Pese al claro bajón de juego y resultados experimentado en las últimas jornadas (cinco derrotas en seis partidos), el Sestao había sumado 21 de los últimos 24 puntos en juego en su estadio. Esto unido a la mala racha guipuzcoana lejos de Zubieta hacían presagiar que no sería nada fácil traerse algo positivo de Las Llanas. Eso debió pensar un Meho Kodro que se frotó las manos tras saber ayer que para este encuentro podría contar con la participación del riojano Rubén Pardo, cuya no participación en el día de ayer ante el Zaragoza con el partido sentenciado en la primera mitad ha desatado opiniones de todos los tipos. De todas formas, parece ser que Montanier prefirió no hacerle jugar en los minutos de la basura para que pudiera ayudar al filial el día siguiente y parece que la decisión no salió del todo mal. El partido comenzó de forma igualada aunque quienes mostraron más interés en jugar a fútbol fueron los txuri-urdin, que dispusieron de dos ocasiones, primero Arkaitz Pérez y después Ozkoidi, para adelantarse en el electrónico. Por su parte, los vizcaínos, que buscaron el área rival de forma más directa y con desplazamientos en largo, apenas inquietaron la meta defendida por Mandaluniz. Con 0-0 en el marcador se llegó al final de una primera mitad que nada tuvo que ver con lo que iba a venir después. La nota negativa la puso uno de los jugadores más en forma del equipo, Julen Colinas, que tuvo que abandonar en el minuto 15 el césped.
Tras la reanudación el partido comenzó a crecer en intensidad y pese a que las primeras ocasiones corrieron a cargo de los visitantes, en especial una en la que Castañeda estrelló el balón en la madera, fueron los de Felix Sarriugarte quienes golpearon primero tras rematar Elder de cabeza un balón colgado desde el lateral derecho. Como curiosidad añadir que este jugador ya le anotó otro tanto en la ida al filial aunque en esta ocasión no sirvió para ganar. Duro golpe para los de Kodro que estaban siendo mejores que su contricante al que la alegría le duró apenas cinco minutos, tiempo en el que Ozkoidi, que fue el sustituto de colinas en el primer periodo, llevó la igualada al marcador. El delantero donostiarra anotó su segundo gol del presente curso tras rematar a la red un servicio de Pons que no llevaba ni diez minutos sobre el verde. Justo premio para un equipo que obtuvo nueve minutos después la recompensa al esfuerzo realizado durante el duelo. En el 79 Castañeda desniveló la balanza en favor de los potrillos tras botar un saque de esquina, que por desgracia local, golpeó en uno de sus jugadores para acabar introduciéndose el esférico en la red. Gran triunfo realista que aun así tuvo que sufrir hasta el final ya que Mandaluniz evitó el empate en el descuento tras detener un disparo en el área pequeña que pudo suponer el 2-2.
Con estos tres puntos el Sanse mantiene la decimoquinta plaza de la clasificación, aunque ya aventaja en tres al Palencia que cayó en su feudo ante un Real Unión que ha puesto fin a una racha negra de 12 partidos sin conocer la victoria (0-1). Buena serie de resultados la de este filial que tratará de buscar una nueva victoria la próxima semana en el derbi vasco por excelencia ante el Athletic de Bilbao. Al igual que en la máxima categoría, en el partido disputado en Vizcaya un señor vestido de negro decidió erigirse en el protagonista de la contienda al decretar tres penaltis en contra de un Sanse que jugó gran parte del partido con 10 hombres. La segunda y tercera pena máxima no admiten discusión pero el inexistente penalti y expulsión del guardameta Mandaluniz en el minuto 25 destrozó los planes de un Sanse que hasta el momento ganaba por 0-1 gracias a un gol de falta de Rubén Pardo.
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