La Real Sociedad cae ante el Club de Campo en el tercer partido de la final en el gol de oro de la prórroga. Las donostiarras neutralizaron un gol de Montse Cruz a seis minutos del final, pero las colegiadas terminaron decidiendo el título en la prórroga.
Rabia, dolor, tristeza, pero sobre todo enfado. Apunten bien la fecha, porque será recordada como el día que le qutaron una liga a la Real Sociedad de Hockey; una liga que las donostiarras han tenido muy cerca, pero que ha terminado escapándose por la labor de dos colegiadas que, como suele ocurrir en estas ocasiones, tiran siempren al grande.
Hasta ese instante - segundo minuto de la prórroga - la Real tuvo contra las cuerdas al Club de Campo. Porque las donostiarras no se rindieron pese a que al poco de comenzar el partido Montse Cruz adelantó a las madrileñas de penalty corner. Para entonces todo estaba predispuesto por parte de la dupla arbitral, porque el penalty no era. Regalos así pocas veces suelen ser desaprovechados por una selección mundial como la del Club de Campo y Montse Cruz marcó de golpeo.
La Real no se vino abajo tras el gol encajado y apoyadas por una hinchada incombustible que se dejó la piel y la garganta para levantar el ánimo de las txuri urdin, que no se amedrentaron. El descanso del encuentro llegó con la sensación de que el partido estaba más equilibrado que lo que el marcador reflejaba.
En la segunda parte, la Real se echó arriba y atrincheró a un Club de Campo que no hizo tanto daño en sus ataques. Aún así el tiempo corría en contra de las donostiarras que se afanaban, cada vez que pisaban área contraria, de provocar un penalty corner que les diera la posibilidad de empatar el encuentro.
Tanto va el cántaro a la fuente que esa pjavascript:void(0)osibilidad llegó a falta de siete minutos y las donostiarras no la desaprovecharon. Nerea Unceta paró la bola, se la dio a Maria Gómez, y ésta batió a Chus Rosa. El sueño aún era posible, a pesar de que el arbitraje era tendencioso.
La prórroga, a gol de oro, duró dos minutos; los que tardaron en decretar un penalty corner a todas luces inventado y muy protestado, tanto por las jugadoras como por la grada. En medio de la protesta se hizo el silencio, el Club de Campo sacó el penalty, lo pararon, se la dieron a Barbara Malda que golpeó la bola mandándola por encima de la chapa. Gol ilegal. Sin embargo, ninguna de las dos colegiadas se atrevió - por ser finos - a anularlo, y se acabó.
De este modo, de la forma más triste, finaliza una liga en la que las txuri urdin han logrado los subcampeonatos de liga y copa, y la clasificación para la Europa League. La derrota no puede empañar la temporada, sin embargo, las formas inundaron de tristeza un autobús que regresó a Donostia con ganas para preparar la próxima temporada.
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