El Rennes del millonario francés Pinault es el último en interesarse en su fichaje. El técnico esperará al final de temporada, pero se siente en posición de fuerza en la negociación para su renovación
Philippe Montanier cada vez tiene más novias. Como era de esperar, según van pasando las semanas sin que renueve su contrato con la Real que finaliza el 30 de junio, su nombre se va asociando con más clubes. Por ahora todos los rumores apuntan a su país. El último en aparecer es el Rennes. Incluso esta semana un portal galo sin demasiada credibilidad, www.le10sport.com, publicó que el técnico había llegado a un acuerdo para los tres próximos años con el cuadro galo.
El interés de este club por Montanier no es nuevo, ya que la pasada campaña también intentó su contratación, pero finalmente tuvo que rendirse cuando se confirmó que iba a cumplir el segundo año que tenía firmado con la Real. Aunque el Rennes no tiene mucho prestigio (actualmente es el undécimo en la tabla) su propietario es François Pinault. Este empresario está considerado como el hombre más rico de Francia y entre sus planes parece estar elaborar un proyecto ambicioso en el club bretón. Su actual entrenador, Frédéric Antonetti, ya ha anunciado que no continuará el próximo curso.
Montanier está muy tranquilo por la marcha de la negociación sobre su renovación. El entrenador se siente en una posición de fuerza después de sentir que ha cumplido con los objetivos que le marcó el club cuando le contrató y que, además, ha superado todas las expectativas de resultados esta temporada, al tener al equipo en puestos de Champions.
Como todo el mundo sabe, la prioridad del normando continúa siendo seguir en la Real, donde siempre ha declarado sentirse muy a gusto. Además, mantiene unas excelentes relaciones con los gestores y la plantilla. Pero pese a que Jokin Aperribay y Lorenzo Juarros han querido ofrecer una sensación de naturalidad al hecho de esperar hasta el final de año para negociar su renovación, el técnico no lo ha visto así.
La campaña pasada no le gustó que se tardara tanto en confirmar que seguía este año y en este tampoco le ha convencido comenzar tan tarde las negociaciones, hasta el punto de que en enero no descartaba a sus círculos cercanos aceptar alguna de las ofertas que pudiese recibir.
Montanier tiene la sartén agarrada por el mango, y en los primeros contactos se ha destapado con importantes pretensiones económicas. Sin embargo, si no sucede nada extraño, será el entrenador realista en Europa y firmará por dos temporadas.
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