jueves, 7 de febrero de 2013

LA REAL TENÍA UN EQUIPAZO Y PUNTO



Karpin
 Con las declaraciones de Iñaki Badiola al As que todos hemos leído y que no reproduciré, empezaron las sospechas, los más listos del lugar quisieron poner en tela de juicio la mejor temporada de la historia reciente de la Real Sociedad.

Algunos por mala fe, otros por envidia y otros simplemente por tocar la moral a la afición realista pero que nadie, repito nadie, intente quitarnos el recuerdo de aquella temporada maravillosa. La Real Sociedad tenía un equipazo, el segundo mejor de la Liga 2002-2003 y punto. Eso es así. 

Porque un año antes tuvo que volver Kovacevic a echarle una mano a Javi De Pedro para salvar al equipo y al año siguiente quedaron decimoterceros y se salvaron en la jornada 37 de la Liga 2003-2004.

Aquel verano de 2002 a San Sebastián llegaron tres jugadores, uno clave en el subcampeonato, otro muy importante y el tercero un gran jugador lastrado por las lesiones aquel maravilloso año. Valery Karpin volvió a la Real para llevarla a lo más alto. El estonio fue un puñal por su banda, 24 a la espalda y 33 años pero ¿qué? Seguía siendo buenísimo.

Nihat y Kovacevic
Sergio Boris tuvo gran importancia en la rotación y acabó siendo titular por las lesiones de Agustín Aranzabal, que había sido internacional antes de aquel año. El asturiano fue el primer español no vasco fichado por la Real en varias décadas y como él mismo afirmó: "Fichar por la Real un par de años antes le habría costado mucho más" por que él era, y no lo ocultaba, del Oviedo de toda la vida. 

De Pedro
Por último llegó Gabi Schurrer de una U. D. Las Palmas que bajó en Anoeta en la jornada 38 de la temporada 2001-2002. Aquella noche un gol de Kovacevic mandó a Segunda a un equipo que dejaría sin ascenso a la categoría de plata a la mejor generación joven de la Real años después, cosas de la vida. Schurrer era buenísimo, campeón de liga con el Déportivo y central zurdo, de los buenos. Pero tuvo mala suerte y Kvarme ocupó su sitio.

De los que estaban de antes, la clave fueron los tres llegados seis meses antes, en el mercado de invierno de 2002. En aquel mes de enero José Luis Astiazaran tiró de chequera para firmar a Sander Westerveld el mejor portero extranjero de la historia de la Real con el permiso de Claudio Bravo, Darko Kovacevic que estaba muerto de asco en la Lazio y Nihat que llegó tras tener problemas en el primer examen médico.

Westerveld
El once tipo de Raynald Denoueix lo conformaban Sander Westerveld, López Rekarte (internacional más adelante), Kvarme, Jauregi y Aranzabal en defensa. Xabi Alonso y Mikel Aranburu estaban por delante con Karpin, De Pedro (mundialista el año anterior), Nihat y Kovacevic arriba. 

Xabi Alonso
El supuesto dopaje no habría conseguido mucho, Kovacevic era bueno de antes, Nihat demostró su instinto muchos años, De Pedro simplemente fue uno de los mejores jugadores de España durante muchos años, Xabi Alonso apuntaba lo que es, el mejor pivote defensivo del mundo, Karpin daba sus últimas lecciones y atrás los laterales eran la mejor pareja nacional sin duda alguna.

No tengáis envidia, no tengáis miedo en admitirlo. Aquella Real tenía un equipazo como un templo que se permitía el lujazo de tener en el banquillo a gente de la clase de Khokhlov, con el olfato de De Paula o con la entrega de Tayfun Korkut además de tener a Gabilondo, Barkero, Boris o Alberto como buenos recambios.

Si a esa gran generación se le une que el Barça uno de los dos más grandes, no estaba en su mejor año, pues tenemos a una Real segunda que pudo y debió ganar la Liga.


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