Empezó siendo un día normal…. En
realidad, todos los días comienzan siendo días normales… los acontecimientos
nos llevan a decidir, en ese medio tiempo que pasa hasta que nos dormimos, si
ha sido un buen día o un día para olvidar.
Teníamos una cita… Dieron las 22:00. Yo
llevaba mi camiseta favorita. Nada podía salir mal…. Cocacola y jamoncito (del
bueno). No había nadie más….
Y allí estabas tú…
Saltaste al campo con un Once distinto
al de aquella noche loca del empate a 2… ¡Qué ganas tenía de verte con ese
traje amarillo! Querías brillar bajo el cielo de Sevilla… Y lo hiciste: con un
Iñigo Martínez que peleó hasta el final; Un Gigante Chileno que demostró una
vez más su gran calidad; Un recién llegado Mariga que fue el carcelero de un
Kanuté que consiguió burlar su marcaje para otorgarnos la primera derrota.
No estabas sola. Seguro que escuchabas
los cánticos que tanto te gustan y emocionan. Yo me quedé ahí, mirando el plato
vacío y con la sensación agridulce de necesitar más de ti…..
Me quedo con tu actitud, con esos
detalles que te diferencian del resto…. El martes vuelvo a verte… Y esta vez
Nuestra Casa… Ya te echo de menos….
No me falles! Te espero….
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