Es difícil dar una definición de la lealtad, pero quizás nos acercaremos a ella si la llamamos el sentimiento que nos guía en presencia de una obligación no definida.
Cumpliendo con lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor. La lealtad es tenacidad, valentía y esperanza, un término estrechamente relacionado con la confianza y la amistad, confianza en el espíritu de equipo y determinación. La lealtad es una virtud, un compromiso con lo que creemos, con nuestros ideales y con las personas que nos rodean. La lealtad está íntimamente ligada al carácter de una persona, a su valor y honor.
Por otra parte hay dos clases de lealtad, la de los que son leales de corazón al equipo y los que son leales cuando no les conviene ser desleales. Con ambos hay que contar: usando a los primeros sin reservas y utilizando a los segundos, a condición de colocarlos en una situación en la que no les convenga defeccionar. Al final, no hay jugadores buenos ni malos, más bien todo depende de las circunstancias. Ser leal a uno mismo es el único modo de llegar a ser leal con los demás.
Me gustaría agradecerte de todo corazón tu lealtad a lo largo de estos años. No puedo decir otra cosa que gracias, gracias y gracias.
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