¿Qué es un sábado diferente para
un seguidor txuri urdin en la distancia? Imagínense. Pues no es poder pensar
que se ganó con solvencia, que el partido lo tuvimos tranquilo desde el
descanso o algo por el estilo. Mira que eso está muy bien, pero no debe llevar
el calificativo de diferente.
Aquel sábado diferente se empezó a mascar una semana antes de que llegara la cita. La cita que yo tenía con Anoeta. Había pasado mucho tiempo desde que viví un día mágico de partido en la butaca del estadio. Era el ascenso.
Un viaje de dos horas en coche, un bocadillo de por medio, unas cañas a la llegada o una quedada con colegas eran ingredientes perfectos para culminar una tarde con victoria txuri urdin. Después de asentarme y revivir las sensaciones dentro del coliseo donostiarra era momento de centrarnos en el equipo.
Un Zaragoza que apenas inquietó y una Real Sociedad que aprovechó todo lo que le regalaron y más, permitieron que viviera una tarde tranquila en el estadio. Tranquila y agradable a la vez por las condiciones climatológicas. E incluso momentos del partido donde tu equipo se está gustando. No pedía más. Sábado perfecto.
Ese momento en que te das cuenta que tú no eres el único que lleva esos colores, que tu camiseta la tiene este, ese y aquel y que tu bufanda la ha alzado al aire más de la mitad del estadio. Eso es bonito. Es así.
Así terminó un sábado diferente. Un sabor de victoria que acompañaba el viaje de regreso a casa.
¡GOAZEN ERREALA!
Mario Figueroa (@figuexp on twitter)

1 comentario:
me vale kuranyi
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