Tras el 2-0 de la ida, y la gran
imagen desplegada en los últimos partidos, todo parece indicar que el pase a
los cuartos de final está bastante encarrilado pero mal haríamos si lo damos ya
por hecho.
La confianza en los jugadores es
máxima pero no hay que relajarse ante el trascendental choque de mañana. La experiencia en Granada espero
que haya servido de escarmiento a entrenador y jugadores, y que este martes no
tengamos que pasar los apuros que tuvimos que vivir en tierras andaluzas para
pasar de eliminatoria.
A pesar de esa necesaria cautela,
tengo varios motivos para pensar que la Real va a hacer realidad el sueño de
clasificarse para los cuartos de final, con suficiente solvencia:
- La actitud pasiva de los jugadores del Mallorca en el partido de ida me hace pensar que los bermellones no se están tomando muy en serio esta competición (incluso se especula que en la víspera del partido estuvieron de copas por Donosti).
- El ambiente frío que creo que se encontrará la Real mañana en el Iberostar Estadio (nada que ver con la caldera que vivió en Los Cármenes).
- Las dificultades del Mallorca de ganar y de marcar goles en su estadio.
- El partido de la primera vuelta donde a pesar de caer 2-1, la Real tuvo infinidad de ocasiones en Mallorca.
La clave para evitar sustos, es que
la Real consiga marcar un gol cuanto antes. Si la Real lo consigue, obligaría
al Mallorca a meter cuatro para eliminarnos. Mientras vayamos 0-0 no podremos
estar tranquilos porque todos sabemos que dos goles se pueden meter en un
suspiro (la Real tiene malas experiencias en ese sentido).
Si el partido acaba 2-0, no quiero
ni pensar en lo que podría ser la tanda de penaltis (no nos olvidemos que el
portero titular del Mallorca en Copa es Calatayud, al que siempre recordaremos
como aquel que detuvo aquel penalti de Savio que sepultó prácticamente las
últimas esperanzas para evitar el descenso).
Por ese motivo, es fundamental que
Montanier plantee el partido de modo completamente distinto a como lo hizo en
Granada. Confío en que no veamos a una Real
timorata encerrada en su campo y dejando pasar los minutos, porque entonces
preparémonos para una noche eterna y no apta para cardíacos. La importancia de este encuentro es
muy grande y confío en que la alineación de la Real sea coherente con el reto
que tenemos por delante.
Esta aventura que empezó el 13 de diciembre de 2011 cuando la Real goleó al Granada por 4-1 en Anoeta, no debe
terminar esta noche. Nos queda lo más bonito por vivir y
si el equipo consigue cumplir el expediente y certificar su pase a
cuartos de final, nos podremos preparar para vivir grandes emociones.
Un hipotético derby en cuartos ante
el Athletic y unas apoteósicas semifinales (posiblemente ante el Espanyol), no
serían posibles si mañana la Real no es capaz de sacar adelante la eliminatoria. La Real tiene que demostrar que
está madurando a ritmo acelerado y permitir que la sufrida familia txuri urdin
pueda seguir soñando con lo más alto.
Tengo la esperanza y la convicción
de que sobre las diez de la noche, podremos decir que estamos a sólo dos
pasos de llegar a la deseada final. No nos decepcionéis por favor.
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