Ese parece ser que es el único
objetivo de este equipo, con lo que preparémonos todos para forzar una sonrisa
falsa y celebrar una gran fiesta en honor a este logro. La temporada pasada, desde el
diario oficialista se nos describió como un éxtasis la última jornada en la que
la Real Sociedad
consiguió de un modo agónico su permanencia en el encuentro ante el Getafe. Algunos pretenden hacernos creer que
el trágico descenso a Segunda en 2007, supuso tal catarsis en esta institución
que debía iniciar otra vez todo desde cero. Poco parece importar que la Real Sociedad durante décadas escribiera
a puño y letra páginas legendarias que otras generaciones sí pudieron disfrutar.
Nosotros, como títeres de una
función, debemos movernos al antojo de los que controlan este club y celebrar el
objetivo mínimo como si fuera algo mágico. Y por supuesto, si alzamos la voz
para defender que la Real
debe aspirar a algo más recibiremos como respuesta la misma palabra de siempre:
“paciencia”. Es irrelevante que los años sigan
pasando y todo siga igual. Tenemos que ser pacientes y con ciertos toques de
masoquismo, soportar todas las frustraciones de cada temporada. Por si a alguien le queda alguna
duda, esta temporada la salvación está más barata que nunca. Tres equipos agonizan con registros
ridículos y eso ha contribuido a que lleguemos en estos momentos de la película
a una salvación más pacífica que la de la temporada pasada (a pesar de que
curiosamente tengamos ahora menos puntos que los que teníamos hace un
ejercicio).
Esta liga era para soñar. Sin necesidad
de autoflagelarnos pensando en la
Copa , la Real
tenía en la liga una opción histórica de volver a Europa después de 9 años. A día de hoy, el último equipo que
ocupa puesto europeo, el At. Madrid, tiene 48 puntos (1,41 puntos por
partido), con lo que es más que probable que se consiga billete europeo con
sólo 54 puntos.
Si analizamos las últimas 10 temporadas nos encontramos con que el último equipo que consiguió su clasificación europea en cada campaña por méritos ligueros, obtuvo los siguientes puntos:
Si analizamos las últimas 10 temporadas nos encontramos con que el último equipo que consiguió su clasificación europea en cada campaña por méritos ligueros, obtuvo los siguientes puntos:
2001-2002: Alavés (54)
2002-2003: Barcelona (56)
2003-2004: Sevilla (55)
2004-2005: Sevilla (60)
2005-2006: Celta (64)
2006-2007: Zaragoza (60)
2007-2008: Racing (60)
2008-2009: Valencia (62)
2009-2010: Getafe (58)
2010-2011: Atl Madrid (58)
Nos tenemos que remontar a hace 10
años para encontrarnos con algo parecido, cuando el Alavés se clasificó para la UEFA con sólo 54 puntos y más
goles en contra que a favor. Incluso si el At. Madrid gana la Europa League es probable que
de los 20 equipos que estamos en Primera, 8 logren alcanzar la meta de jugar en
competición europea la próxima temporada. Y lo más triste no es no conseguir
hacer realidad el sueño, sino el haber renunciado a intentarlo. Si al menos
hubiéramos visto a nuestra Real aspirando a volver a la nobleza de la liga, ya
habría sido un paso adelante importante pero no ha sido así.
Al menos nos queda el consuelo de que el Racing, nuestro rival de mañana está en peores condiciones. Tras jugar con fuego durante muchos años, los cántabros han terminado por quemarse y volverán al pozo de
Cuando la Real jugó en El Sardinero me dio la impresión que el Racing era equipo más flojo de Primera y efectivamente
el tiempo le ha ido dejando en su sitio.
Seguramente este sábado, muchos aficionados
realistas se tomen una pequeña vendetta contra el Racing por las malas artes
que mostró este club en 2007, pero si éste es el modo que tenemos de saciar
nuestras ansias vitales, seguiremos dando pasos de tortuga para recuperar la
grandeza de la Real. El Racing no debería ser un equipo
de nuestra liga y estas rencillas personales con estos clubs es la muestra más
del giro a la mediocridad que ha dado este club en la última década.
A pesar de la acidez de este
artículo, me alegro mucho de que la
Real vaya a lograr la permanencia este sábado, pero en ningún
modo lo sentiré como un éxito porque me resisto a dejarme llevar por este
corriente conformista que de un modo partidario pretende adoctrinarnos e
impedirnos soñar.

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