Ibrahima adelantó a los rojillos con un gol tempranero
aprovechándose de un barullo en el área ocasionado por un error de Claudio
Bravo. Sin embargo, el portero chileno sería el mejor jugador de la
Real ya que a lo largo del partido salvó al equipo de encajar varios goles con
paradas de entidad. Los jugadores de la Real estuvieron “missing” durante toda
la noche ridiculizando de nuevo su sagrada camiseta, y solo en los compases finales tuvieron
la decencia de acercarse tímidamente al área rival.
No quiero ser desconfiado pero me sorprende este cambio de
actitud tan radical respecto a la imagen que ofreció la Real en el Vicente
Calderón el pasado miércoles. El caso es que la Real se volvió a retratar de la peor manera posible, no luchando como debía, a pesar de las miles de
lágrimas que muchos derramamos hace cinco años y que deberían haber tenido muy presentes.
Pero más duro incluso ha sido volver a contemplar los
titulares apócrifos que vuelven a rezumar desde El Diario Vasco. Algunos redactores de ese medio siguen fieles a un ´fariseísmo´ rancio que solo ellos se creen. Además de ocultar las carencias mostradas por el equipo txuriurdin, siguen empeñados en vendernos que la Real está a punto de llegar a los
47 puntos y obtener la mejor puntuación de la última década.
Textualmente el
Sr. Soroeta dice: “temporada tras temporada los 47 puntos son como un muro que
la Real, no puede superar. Ahora está a tiempo. Hay que intentarlo para cerrar
una buena temporada”.
Número que llega a utilizar hasta en cinco
ocasiones en su artículo. Señores ¿acaso tienen uds el complejo de JJ. Abrams?. Y me refiero al director de series tan conocidas como Lost o
Fringe, y que por razones desconocidas hace alusiones explícitas e implícitas a
ese número en muchos capítulos de sus series. Verdadera ciencia ficción. Basta ya de engañar al aficionado. Si la Real llega a su amada cifra de 47 puntos, habrá
repetido la misma puntuación que obtuvo en las temporadas 1999-2000 y
2001-2002, que por si se les ha olvidado fueron dos campañas horrorosas en las
que tuvimos que recurrir a los servicios de Javier Clemente y Roberto Olabe y
en las que hubo críticas durísimas porque todavía era fuerte la corriente que
se resistía a que la Real fuera un equipo ramplón.
Y no sé si saben que si la Real, por cualquier casual,
perdiera la semana que viene contra el Valencia, obtendría la segunda peor puntuación desde la temporada del subcampeonato y sólo mejoraría los registros
del año del descenso. ¿Esa es la buena temporada que uds. nos quieren vender?
La realidad de la que no podemos huir es que esta temporada se concluirá entre los puestos 12 al 15, con
44, 45 o 47 puntos. Esta ha sido la liga
de las “oportunidades perdidas”. Tenemos jóvenes jugadores con futuro, pero en el fondo, la
Real sigue muy enferma y necesitada de aspirar a sueños que siguen
estando muy lejos. Este fin de semana la verdad de la Real ha quedado al
descubierto. Un equipo que no ha ganado ni un partido fuera de
Anoeta en toda la segunda vuelta, un equipo que de los últimos 30 puntos tan solo se ha hecho con 10. Un equipo que de los 10 últimos encuentros tan solo ha salido victorioso en 2. Pobre Real. ¿A dónde te están llevando?
El sábado que viene llega la despedida a Mikel Aranburu (un gran
capitán del que hablaré en profundidad en mi próximo artículo), pero por muchas
emociones que se vivan ese día, el balance global de la temporada es muy gris, se mire como se mire.
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