Estaba la posibilidad de la decepción porque la Real no diese
la talla. Estaba la posibilidad de la alegría extrema porque nos llevásemos el
derby en San Mamés. Pero no contemplé la posibilidad de quedarme con cara de
tonto porque el señor Ángel María nos colara un golazo por la escuadra casi
mejor que la falta de Susaeta, y eso que la puso en la cruceta de un acertado
Claudio.
Las buenas vibraciones con las que me ponía delante de la
televisión para ver el partido, no se tradujeron hasta la segunda parte. Ahí
fue cuando se vio una Real Sociedad sin complejos, jugando a gusto e incluso
inclinando el campo. Remontar en La
Catedral se antoja difícil así a primera vista, pero seguro que muchos
realzales como yo lo tuvisteis en mente desde el primero de Susaeta.
Pero llega un momento en que parece que las cosas se vuelven
todas en contra: el señor Mateu Lahoz deja seguir tanto el juego que a veces se
pasa. Señor Mateu, cuando hay gol de la Real Sociedad materializado por Vela,
se para el juego y saca el rival desde el centro del campo. Es fácil. Empate a
uno y a seguir. Pero no, no fue así.
Y este estado de resignación aflora 48 horas después del
derby porque en el momento todo es diferente. Gritas pensando que te oyen desde
Bilbao, y te desazonas con el error arbitral, y te diriges a la televisión como
si fuese tu mejor oyente. Te levantas, te sientas, hablas, te enfadas. Muchas
reacciones en poco rato.
En poco rato sí. Porque la segunda parte se pasó como si
nada. Habíamos inclinado el campo 45º hacia la portería de Gorka, pero el
tiempo y Mateu corrían en nuestra contra. En las contras también se centraba el
Athletic y a eso se tuvo que limitar la segunda parte.
Finalmente, tras intentarlo una y otra vez hasta hacer todos
los cambios de índole ofensivo echando el resto, calló otro jarro de agua fría
a la afición txuri urdin. Otro jarro más que se
sumaba a lo que ya caía en Bilbao. Ya casi que no nos acordábamos de
Mateu porque la Real había estado a lo suyo, pero claro, todo el mundo estaba a
lo suyo y Amorebieta no iba a ser menos: manotazo a Xabi Prieto de segunda
amarilla que se traga el sr. Lahoz, remate en un libre directo de Markel
Susaeta, y gol. 2-0.
Ahí me quedé yo con mis tres capas de ropa txuri urdin frente
al televisor, dándole vueltas, como dice el título… ¡¡Con cara de tonto!!
¡GOAZEN ERREALA!
Mario
Figueroa ( @figuexp on Twitter)
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