La Real Sociedad no pasa del empate ante el Espanyol. Montanier cambió el
sistema, pero volvió a fallar en los cambios. Llorente, Agirretxe, Cadamuro,
Ansotegi y Mikel González fueron titulares en un equipo que sufrió una
revolución, que no surtió efecto.
La situación de la
Real Sociedad sigue siendo cada día más preocupante. El equipo no tiene gol, la
intensidad de algunos de sus jugadores sigue siendo escasa, y desde el banquillo
se sigue sin encontrar soluciones a un bache que dura ya ocho partidos. La Real
sólo ha sumado dos de los últimos 24 puntos, con un juego que deja mucho que
desear, con probaturas de todo tipo de un entrenador con el que la parroquia ya
no está identificada para nada. Esta vez Anoeta presentó hasta pancartas con
peticiones de dimisión, que se extendieron ya a viva voz contra el director
deportivo, Loren, al que la grada acusa de haber hecho una mala planificación y
gestión a la hora de confeccinar la plantilla de este año. La grada pide un
cambio radical a una Real que lo necesita como agua de mayo. ¿Cuánto más habrá
que esperar?
Tal y como se preveía Montanier revolucionó su once inicial.
Por primera vez en la temporada hizo caso a los aficionados y puso en liza una
delantera en la que Agirretxe y Llorente formaron tándem junto a Vela y Xabi
Prieto. El delantero hondarribiarra demostró que está para tener más minutos y
protagonismo en este equipo que va a necesitar, y mucho, de su aportación. Pero
no fueron los únicos cambios, el trivote se convirtió en pivote, aunque la
decisión de introducir a Mariga con Illarramendi no fue la acertada; y en
defensa, Cadamuró cumplió en el lateral zurdo, mientras que Mikel y Ansotegi
firmaron una buena primera parte, pero se diluyeron en la segunda.
La
Real fue de más a menos. Empezó con intensidad, que no con juego, pudo marcar en
la primera parte, y en la segunda se vio completamente desbordada por un
Espanyol que no se dedicó a guardar el punto, sino que lo intentó hasta el
final, e incluso pegó un poste a diez minutos del final. Lo que ocurrió entre
medias no fue sino el fiel reflejo de un equipo que es colista por méritos
propios.
Seis ocasiones de gol tuvo la Real en la primera parte. Los
donostiarras estuvieron más agresivos que en otras ocasiones en la primera
parte. Se notaba que había mucho en juego. Llorente pudo haber adelantado a la
Real en el minuto 11, pero el pase de Mariga - lo único salvable que hizo en el
partido - se encontró con Moreno que rebañó desde el suelo el balón antes de que
llegara a la bota de Llorente, que estaba preparado para marcar.
Agirretxe, ese jugador defenestrado para Montanier tras meter cuatro
goles al inicio de temporada, también pudo haber marcado a la media hora de
juego. Su volea fue defectuosa y se marchó muy lejos del portal de Álvarez. Para
entonces el Espanyol ya había efectuado su primer cambio. Sergio García tuvo que
abandonar lesionado el encuentro. En su lugar entró Thievy, que con su movilidad
puso en serios aprietos a la Real en la segunda parte.
El Espanyol no
hizo nada del otro mundo en la primera parte, que pudo haberse cerrado con un
gol de Imanol Agirretxe. Illarra, salió de la presión de dos contrario, puso un
gran centro al punto de penalty e Imanol Agirretxe la tocó de cabeza, aunque no
lo suficiente para que entrara en la portería.
En la reanudación, el
partido comenzó a cambiar. Los donostiarras salieron bien en los primeros
minutos, pero con el paso del tiempo el Espanyol se hizo con el control de la
pelota, así como del centro del campo. En la Real activos que se suponen
importantes comenzaron a desaparecer. Prieto se diluyó - y van unas cuantas -,
mientras que Mariga pasó a ser más un lastre para su compañero Illarramendi que
una ayuda. De este modo, Baena, Verdú y Romaric se hicieron con el centro del
campo, y aprovecharon que la Real buscaba a la desesperada el gol para ejecutar
contras con mucho peligro.
Para el minuto 15 la situación del encuentro
ya era completamente distinta. El Espanyol era muy superior y el equipo
donostiarra pedía cambios a gritos, que no llegarían hasta el minuto 21. Estrada
sustituyó a Cadamuro, en un cambio cuanto menos discutible, teniendo en cuenta
que los donostiarras habían perdido el control de la pelota. Seis minutos
después llegó la primera gran queja del respetable. Montanier decidió cambiar a
Illarramendi para dar entrada a Mikel Aranburu, lo que arrancó los pitos de una
grada que entendía que el partido que estaba haciendo Mariga merecía el cambio
anteriormente. El técnico francés reaccionó y, poco después, retiró al citado
pivote keniano para dar entrada a otra de las grandes esperanzas blanquiazules,
Ruben Pardo.
Pero el partido ya no estaba para florituras. El Espanyol
era cada vez más superior y llegaba con más peligro a las inmediaciones del área
de la Real que viceversa. A los donostiarras les invadió la prisa, la ansiedad
por marcar para salir del agujero en el que se encuentran. Este hecho fue
aprovechado a la perfección por los entrenados por Mauricio Pochettino que
ejecutaron contragolpes con mucho peligro. En uno de ellos, el canterano Gómez,
estuvo a punto de marcar, pero su potente disparo desde la frontal a diez
minutos del final se estrelló en el palo. Fue la última gran oportunidad de un
partido en el que la Real desapareció según avanzó la segunda parte y terminó
escuchando el descontento de una grada que ve síntomas preocupantes que
requieren de cambios radicales. Léanlo entre líneas.
Ficha técnica
0-Real Sociedad:
Bravo; Carlos Martínez, Cadamuro (Estrada, min. 65), Ansotegi, Mikel Gónzalez;
Mariga (Pardo, min. 77), Illarramendi (Aranburu, min. 71), Xabi Prieto,
Agirretxe; Joseba Llorente.
0-Espanyol: Álvarez; Galán, Raúl Rodríguez,
Héctor Moreno, Didac, Raúl Baena; Weiss (Rui Fonte, min. 82), Romaric, Verdú,
Sergio García (Thievy, min. 16); Álvaro (Cristian Gómez, min.
75).
Arbitro: Del Cerro Grande (Madrid). Amonestaciones a Llorente,
Illarraendi, Cadamuro, Ansotegi, Didac.
Incidencias: 23.702 espectadores
en el estadio de Anoeta. Pitos tras el partido al equipo local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario