los nervios de una grada que se volcó con su equipo, pero que con el gol del Cata Díaz, pasó a estar más pendiente de otras cosas.
Tal y como decíamos en la previa, seis ciudades y cinco partidos serían responsables de una tragicomedia, que terminó en tragedia para el Deportivo de la Coruña, y en comedia para el resto. Especialmente cómico fue el final del partido en Anoeta, donde ni Getafe ni Real se acercaron con peligro tras el empate a la portería contraria. El partido pasó a ser un rondo gigante a la espera de noticias.
Gol tempranero
Lasarte y Michel se ajustaron al esquema habitual con el que han afrontado los partidos de casa en caso del uruguayo, y de fuera en caso del madrileño. Lasarte, tal y como se había asegurado, formó con su once habitual en casa: Bravo en portería; Carlos Martínez, Mikel González, Demidov y De la Bella en defensa; Rivas y Aranburu como doble pivote; Prieto, Zurutuza y Greizmann en línea de tres, y Tamudo en punta.
Por su parte, Michel, efectuó algún cambio con respecto a lo esperado: Ustari formó bajo palos; Miguel Torres, Mario, Cata Díaz y Marcano en defensa; Boateng con Victor Sánchez en el doble pivote; Pedro Ríos, Albin y Manu del Moral en línea de tres, y Miku en punta.
Las nuevas venidas de otros campos tomaron mayor importancia cuando Cata Díaz marcó un gol tempranero, en una situación mal defendida por la Real. El central aprovechó un fallo de la defensa a la hora de tirar el fuera de juego, para poner la pierna y desviar al fondo de la portería una falta botada por el Getafe a 20 metros de la frontal del área.En ese momento el go del Aduriz en Coruña y los goles del Atlético de Madrid comenzaban a tener importancia en el devenir del encuentro.
Los donostiarras quisieron irse arriba, pero el gol tempranero del equipo azulón le dejó en una situación muy complicada de gestionar, sobre todo, desde el apartado psicológico. El equipo txuri urdin trató en varias ocasiones de entrar por el centro, pero los de Michel les cerraban el paso. Entrar por la banda también se puso imposible, por lo que los centros que lograba sacar la Real eran globos onda sin remitente.
Tamudo pudo empatar el encuentro de cabeza en uno de esos centros, pero Ustari respondió con una gran parada, y el partido llegó al descanso con el 0-1 y el estadio entero pendiente, sobre todo de Riazor.
El pacto de Anoeta
En la reanudación, Paco Sutil entró por Zurutuza para tratar de revolucionar el ataque de los donostiarras. Aún y todo la Real tardó en entrar en juego en la segunda parte y el drama se comenzaba a mascar sobre Anoeta. Zaragoza marcaba, el Mallorca parecía querer remontar y el Depor seguía sin poder dar la vuelta al marcador. Con los resultados así, un gol salvaba tanto a Getafe y Real Sociedad.
Corría el minuto 22 cuando llegó el empate. Una falta botada por Prieto aproximadamente desde la misma posición que la del gol del Getafe, fue rematada en el segundo palo por Paco Sutil. El granadino celebró con mucha rabia el gol que terminó dando la permanencia a la Real, y que convirtió el partido hasta el final en una sucesión de pases sin crear peligro alguno por parte e los dos equipos.
El pacto de Anoeta, ese por el cual Getafe y Real no se agrederían mientras no variaran los resultados que se estaban dando, pasó a ser protagonista. El partido se paró, ninguno tenía prisa, ni intención de ir al ataque. Los transistores cobraron fuerza. El Zaragoza marcó el segundo, el Levante le recortó distancias; Osasuna se adelantó en el Reyno de Navarra, pero ni Mallorca ni Depor remonataban sus partidos, lo que con el paso de los minutos el partido se convirtió en una eterna espera para certificar la permanencia.
Entre tanto, Diego Rivas pudo ser despedido por la afición que coreó su nombre y pidió que se quedara - todo un aviso a navegantes -. El manchego abandonó el césped visiblemente emocionado. Este hecho fue lo más destacado de unos minutos de espera, hasta que Teixeira decretó el final. En ese momento Anoeta estalló de júbilo, mientras en el campo el Getafe hacía piña aguardando acontecimientos desde La Coruña. No tuvieron que esperar mucho los de Michel que corrieron a celebrar su permanencia con el nutrido grupo de seguidores que acompañó al equipo.
Así, lo que nada más comenzar fue un drama, terminó siendo una fiesta. Ahora, tocará reflexionar para afrontar la próxima campaña tratando que esta agonía no se vuelva a repetir.
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