lunes, 22 de noviembre de 2010

IÑAKI MILLA da en el "CLAVO" (Real 2-4 Atlético)


 

El árbitro, determinante

Miguel Ángel Ayza Gámez resultó determinante y se cargó el partido. El trencilla valenciano concedió dos goles a los colchoneros que no debieron subir al marcador y dejó de señalar dos clarísimos penaltis a los realistas (en el segundo debiendo de haber sido expulsado Ujfalusi por doble tarjeta amarilla). Bochornoso.

 

Comienzo fulgurante

Los de Martín Lasarte comenzaron el choque de una manera fulgurante. De nuevo volvieron a salir enchufadísimos y Joseba Llorente hizo el 1-0 a los doce minutos de juego. Antoine Griezmann –que se cascó un partidazo- le puso con su pierna menos buena un gran balón al hondarribiarra que éste convirtió en gol ante la oposición de Ujfalusi.

Los txuri urdin estaban jugando de fábula, dándole un soberano repaso a los rojiblancos y combinando rápido y bien, creando peligro, pudiendo haber aumentado su ventaja con un par de buenas ocasiones. La primera media hora fue sobresaliente, pero se empezó a agotar el combustible; los últimos diez minutos de la primera mitad pareció que la Real entraba en reserva, ya que bajó la intensidad de una manera notable. Así se llegó al descanso.

Miedo a que comenzase como había acabado

Al comienzo de la segunda parte había miedo de que siguiese la tónica de esos últimos diez minutos, y efectivamente, así fue. La Real perdió el control del medio campo de una manera abrumadora y al Atlético comenzó a combinar con rapidez y a hacer daño. Se veía venir el gol atlético más pronto que tarde -salvo que hubiese un movimiento en el banquillo que volviese a equilibrar la balanza-. Martin Lasarte se mantenía sin mover ficha y pasaban los minutos. El partido pedía a gritos la entrada de Markel Bergara para dar consistencia, para dar empaque al medio campo (ya sé que para muchos no, pero sinceramente yo también pensé que era el indicado, aunque el charrúa tardase demasiado en darle entrada) y me alegré sobremanera cuando por fin en el minuto 63 ingresó en el terreno de juego todavía con los nuestros en ventaja.

Mi sorpresa vino cuando vi que el que iba a abandonar el campo era Griezmann, ya que estaba haciendo un gran partido y creo que es ahí donde se equivocó Lasarte. David Zurutuza, que había hecho una primera parte extraordinaria hacía unos cuantos minutos que se había quedado sin gasolina y parecía lógico el cambio; Aranburu subiría a la media punta para ocupar el puesto del de Iparralde y a su vez Markel instalarse de pivote en el lugar del azpeitiarra. No fue así y finalmente Aranburu pasaría a la izquierda.
Bueno, era otra opción. Sarpong sería el siguiente en salir para sustituir al capitán y ocupar la banda izquierda y coger al Atlético a la contra ya que todavía estábamos en ventaja pero…

Ayza Gámez

Por desgracia el trencilla valenciano, que ya llevaba un buen rato desquiciando a los jugadores realistas –y a todos los aficionados. ¡¡Y es que cómo se le veía el plumero!!- debido al empleo de diferente vara de medir para unos y otros, apareció para echar un cable a los colchoneros; Un balón golpeado por Ansotegi en un corner botado por Prieto, golpeó de una forma clarísima el brazo de Tiago dentro del área. (Esa acción la vieron clarísima los jugadores que reclamaron levantando los brazos al unísono y los 24.000 espectadores de Anoeta que protestamos con gritos y silbidos. No sirvió de nada.) El balón lo recogió Reyes en la banda izquierda y lanzó un espectacular y perfecto pase transversal de unos 50 metros para la carrera de Agüero, que recogió el balón fuera del área internándose y superando a De la Bella, para -en el pico del área pequeña- dar un pase de la muerte a Forlán. El uruguayo remató a gol sin oposición. Solo Rivas llegó a intentar molestar algo ya que los centrales habían subido a rematar el corner. Una contra de libro, espectacular.

Ayza Gámez estaba bien cerquita y no quiso saber nada. Así llegó el gol del empate de los colchoneros en el minuto 70 de partido. Sí; el Atlético de Madrid nos estaba pasándo por encima, pero si no marcas no ganas, y ese gol nunca debió de haber subido al marcador. Y de lo que hubiese supuesto el 2-0 se pasó al 1-1.

Tan solo cinco minutos después en otro corner botado por Prieto, Ujfalusi agarró de la camiseta de una manera clarísima y clamorosa a Carlos Martinez dentro del área colchonera. De nuevo penalti, penalti no señalado. Para más inri y por si fuera poco, Ujfalusi debía de haber visto la tarjeta amarilla por el claro agarrón, y al estar ya con una (11´), tenía que haber abandonado el terreno de juego dejando así al Atlético de Madrid con diez jugadores.

Nada de eso!! todavía tenía que clavarnos el rejón de muerte. La terminó de liar cuatro minutos después al no anular y conceder como gol un remate de Agüero en claro fuera de juego –a pase de Ujfalusi por cierto, que debía de haber sido expulsado en la acción anterior-. Era en minuto 79 y la Real sucumbía ante la infamia del colegiado valenciano, 1-2.

No aun satisfecho siguió desquiciando a los jugadores y a la parroquia txuri urdin dejando de señalar faltas muy claras y merecedoras de tarjeta a los rojiblancos, y por el contrario siendo muy quisquilloso con los nuestros. (Como he dicho antes, se le veía claramente el plumero).
Otra cosa que me indignó; al poco de comenzar la segunda parte perdió el culo y fue enseguida a llamarle la atención a Bravo para que sacase rápido de puerta y no perdiese tiempo, por el contrario y a partir del 1-2 cada vez que iba sacar De Gea el trencilla se alejaba andando y sin mirar hacia atrás, sin darse la vuelta,  como diciéndole “tú tranquilo que ni te miro, saca cuando quieras”. Llegaba tranquilamente al medio campo y entonces sí, se giraba y De Gea sacaba.  Ayza era cómplice. Era culpable.

Solo dos minutos después, en el 81, Agüero terminaría de sentenciar al aprovecharse de una mala salida de Bravo. 1-3. En el minuto 85 Diego Rivas –que hizo un gran partido y escuchó cómo la grada le cantaba “Rivas quédate, Rivas quédate…- lograría su segundo gol con la elástica blanquiazul (en la temporada del descenso marcó el gol del triunfo (3-2) ante el Nastic de Tarragona) con un gran disparo con su pierna izquierda desde la frontal del área; El balón había sido recuperado entre él y Xabi Prieto que estuvieron bien en la presión, Prieto se la dejó a Rivas y este sacó un gran disparo que golpeó en el poste izquierdo de De Gea antes de besar la red. Gran gol, 2-3.
Finalmente, en el 94, Mikel González cometería un claro penalti sobre Reyes que Simao se encargaría de transformar para poner el definitivo 2-4 en el marcador.

Quique Sánchez Flores

Llevaba tiempo quejándose sobre los árbitros y sobre las injusticias que cometían con su equipo. Pues bien, ayer en la rueda de prensa posterior al partido tuvo la cara dura de decir que creía que el árbitro no había influído en el resultado. ¡¡Por dios!! Dos goles que no tenían que haber subido al marcador, dos penaltis escamoteados a la Real con expulsión incluída de Ujfalusi ¿y tienes la geta de decir que no ha influído en el resultado? Vergonzoso…

Y lo cortés no quita lo valiente no, el Atlético estaba siendo muy superior a la Real pero sus goles fueron unos regalos arbitrales de tomo y lomo… Ahí queda eso.

Levantarse y continuar

No queda otra que levantarse y continuar, lo estamos haciendo bien y yo me siento orgulloso de este equipo y de este entrenador. Muy orgulloso. Un equipo que maneja el tercer presupuesto de la liga -120 millones de euros- y que tiene a jugadores de talla mundial solo consiguió doblegarnos cuando acudió a su rescate el señor de negro.
Así mismo, el Real Madrid - con 450 millones de euros de presupuesto- las pasó canutas y ganó de auténtica chiripa a un grupo de jugadores forjados en la cantera de la provincia más pequeña del estado, en la cantera de Zubieta. Eso tiene un muchísimo mérito, más del que nos pensamos. Oso ondo mutilak!!! Oso ondo!!!

                                                              ¡¡¡ORAIN TA BETI GORA ERREALA!!!

Iñaki Milla Clavo

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