sábado, 10 de marzo de 2012

A POR LA PERMANENCIA CUANTO ANTES



La Real Sociedad tiene hoy a partir de las 18:00 horas, una gran oportunidad de dar un paso importante y acercarse a lo que esta temporada se ha convertido en el objetivo, la permanencia en Primera División. Para ello deberá derrotar en Anoeta al colista y prácticamente defenestrado Real Zaragoza de Manolo Jiménez.

No quiero profundizar demasiado en la secuela del derbi vasco contra el Athletic porque lo único que conseguiría sería irritarme aún más. Las miserias del fútbol español volvieron a quedar retratadas y que cada uno extraiga sus propias conclusiones. Si no se toman medidas para evitar la impunidad con la que el estamento arbitral adultera la competición siguiendo las directrices del ´mandamás´ que gobierna esta liga, poco a poco estaremos matando las ilusiones de millones de aficionados.
No obstante, me apasiona el fútbol y aunque sea un pobre ingenuo seguiré semana tras semana soñando con que mi equipo del alma me pueda dar alegrías, aunque tenga la impresión de que el destino de la liga ya esté escrito por algunos.

Por tanto, borrón y cuenta nueva. Centrémonos en el Zaragoza y que sea nuestra directiva la que ponga el grito en el cielo (de lo cual dudo mucho dado su talante inmovilista) aunque estoy seguro que este sábado Velasco Carballo (árbitro designado para nuestro partido), pagará los platos rotos del saqueo en San Mamés y se llevará más de una pitada durante los 90 minutos.

Analizando la jornada fríamente, la Real tiene en sus manos abrir un boquete con los puestos de descenso que creo que puede ser definitivo. Una victoria ante el Zaragoza en Anoeta unida a la presumible derrota del Racing ante el Barcelona, supondría que la Real tendría 9 puntos de renta sobre el descenso, y eso, a falta de tan sólo 12 partidos para acabar la liga, serían palabras mayores.

Estos tres puntos prácticamente sellarían la permanencia de la Real en Primera aunque todavía quedaría un pequeño sendero por recorrer para llegar a los tranquilizadores 42 o 43 puntos.

Los augurios para este sábado son positivos por dos razones:

1-     La inercia ganadora de la Real en Anoeta.

Nuestro equipo cuenta por victorias todos los partidos que ha disputado en casa en la segunda vuelta (5-1 al Sporting; 2-0 al Sevilla; y 1-0 al Mallorca) y ya hemos encontrado la llave de la regularidad en Anoeta.

2-     El encefalograma plano del Real Zaragoza.

El equipo maño, no hace muchas décadas era un equipo respetado y consolidado en Primera y con ambiciones que le hicieron conquistar títulos nacionales e internacionales. Hoy en cambio, se ha convertido en un polvorín lleno de escándalos institucionales y deportivos. El Zaragoza está a punto de vivir su tercer descenso a Segunda en este siglo y eso es algo difícil de digerir para una institución con tanta historia. Su situación clasificatoria es propia de un enfermo condenado a una muerte inevitable (a 9 puntos de la salvación) aunque en las últimas jornadas ha dado señales de vida. El ejemplo lo tenemos en la solvente victoria zaragocista en Cornellá- El Prat por 0-2 ante un equipo de la talla del Espanyol.
Ese resultado debe ser una advertencia para que la Real no se relaje, porque derrotar al Zaragoza implicará un sacrificio tan grande o mayor que el que se requirió en los últimos triunfos en Anoeta. Además, en la primera vuelta, el equipo txuri urdin cayó claramente en La Romareda por 2-0 dando una lastimosa imagen.

Desde el punto de vista estadístico, la Real Sociedad ha ganado en 31 de las 46 visitas que el Zaragoza ha hecho a San Sebastián en Primera División. Sin embargo, analizando el pasado cercano, el Zaragoza ha puntuado en Anoeta en 3 de sus últimos 4 desplazamientos:

- Dos victorias mañas por 1-3 en sendos encuentros que acabaron con pañolada en la grada pidiendo los ceses de Gonzalo Arconada (2005-2006) y Jose Mari Bakero (2006-2007).
- 1-1 en la temporada 2008-2009 (en Segunda) con uno de los atracos más clamorosos de la historia de Anoeta perpetrado por Bernabé García.

La temporada pasada, la Real derrotó agónicamente al Zaragoza por 2-1 gracias a un postrero gol de Mikel Aranburu que supuso casi el espaldarazo definitivo para la permanencia. En aquel encuentro, se llegó corea gritos de “a segunda” a los jugadores del Zaragoza desde el fondo sur del estadio.
A pesar de la animadversión que se pueda sentir hacia determinados equipos por el mal recibimiento cuando viajamos allí (el Zaragoza quizás sea un ejemplo), no me sentí nada cómodo aquella noche.
Aunque la Real haya podido sufrir un trato semejante cuando agonizaba durante el año del descenso, no es bueno tomarse la justicia por su mano y humillar de este modo a alguien que está sufriendo. Lo digo porque es probable que esos cánticos se repitan este sábado si la Real consigue encarrilar el partido.
Alegrarse del mal ajeno es la pequeña venganza del diminuto frente al gigante (no nos olvidemos que esos gritos los escuchamos y sufrimos con más virulencia en Huelva y Getafe, mientras que la afición del Valencia en cambio, en aquella trágica tarde del descenso nos trató con respeto). No consideremos al Zaragoza un gigante ni hurguemos en sus heridas, porque la afición de la Real es lo suficientemente sabia como para no volver a caer en ese error.

Aprovechemos las circunstancias de esta jornada para conseguir la permanencia virtual y centrémonos en crear nuestros propios objetivos (a ser posible ambiciosos), sin hacernos mala sangre observando las presuntuosas hazañas del Athletic o la angustiosa situación del Zaragoza.


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