El mundo del fútbol está tan profesionalizado que deja poco margen para la improvisación. Ojeadores de otros clubes asisten a cada partido de Primera para seguir la pista de posibles objetivos y analizar minuciosamente al rival. En los últimos años se ha puesto de moda que los equipos envíen siempre un técnico para desnudar a los adversarios a los que se van a enfrentar. La mejor fórmula para lograrlo es que presencie los duelos que disputan dos semanas antes, porque los juega en la misma condición de local o visitante que competirá contra él.
Por poner unos ejemplos, en la Real el que hace esas labores es, sobre todo, Alberto Iturralde y los partidos del año del ascenso los vio en la grada Chucho Solana, que trabajaba para el Zaragoza. Esta temporada le ha tocado el turno al Valencia y, curiosamente, la persona que envía para espiar a los txuri-urdin es un inglés natural de la isla de Jersey. David Le Moël explicaba su historia minutos antes de comenzar el duelo del Calderón: "Cuando decidí dedicarme al fútbol profesional, empecé un máster que se dividía en tres universidades: una en Alemania, otra Cardiff y, la última, en Valencia. Hice un año de prácticas y entré en el Valencia. Mi labor gustó y tuve la suerte de coincidir con Juanjo Vila, que ahora trabaja en el Spartak de Moscú porque Unai Emery se lo llevó ahí. Le debo todo, si no, no estaría aquí".
Este inglés de 31 años es un enamorado del fútbol y del Liverpool: "En Jersey no hay equipo. Me fui a estudiar a Liverpool para poder ver los partidos en Anfield. Tuve la oportunidad de asistir a encuentros memorables como la semifinal de Champions ante el Chelsea con el gol fantasma de Luis García".
Su profesionalidad es ejemplar y, como un futbolista más, su equipo actual es el Valencia: "Primero trabajaba con los juveniles y luego Vila también me dio más responsabilidades. Él pidió que me quedara. Esta campaña es mi primer año en plantilla y trabajo junto a Jorge Hernández. Mi labor consiste en scouting, análisis estadístico de forma interactiva, vídeos, gráficas... Me está tocando seguir y grabar a la Real por todo el país". Sus palabras denotan agradecimiento al club ché: "Sería un sueño acabar en el Liverpool, aunque ahora vivo otro increíble en Valencia".
Vela
No se puede quejar, porque los realistas se han convertido en la revelación: "Cuando empezó la Liga una persona me dijo que los partidos de la Real no suelen ser buenos. No estoy de acuerdo, juegan muy bien y ganan muchos encuentros".
En sus apuntes figuran algunos nombres propios: "El jugador que mejor conozco es Vela, pero la plantilla es muy competitiva. No hay más que ver los jugadores que entran en la segunda parte. Me gusta Illarramendi, y Pardo también parece un gran jugador. Creo que merece jugar más, aunque todavía es joven".
Aunque le ha cogido cariño, David confía en que el sueño txuri-urdin de la Champions se quede en la orilla: "Espero y confío en que la lucha por entrar en Europa sea entre Valencia y Málaga. Pero me gustaría ver a la Real en la Europa League".
Aficionado a los viajes, conoció Gipuzkoa antes que Anoeta: "Visité San Sebastián y Zarautz, es una tierra muy bonita. Preferiría que hiciese un poco de mejor tiempo. En el club me tratan muy bien, nunca me han puesto ningún problema".
El ambiente de Anoeta de este año le recuerda a su país: "Los vascos se parecen a los ingleses; están locos por el fútbol. Contra el Betis, cuando se puso 0-2, pensé que podía haber una remontada porque noté que la afición estaba tirando del equipo".
Como técnico, elogia el trabajo de Montanier: "Me sorprendió que la gente le pitaba. Algunos taxistas se quejaron mucho sobre él. Ahora todo va bien. El ataque de la Real es organizado y sus contragolpes suelen ser efectivos. Las transiciones son suaves. Me parece que sabe lo que hace y el equipo está bien trabajado".
Cuando le preguntas por los defectos realistas, se escuda en el secreto profesional: "Te lo diré en junio".
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